Sastre dice hasta aqu¨ª he llegado

Al mediod¨ªa, la hora del ¨¢ngelus, Carlos Sastre anunci¨® a un pu?ado de periodistas en un hotel a las afueras de Madrid que hasta ah¨ª hab¨ªa llegado, que su carrera como ciclista profesional hab¨ªa acabado el domingo pasado en el podio de La Cibeles, donde recibi¨® junto a sus compa?eros del Geox el premio al mejor equipo de la Vuelta a Espa?a. "Cierro un ciclo deportivo que ha durado 28 a?os, que comenz¨® cuando mi padre meti¨® en casa una bicicleta cuando ten¨ªa ocho a?os", dijo el ganador del Tour de 2008, un ciclista que ha encarnado como ninguno, a ojos de la afici¨®n, el valor del sufrimiento y el sacrificio. "Dejo la bicicleta con la satisfacci¨®n personal de haber disfrutado de mi trabajo y profesi¨®n. El ciclismo es, para m¨ª, una forma de vida". Para abrazarle y arroparle, aparte de su familia, su esposa, sus padres, se acerc¨® tambi¨¦n al hotel el director general de la Vuelta, Javier Guill¨¦n, quien destac¨® el valor "ejemplar" de la carrera ciclista del corredor de El Barraco y su "compromiso". Con su retirada, solo Alberto Contador, entre los espa?oles que han ganado el Tour, permanece en activo.

Sastre, nacido en Legan¨¦s el 22 de abril de 1975, resumi¨® su carrera en tres personas -su entrenador, Jos¨¦ Luis Pascua Piqueras y los directores Manolo Saiz y Bjarne Riis- y en un momento, en la ascensi¨®n de Alpe d'Huez en 2008, donde gan¨® la etapa y el Tour, una peque?a selecci¨®n de un recorrido profesional iniciado el oto?o de 1997, cuando rompi¨® todos los esquemas al abandonar el Banesto amateur y fichar por el ONCE de Manolo Saiz, el enemigo irreconciliable entonces. Primero como gregario en el ONCE de Beloki y Jalabert, donde permaneci¨® cuatro a?os, luego como infatigable pele¨®n en el CSC de Bjarne Riis, donde sobrevivi¨® al liderazgo de Hamilton, Jalabert, Basso y tambi¨¦n el de los hermanos Schleck, Sastre se convirti¨® en el ciclista perseverante, un maratoniano que acumulaba carreras de tres semanas -la Vuelta 2011, en la que intent¨® el ¨²ltimo d¨ªa posible una fuga imposible, fue la 26? que disput¨®. 10 Tours, 10 Vueltas, seis Giros- y puestos de honor -cinco podios entre las tres-, mientras en su interior se preparaba para su momento de gloria, que lleg¨® un d¨ªa de julio de 2008, cuando en la ascensi¨®n de Alpe d'Huez, acab¨® con las aspiraciones de Fr?nk Schleck, su compa?ero de equipo entonces, y colm¨® las suyas.

Menos felices fueron sus ¨²ltimos tres a?os profesionales, en el inacabado proyecto del Cerv¨¦lo, dos, y en el Geox, uno. Finalmente, aunque las piernas y el f¨ªsico le ped¨ªan seguir, la cabeza, los sinsabores de su ¨²ltima temporada en un equipo en el que sent¨ªa que cobraba m¨¢s de lo que devolv¨ªa, y que se lo hac¨ªan sentir, decidi¨® que no dar¨ªa una pedalada m¨¢s. "No quer¨ªa convertir el ciclismo en un tema meramente econ¨®mico", dijo. "El ciclismo es demasiado grande como para reducirle a eso".