La piller¨ªa de Haedo
El argentino del Saxo Bank vence en Haro tras aprovechar la confusi¨®n del trazado en los ¨²ltimos metros.- Jornada sin contratiempos para el l¨ªder, Cobo.- Abandono de Cancellara y ca¨ªda de Purito
El ciclismo no solo exige piernas y pulmones, sino que la astucia es un bien preciado. Bien lo sabe Juan Jos¨¦ Haedo (Chascom¨²s, Argentina; 1981), corredor del Saxo Bank, que en la meta de Haro fue el m¨¢s pillo y aprovech¨® la confusi¨®n del resto de sprinters para adjudicarse la 16? etapa, sin sobresaltos para el l¨ªder, Juan Jos¨¦ Cobo, que interpuso dos segundos m¨¢s con respecto a Froome y cinco con Wiggins gracias a las bonificaciones. Enfilaban los hombres del Leopard el grupo a falta de 200 metros para la meta, con Bennati, su especialista, al acecho. Pero, inducidos por la falta de se?alizaci¨®n, escogieron mal la trazada. El italiano, al igual que otros corredores, vir¨® a la derecha, hacia el desv¨ªo destinado a los coches, y recul¨® demasiado tarde, mientras que Haedo, agazapado, muy bien situado, como en sus mejores tiempos en pista, entr¨® limpio por la izquierda y rubric¨® su primer triunfo en una grande.
Tras un d¨ªa de asueto, ideal para refrescar las piernas y tomar aliento despu¨¦s de una trituradora jornada en el Angliru, el pelot¨®n parti¨® de La Olmeda con la idea de una etapa pl¨¢cida, con los abanicos y el viento de costado como amenazas m¨¢s rese?ables y un trazado de 204 kil¨®metros absolutamente llanos, sin un solo repunte en todo el recorrido. Un marco ideal para los velocistas, los pocos que quedan ya en carrera tras la marcha de Cavendish, Farrar, Kittel y Bonnen, agotados y lesionados. Una jugosa oportunidad para buscar alternativas en sprinters como Petacchi, Bennati, Haussler y Sagan, al que muchos apuntaban tras sus victorias en Pontevedra y C¨®rdoba.
Pero, en medio de la quietud, de la calma anticipada, irrumpi¨® la osad¨ªa de tres valientes: Julien Fouchard (Cofidis), Jes¨²s Rosendo (Caja Granada) y Antonio Cabello (Caja Granada). Cuando el resto de corredores todav¨ªa desperezaban las piernas, los tres emprendieron una tempranera fuga, a los tres kil¨®metros, que alcanz¨® los ocho minutos de renta pero que morir¨ªa a 10 kil¨®metros de meta, cuando les dio caza el grupo. Un intento loable, desbaratado por el buen hacer de los equipos de los velocistas y difuminado por la retirada de Fabian Cancellara, que a mitad de camino decidi¨® bajarse de la bici, con su maquinaria ya engrasada, en el punto id¨®neo antes de afrontar el Mundial de Copenhague que tendr¨¢ lugar el pr¨®ximo d¨ªa 25. El abandono del suizo no fue el ¨²nico sobresalto. A poco m¨¢s de 15 kil¨®metros para el final, se produjo una ca¨ªda que envolvi¨® a una veintena de corredores. Entre ellos, Purito Rodr¨ªguez, que se da?¨® la mu?eca y aterriz¨® con 11 minutos de desventaja.
Continu¨® el espa?ol, trasquilado, y lo hizo tambi¨¦n el pelot¨®n, que puso ritmo de cruzero con destino a la localidad riojana de Haro, donde los sprinters tomaron posiciones y empu?aron con fuerza los manillares antes de vislumbrar la llegada. Sin embargo, un vertiginoso zigzageo, una rotonda que exig¨ªa el giro a la izquierda -especificada en el libro de ruta- y la ausencia de alguien que indicase el desv¨ªo les despist¨® a muchos de ellos. Entre la confusi¨®n, emergi¨® con piller¨ªa el argentino Haedo, muy atento, el m¨¢s listo de la clase en esta ocasi¨®n y que se embols¨® la victoria en una de las ¨²ltimas opciones -al margen del ep¨ªlogo en Madrid- para los hombres m¨¢s r¨¢pidos.
Ma?ana, Wiggins y Froome dispondr¨¢n de su ¨²ltima oportunidad para hincar el diente a Cobo. La etapa concluir¨¢ en las dur¨ªsimas rampas de Pe?a Cabarga, territorio de sobras conocido por el c¨¢ntabro, que en la ¨²ltima llegada en alto de la Vuelta estar¨¢ arropado por sus paisanos para defender el maillot rojo y donde hace un a?o, cuando se debat¨ªa internamente y meditaba colgar la bici, ascend¨ªa sus cuestas como un aficionado m¨¢s. All¨ª, entre la mara?a de p¨²blico, presenci¨® la exhibici¨®n de Purito, que subi¨® como una bala y se adjudic¨® la victoria en un jornada de infausto recuerdo para Igor Ant¨®n, magullado de arriba abajo, con el codo derecho fracturado y obligado a abandonar cuando rodaba rumbo al triunfo final. Hoy, un a?o despu¨¦s, las tornas han cambiado. El vasco languidece y el catal¨¢n termina corto de dep¨®sito. Ahora, por derecho propio, el protagonismo recae en Cobo.
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