El Galatasaray, un equipo de choque

No quiere un escarnio p¨²blico como el del curso anterior. Por eso, se ha remozado de lo lindo, con aspiraciones a recuperar el laurel perdido. Galardonado como el ¨²nico club turco con un cetro europeo (en 2000 se impuso en la UEFA sin perder un solo encuentro), como la entidad con m¨¢s Superligas turcas (17) y Copas (14), el Galatasaray sufri¨® la temporada anterior un tormento terrible que no quiere repetir. Qued¨® octavo en la competici¨®n dom¨¦stica, a 36 puntos del l¨ªder, el Fenerbah?e, y apeado de la Liga Europa en la fase previa, ante el Karpaty Lyiv, ucranio. Tampoco ayud¨® que se cambiar¨¢ de t¨¦cnico en tres ocasiones. Primero no cuaj¨® la idea de Frank Rijkaard, despedido en octubre; despu¨¦s, no funcion¨® la propuesta del ¨ªdolo Gica Hagi -form¨® parte de ese equipo de 2000, que tambi¨¦n gan¨® la Supercopa europea ante el Madrid-, y menos la intentona del interino B¨¹lent Under. Ahora ha vuelto el s¨ªmbolo del club, Fatih Terim, que suma 17 a?os como le¨®n; 11 fueron como futbolista; y ahora, en su tercera etapa al frente del banquillo, empieza su s¨¦ptima temporada como t¨¦cnico. Y tiene un equipo de los m¨¢s result¨®n, de futbolistas contrastados y, sobre todo, f¨ªsicos.

El presidente ?nal Aysal -uno de los pocos que todav¨ªa no ha sido se?alado en caso de corrupci¨®n de ama?os de partidos, como los dirigentes del Fenerbah?e, el Eskisehirspor y el Sivasspor- ha tirado de la chequera. Le han servido los 12 millones que el Atl¨¦tico pag¨® por su m¨¢xima estrella, el capit¨¢n Arda Tur¨¢n, que hab¨ªa pedido un traslado, una oportunidad en un equipo europeo de entidad. Aunque han perdido a jugadores como Emiliano Ins¨²a (Liverpool), Elano (Santos), Kewell (Melbourne Victory) y Misimovic (Din¨¢mo de Mosc¨²), estos son algunos de los rivales del Madrid para esta noche en el Trofeo Bernab¨¦u.

Muslera. El portero uruguayo fue la gran revelaci¨®n de la reciente Copa Am¨¦rica, hasta el punto de que sus paradas fueron claves para eliminar a Argentina en la tanda de penaltis. Su rendimiento con los charr¨²as, en cualquier caso, nunca ha estado en entredicho, despu¨¦s de un gran Mundial en Sud¨¢frica, donde llegaron a las semifinales. En el Lazio, aunque titular desde que en 2008 le quitara la titularidad de Carrizo, pocas veces ha sido un portero con may¨²sculas. Le sobran reflejos y habilidad en el uno contra uno, pero se encasquilla un tanto en las salidas por arriba. Este verano fue traspasado al Galatasaray a petici¨®n propia; el club turco le pagaba una ficha mucho mayor.

Ebou¨¦. Todo potencia, todo m¨²sculo. El marfile?o, producto de la escuela Jean-Marc Guillou de Abiy¨¢n -donde se formaron, entre muchos otros, jugadores como Kalou (Chelsea), Tour¨¦ (Manchester City) y Gervinho (Arsenal)-, es un lateral derecho con recorrido o un central v¨¢lido para la correcci¨®n, r¨¢pido como es. Aunque se gan¨® un nombre en el Beveren belga, fue en el Arsenal donde acab¨® por despuntar, bajo la confianza de Ars¨¨ne Wenger. Pero la irrupci¨®n de Bacary Sagna en el costado derecho le rest¨® protagonismo, al punto de que en el ¨²ltimo curso solo particip¨® en 13 encuentros ligueros.

