El Levante es una roca
El aplicado equipo de Juan Ignacio Mart¨ªnez tira de oficio para desquiciar a un Betis muy plano y de poco f¨²tbol
Superado el efecto sorpresa, que le hizo ganar los cuatro primeros partidos siendo un reci¨¦n ascendido, al Betis se le espesa el f¨²tbol mientras se muestran inalterables las virtudes que est¨¢n haciendo grande a este Levante que parece no tener techo. En el choque entre los dos equipos candidatos a ser la revelaci¨®n del primer tramo de competici¨®n, bajo el sol implacable de Sevilla, gan¨® un aplicado Levante, puro oficio, lleno de veteranos que conocen bien su profesi¨®n y entre los que sobresali¨® Sergio Ballesteros. Tan capaz de ganarle una carrera a Cristiano Ronaldo como de provocar la expulsi¨®n de Khedira, el central ofreci¨® una aut¨¦ntica exhibici¨®n. ?l solito acab¨® con los numerosos intentos de un Betis que, espoleado por la movilidad del debutante Pozuelo, busc¨® con insistencia el gol del empate en la segunda mitad. Despejes de todos los colores, cruces afortunados y aplomo con el bal¨®n en los pies afloraron en la actuaci¨®n descollante de Ballesteros.
BETIS, 0 - LEVANTE, 1
Betis: Casto; Chica, Mario (Amaya, min. 5), Dorado, Nacho; Iriney, Be?at, Juanma, Jefferson Montero (Pozuelo, min. 45), Pereira (Salva Sevilla, min. 59); Santa Cruz.
Levante: Mun¨²a; Javi Venta, Ballesteros, Nano, Del Horno; Torres, Iborra, Valdo (Pedro L¨®pez, min. 84), Juanlu (Rub¨¦n Su¨¢rez, min. 73); Barkero (Farin¨®s, min. 62) y Kon¨¦.
Gol: 0-1, min. 33: Juanlu.
?rbitro: Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez (C. Castellano leon¨¦s). Amonest¨® a Pereira, Iriney, Javi Venta, Nano, Juanlu y Barkero.
Unos 36.782 espectadores en el Benito Villamar¨ªn.
Al Betis lo mat¨®, tambi¨¦n, su falta de gol. Tapado Santa Cruz por el propio Ballesteros y Nano, al equipo andaluz le cost¨® un mundo traducir en peligro su incuestionable dominio del bal¨®n. Cuando encontr¨® un resquicio, ah¨ª que surgi¨® Mun¨²a. Sobre todo cuando sac¨® una mano enorme a disparo de Jonathan Pereira poco antes del descanso. El resto de los disparos del Betis fueron lejanos e inocuos, presas f¨¢ciles para el veterano portero uruguayo.
Sin gol, sin esa chispa necesaria para abordar a equipos bien plantados en su campo, al Betis le toc¨® sufrir desde el principio. El t¨¦cnico b¨¦tico, Pepe Mel, quiso abrir el campo dando entrada a Juanma en la banda derecha y el cambio de sistema acab¨® por perjudicar a los suyos. Be?at, la ¨²nica fuente de creatividad del Betis, se vio demasiado solo, cortocircuitado por el impagable trabajo de Iborra y Xavi Torres.
El justo escenario del cero a cero, concebido gracias a la falta de peligrosidad local y el orden del Levante, se rompi¨® a los 33 minutos. Un bal¨®n al segundo palo de Valdo lo remat¨® sin ¨¢ngulo Juanlu. Casto ayud¨® para que la pelota entrara en la porter¨ªa. Juanlu se tom¨® su particular venganza con el Betis, entidad por la que fich¨® en 2006 y en la que apenas jug¨® en dos temporadas.
Kon¨¦, otro viejo enemigo, tuvo la oportunidad de cerrar el partido, pero esta vez Casto evit¨® el segundo. Tocado, pero no hundido, el Betis se revitaliz¨® con la entrada de Pozuelo. El canterano, que debut¨® en Primera, ofreci¨® justo lo que necesitaban sus compa?eros, ese pegamento necesario en al mediapunta para poner en apuros al Levante, cada vez m¨¢s replegado. El Betis toc¨® bien el bal¨®n, se hizo due?o de la situaci¨®n y someti¨® a su rival. Dorado, a la salida de un saque de esquina, estuvo a punto de empatar. El Betis combin¨® con soltura, entr¨® una y otra vez por banda, lanz¨® m¨²ltiples saques de esquina, pero, a la hora de la verdad, casi nunca fue capaz de superar el perfecto entramado defensivo del Levante. El juego andaluz desemboc¨® en una cantidad enorme de centros blandos, previsibles, id¨®neos para los despejes de Ballesteros. El Levante, que adem¨¢s supo parar el partido cuando le convino, mezcla de picaresca y veteran¨ªa, se sinti¨® c¨®modo en su papel de acosado hasta certificar el triunfo. El Betis, al que le esperan miles de partidos como el de ayer, debe madurar y aprender a sortear defensas est¨¢ticas y rocosas, donde su juego imaginativo sufre ante la falta de espacios.
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