F¨²tbol de otro planeta
La genialidad de Messi aborta las dos reacciones madridistas
Salvo por las locuras de Pepe y Marcelo, el cl¨¢sico recuper¨® el f¨²tbol, sobre todo en una primera parte prodigiosa en intensidad, ambici¨®n y creatividad. Sin apenas faltas en ese primer tiempo, fluy¨® el juego y el Madrid se acerc¨® m¨¢s que nunca a la frontera azulgrana. La hab¨ªa alcanzado hasta que Messi volvi¨® a elevar al Bar?a a las alturas del primer t¨ªtulo de la temporada.
? Messi. Enfadado, crispado, motivad¨ªsimo, el argentino Messi sum¨® dos tantos m¨¢s a su rival preferido, evitando as¨ª una pr¨®rroga a la que el Madrid llegaba m¨¢s fresco. Como se vio esposado por un marcaje casi al hombre de Pepe, decidi¨® bajar a por ox¨ªgeno al centro del campo. All¨ª se desembaraz¨® de Khedira y envi¨® el pase raso en vertical a Iniesta que abri¨® el partido y lo convirti¨® en un espect¨¢culo impagable. Aunque falto de rodaje, tuvo resuello para crear otra obra de arte junto a Piqu¨¦: el taconazo de este le dej¨® solo ante Casillas. Esta vez resolvi¨® con una picadita con la bota derecha por encima del cuerpo alargado del arquero madridista, que se hab¨ªa comido el enga?o. Por otro genio. Messi remat¨® la faena con una volea que vale una Supercopa.
? Xabi Alonso. Muy fino f¨ªsicamente, marc¨® la presi¨®n madridista sobre la salida del bal¨®n azulgrana. Ya en el primer minuto, rob¨® el cuero a Xavi de donde quer¨ªa jugar el Madrid. Y lo hizo rodar a su gusto en ese primer periodo.
? Iniesta. Suavemente, el volante manchego elev¨® el bal¨®n en un toque de cuchara que dej¨® a Casillas fr¨ªo en su salida. La pelota no es que pasara por encima del portero madridista, sino que la envi¨® muy pegada al poste izquierdo. Pura belleza. No conforme con ser un jugador tan eficiente, Iniesta se empe?¨® en pre?ar de plasticidad cada una de sus acciones: la serie de regates a Sergio Ramos al filo del descanso excitaron a la grada azulgrana, ¨¢vida de ver claudicar al bravo defensa andaluz.
? Cristiano Ronaldo. Su remate de espuela en el empate madridista fue un recurso instintivo, soberbio, que daba la mejor soluci¨®n al intencionado env¨ªo desde la izquierda de Benzema. El atacante portugu¨¦s vivi¨® una contradicci¨®n: sus disparos se convirtieron en un arma poderos¨ªsima, pero su carrera no tuvo el desborde de casi siempre, frenado al corte unas veces por Alves y otras por Mascherano.
? Coentr?o. Preferido por Mourinho para tapar las subidas de Alves, el lateral izquierdo portugu¨¦s exprimi¨® su privilegiado f¨ªsico para limar la perseverancia atacante de Pedro. Tras el descanso, pas¨® a jugar de mediocentro sin mejorar las prestaciones de Khedira.
? V¨ªctor Vald¨¦s. Primero sac¨® un palmeo a un trallazo de Cristiano que termin¨® en el larguero. Despu¨¦s una estirada a la izquierda para desviar un tiro cruzado de ?zil. Otra vez impecable, Vald¨¦s maquill¨® los desajustes defensivos de sus compa?eros.
? Pepe. Primero un manotazo a Iniesta dentro del ¨¢rea, despu¨¦s un codazo a Messi en el centro del campo y finalmente un blocaje al cuello de Piqu¨¦ a la salida de un c¨®rner azulgrana, otro penalti inadvertido, mancharon su indiscutible pericia defensiva. Los excesos del central madridista le convierten en un problema para el propio Madrid.
? Benzema. Con pies de bailar¨ªn, Benzema remat¨® dos veces dentro del ¨¢rea antes de embocar con la izquierda el segundo empate de la noche. Superior en el juego a¨¦reo, Sergio Ramos ya se hab¨ªa escabullido antes de los centrales azulgrana en el punto de penalti a la salida de un saque de esquina.
? Cesc. Entr¨® en un momento dif¨ªcil, poco antes del empate de Benzema, cuando el Bar?a daba s¨ªntomas de agotamiento. Pero particip¨® en la elaboraci¨®n de la jugada definitiva, culminada por el vole¨®n de Messi. Sufri¨® a ¨²ltima hora la bestial entrada de Marcelo que acab¨® con las expulsiones del brasile?o, ?zil y Villa.
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