Un churro salva la cocina
La Real Sociedad vence al Granada con un centro de Estrada que se convirti¨® en gol
Lo bueno de los partidos entre equipos similares, igualados, planteados de la misma forma, con id¨¦nticos argumentos es que pueden resultar emocionantes, indecisos, imprevisibles. Y eso es bueno. Lo malo de los partidos similares es que pueden mostrarse como remakes permanentes, importando poco donde se desarrolle la secuencia: en un ¨¢rea o en la otra.
Tienen Real y Granada la misma enfermedad. El gol remolonea, como que no encuentra el pie ni la cabeza. Est¨¢ tan desaparecido que busc¨® la esquina del zapato de Estrada y convirti¨® lo que era un chut desesperado en un gol envenenado. Fue un churro, pero los marcadores no juzgan la masa con la que so construyen los goles.
Estaba todo tan igualado que solo un accidente, un bad¨¦n, pod¨ªa cambiar el encuentro. Le toc¨® a Estrada sorprenderse a s¨ª mismo y cambiar un partido que ten¨ªa mucha lucha, mucho forcejeo, mucha disputa, mucho encontronazo, pero poquito, poquito f¨²tbol. Como si se tratara de dos equipos muy obedientes a la disciplina del banquillo y con poquita, poquita imaginaci¨®n.
REAL SOCIEDAD, 1 - GRANADA, 0
Real Sociedad: Bravo; Estrada, Mikel Gonz¨¢lez, I?igo Mart¨ªnez, De la Bella; Mariga, Illarramendi, Aranburu (Zurutuza. 79); Vela (Sarpong, m. 83) Agirretxe y Griezmann (Cadamuro, m. 76). No utilizados: To?o Ram¨ªrez; Mikel Gonz¨¢lez, Ifran, Pardo y Joseba Llorente.
Granada: Roberto; Nyom, Diakhat¨¦, Mainz, Siqueira; Franco Jara (Fran Rico, m. 61), Mois¨¦s Hurtado, Yebda, Dani Ben¨ªtez, Martins; y Uche (Ighalo, m. 82). No utilizados: Julio C¨¦sar; I?igo L¨®pez, Mikel Rico, Abel G¨®mez y J. Romero.
Gol: 1-0. M. 63. Estrada.
?rbitro: ?lvarez izquierdo. Amonest¨® a Aguirretxe, Siqueira, Franco Jara, Estrada, Griezmann, Illaramendi e I?igo Mart¨ªnez.
Unos 23.000 espectadores en Anoeta.
Resulta curioso que dos laterales derechos resultaran tan decisivos en el partido. Nyom, el del Granada, era como el hilo conductor de su equipo, por su actitud, por su agilidad, por su profundidad. Estrada, por su gol, inesperado, afortunado, sorprendente.
La mejor noticia para la Real era Illarramendi, un rubiales, con mando en plaza, a veces gesticulando futbol¨ªsticamente como Xabi Alonso, casi siempre activado en el partido. Era el jefe, acompa?ado por Mariga, m¨¢s voluptuoso, pero menos preciso. El muchacho de la cantera se antoja un jefe en potencia. Tiene tacto, fuerza y calma suficiente para su ¨¢nimo. Pero est¨¢ verde.
El Granada tiene la lecci¨®n de Fabri bien aprendida, pero si no funciona Uche no se adivina sustituto para hacer gol. Bueno el lateral derecho, Nyom, bueno Siqueira, animoso, activo Martins, pero el gol es una pelea demasiado desigual para sus posibilidades. Da la sensaci¨®n de ser un equipo bien armado, pero con un pu?al en vez de espada cuando se acerca al ¨¢rea. No hay peor noticia para un equipo que darse cuenta de que su delantero centro, Uche, estaba ah¨ª cuando el t¨¦cnico lo sustituye en el minuto 82. Las cartas de su equipo jam¨¢s llegaron a su buz¨®n. As¨ª que se fue, cabizbajo y no cansado.
Hubo un gol y tres ocasiones. Una grande de ??igo Mart¨ªnez, que exigi¨® al portero, una mediana de Agirretxe que salv¨® sin apuros Nyom y otra de Sarpong que de tanto mirar el bal¨®n se mare¨® y se fue al suelo. Entre medio el gol, como un invitado inesperado, un accidente, una circunstancia. Cosas que pasan el f¨²tbol. Todo el resto hab¨ªa quedado igual: ahora no puedo yo, ahora no puedes t¨². Pero Estrada encontr¨® el camino o el camino le encontr¨® a ¨¦l.
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