Dodig derriba a Nadal

Las heridas siguen abiertas. Rafael Nadal se ha despedido 6-1, 6-7 y 6-7 ante el croata Dodig en su debut en el torneo de Montreal, el primer masters 1000 de la gira norteamericana, que culminar¨¢ a finales de agosto en el Abierto de Estados Unidos. Su derrota no solo premi¨® la espl¨¦ndida noche de su rival, el n¨²mero 41, sino que tambi¨¦n dej¨® algunos s¨ªntomas preocupantes. Siempre por delante en el marcador, el mallorqu¨ªn no consigui¨® cerrar un partido que le ofreci¨® m¨²ltiples oportunidades. Asaltado por las dudas, levant¨® el pie del acelerador cuando m¨¢s necesario era que el encuentro sintiera el peso de sus t¨ªtulos, igual que le ocurri¨® ante el serbio Novak Djokovic en la final de Wimbledon, su ¨²ltimo torneo antes del canadiense. El espa?ol no perd¨ªa en una cita de esta categor¨ªa y contra un tenista que no estuviera entre los 40 mejores desde 2003. Tampoco ca¨ªa en su debut desde 2008.

Nadal mand¨® 6-1 y 3-1. Tambi¨¦n se adelant¨® con un break de ventaja en la tercera manga. Lleg¨®, incluso, a sacar por el encuentro. Tuvo momentos espl¨¦ndidos, pero acab¨® diluy¨¦ndose en cuanto su juego no tuvo la espuela de su primer servicio (52%). Abandonado por el saque, concedi¨® a Dodig la iniciativa. Fue como extender una invitaci¨®n al m¨¢s voraz de los enemigos. El croata, brillante al saque (19 aces) y agradecido por las oportunidades que el espa?ol le ofreci¨® para volver a un partido que en varias ocasiones dio por perdido, se aplic¨® en una f¨®rmula conocida, y no por ello menos efectiva: atac¨® una y otra vez a Nadal, poni¨¦ndole el m¨¢ximo voltaje a la cita. La red fue muchas veces su destino. Su rev¨¦s cruzado martille¨® la derecha del n¨²mero dos, igual que hace Djokovic, ese es el nuevo desaf¨ªo.

El mallorqu¨ªn, que se sonaba la nariz una y otra vez, como si hubiera cogido fr¨ªo, disputar¨¢ a partir de la semana que viene el torneo de Cincinnati, ¨²ltima cita antes del Abierto de Estados Unidos, donde defiende el t¨ªtulo. Su paso por Canad¨¢ aclar¨® varias cosas: igual que en Wimbledon, la mayor¨ªa de sus golpes est¨¢n donde deben, pero el coraz¨®n camina revolucionado y la cabeza marcha llena de preguntas.