Ujfalusi. El exlateral del Atl¨¦tico se march¨® a principios de verano a la entidad turca por 2,5 millones. El dinero motiv¨® su salida, toda vez que el club expres¨® su deseo de contar con ¨¦l para la pr¨®xima temporada. Fuerte en lo f¨ªsico y buen marcador, mengua en la calidad t¨¦cnica, en la facilidad para sacar la pelota jugada. Cumplidor, se gan¨® un sitio en el Calder¨®n. Aunque muchos son los que le recuerdan por una entrada escalofriante sobre el tobillo de Messi, no es violento, pero s¨ª que entra con todo, sin contemplaciones.

Servet ?etin. El central de Turqu¨ªa y del Galatasaray. Una roca, todo fibra. Los aficionados, dada su complexi¨®n, le han puesto como mote Ayibogan, que significa hombre que asfixia a un oso. No es un jugador t¨¦cnico y le cuesta mucho enlazar con la media a trav¨¦s del pase, pero s¨ª que le gusta probar el desplazamiento en largo. Marcador, solvente en los balones a¨¦reos y un poco duro en los movimientos de cintura. Suma 55 internacionalidades.

Felipe Melo. El medio centro brasile?o llega al club turco en calidad de cedido por el Juventus italiano. Aunque en la Liga no brill¨® demasiado (Almer¨ªa), el Fiorentina le confi¨® la zona de tres cuartos, donde s¨ª que destac¨® gracias a su facilidad para romper desde la segunda l¨ªnea, para conducir el cuero. Tambi¨¦n f¨ªsico, el centrocampista no tiene apuros para ir al choque. Aunque a veces se equivoca. En el pasado Mundial, el jugador se expuls¨® ante Holanda, error que supuso la reacci¨®n oranje y la eliminaci¨®n definitiva de la canarinha.

Ayhan Akman. Con la marcha de Arda Turan, el medio recoge la capitan¨ªa. Aunque sus mejores a?os ya han pasado, no ha desaparecido su capacidad para el pase ni su habitual esfuerzo sobre el campo. Internacional en 22 ocasiones.

Milan Baros. El delantero parece haber encontrado un equipo a su medida, despu¨¦s de un largo y pesaroso peregrinaje por media Europa. Tras curtirse en el Ban¨ªk Ostrava, checo, el Liverpool fich¨® a un punta hasta entonces desconocido. No cuaj¨® como red, donde le tildaron de individualista y perezoso, donde solo marc¨® 27 goles en 126 partidos. De ah¨ª, tras una excepcional Eurocopa de 2004 -m¨¢ximo goleador (5)-, se march¨® al Aston Villa, al Olympique de Lyon, al Portsmouth, de nuevo al Lyon y desde hace ya cuatro cursos, al Galatasaray. En 2009, fue el pichichi de la competici¨®n turca y siempre ha sido titular. Aunque no posee un regate excepcional, s¨ª que tiene habilidad para salir de los embrollos y un olfato desarrollado en el ¨¢rea rival. Oportunista y buen definidor, sigue pecando de ego¨ªsta. "Soy delantero centro", se excusa. El Galatasaray, mientras tanto, lo aprueba.

Elmander. El sueco decidi¨® marcharse del Bolton, libre de contrato, porque el t¨¦cnico Owen Coyle le situaba de interior derecho, lejos del ¨¢rea. Una t¨®nica en su carrera que siempre le molest¨®, como le hicieron en el Feyenoord e incluso en la selecci¨®n con el regreso moment¨¢neo de Larsson. Ahora, con 30 a?os, quiere decidir d¨®nde jugar. Delantero centro por naturaleza, su rendimiento descendi¨® en el Bolton, por m¨¢s que fuera notable, dada su facilidad para sacar centros. Combativo, de gatillo f¨¢cil, siempre ha dejado en cada temporada alg¨²n gol con su firma, de bella factura.