Adri¨¢n y Reyes, m¨¢s que suficiente

Mal juego, remate oportuno. Al Atl¨¦tico le falta mucho porque un rival menor como el Str?msgodset, noruego, lleg¨® a zarandearle, a esconderle el bal¨®n y a rematarle m¨¢s de lo previsto. Pero le alcanz¨® de nuevo con la pareja efervescente (Reyes-Adri¨¢n), con el tino en el disparo para superar el duelo y alcanzar la ¨²ltima ronda de la fase previa para la Liga Europa -hoy se har¨¢ el sorteo, donde tambi¨¦n entran el Sevilla y el Athletic; el Villarreal lo har¨¢ en el de la Champions-, el salvoconducto definitivo para luchar por un trofeo conquistado hace dos cursos.

Como si fuera un partido entrecortado, porque el c¨¦sped artificial ralentizaba el juego, con demasiado caucho y m¨¢s jirones de la cuenta, el Atl¨¦tico incluso agradeci¨® la falta de ritmo, todav¨ªa en pretemporada, fr¨¢gil como habit¨²a en defensa, tan torpe como pesaroso en el pase, aunque eficaz en el remate. M¨¢s deficiencias que aciertos, enfatizadas por la ausencia -ya hist¨®rica- de un medio de toque, un cerebro a la vieja usanza, de esos que mueve al equipo y que dirige el cotarro con la cabeza y los pies. En el eje jugaron Assun?ao y Gabi, uno f¨ªsico y otro m¨¢s t¨¢ctico, que entiende cu¨¢ndo tirar la presi¨®n y que elige bien el momento de salir del sitio, pero que no acaba de mezclar con facilidad.

El 4-4-2 es el dibujo preferido de Manzano, en ocasiones con los medios en rombo, casi siempre con el continuo intercambio de los interiores. Al equipo, de momento, le funciona mejor que jueguen a pie cambiado. Quiz¨¢ porque a los futbolistas les falta f¨ªsico; quiz¨¢ porque apenas les llegan balones en ventaja y condiciones, por lo que no est¨¢n para dar profundidad. Salvio no rompi¨® por la derecha y Reyes no se present¨® en la izquierda. Pero s¨ª lo hizo en el costado opuesto, c¨®modo con el regate hacia dentro para atender a los constantes desmarques de los delanteros. Un arma a explotar en este Atl¨¦tico sin el Kun, que encuentra en Forl¨¢n y Adri¨¢n dos puntas de corte similar y, consecuentemente, de dif¨ªcil asociaci¨®n. Ambos prefieren actuar de falso ariete, revolotear por todo el frente de ataque y buscar las cosquillas con las entradas desde la segunda l¨ªnea. Los dos prefieren ver el campo de frente y no de espaldas. A¨²n les falta cuajar. Algo que no ocurre con Reyes y Adri¨¢n, una dupla de sinton¨ªa may¨²scula, que ya resolvieron en la ida -dos pases de Adri¨¢n; dos goles de Reyes-, que repitieron en campo noruego.

Primario, con poco ingenio para la creaci¨®n, el Str?msgodset toc¨® en posiciones est¨¦riles para luego lanzar un pase directo, casi siempre ejecutado por el medio centro Abu, jugador cedido por el Manchester City, espl¨¦ndido en la distribuci¨®n, siempre una salida para cualquier embrollo, protagonista y orgulloso de serlo. Pero de tobillos torcidos, los noruegos no enfocaron en el punteo definitivo -Keita tir¨® demasiado cruzado, Konradsen cabece¨® alto y Abu ajustado al palo- y se encasquillaron ante un Joel que, esta vez s¨ª, se mostr¨® fiable bajo el travesa?o y que priv¨® a los aficionados de conocer a Courtois, el meta revelaci¨®n de B¨¦lgica por el que el Chelsea pag¨® nueve millones. Pero s¨ª celebraron la sinton¨ªa de Reyes y Adri¨¢n. Recort¨® hacia dentro Reyes, levant¨® la cabeza y ley¨® el desmarque de Adri¨¢n, que tras el pase interior se plant¨® solo ante el portero y cruz¨® el bal¨®n hasta la red. Una dupla, una diana y poco m¨¢s. Lo que puso Forl¨¢n, que dio un pase de 30 metros -de nuevo como catapulta y no como definidor-, que remat¨® en el descuento Reyes a gol. M¨¢s que suficiente.