Mimos para Nadal

A un lado de la plaza de toros de Los Califas, en C¨®rdoba, Rafael Nadal se ejercita contra el vac¨ªo. El lunes perdi¨® la final del Abierto de Estados Unidos contra el serbio Novak Djokovic y tras m¨¢s de cuatro horas de un pulso de fuego. El viernes debe jugar, ante Gasquet, un encuentro en las semifinales de la Copa Davis que enfrentan a Espa?a contra Francia. En medio, el diagn¨®stico de sus problemas: durante m¨¢s de media hora, el n¨²mero dos mundial saca bajo la atenta mirada de Toni Nadal y sin un tenista que le reste. Son todo gestos t¨¦cnicos. Concentraci¨®n m¨¢xima. La marca de un tenista que vol¨® el lunes desde Nueva York en un avi¨®n privado fletado por la Federaci¨®n; que lleg¨® a C¨®rdoba el martes en un coche que le trajo desde el aeropuerto de Sevilla; y que inmediatamente se march¨® a entrenarse para ver c¨®mo respond¨ªa su musculatura y c¨®mo se adaptaban sus golpes a cambiar de continente, tipo de pelotas y superficie del cemento a la tierra batida.

"Me encuentro en C¨®rdoba con la ilusi¨®n de hacer un poquito cada d¨ªa, pero a¨²n no puedo valorar mucho mi estado f¨ªsico", dijo tras someterse a dobles sesiones de masajes para cuidar sus isquiotibiales y su espalda; tras adaptarse al cambio horario con los inductores del sue?o proporcionados por los m¨¦dicos federativos; y tras ser tratado con la Indiba-activ, una m¨¢quina que acelera la recuperaci¨®n de sus m¨²sculos. "Mermado no estoy, por suerte", prosigui¨® el mallorqu¨ªn en C¨®rdoba, donde el sol aprieta y la arena de la plaza brilla. "Jugu¨¦ cuatro horas y algo en la final (del Abierto de EEUU) y llevo tres semanas compitiendo casi cada d¨ªa al m¨¢ximo nivel, y eso requiere un esfuerzo, y evidentemente uno llega algo tocado, pero...". Pero jugar¨¢, como se ha confirmado esta ma?ana.