Luis Garc¨ªa, el 'poblano'
El delantero, ex del Bar?a, Atl¨¦tico y Liverpool vive una segunda juventud en M¨¦xico
Tom¨® la pelota con la seguridad que le dan sus 31 a?os. La coloc¨® en el punto de penalti con la confianza que da ganar una Champions. Era el debut en la liga mexicana de Luis Garc¨ªa (Sant Adri¨¤ de Bes¨°s, Barcelona; 1978). Golpe¨® el esf¨¦rico al estilo Panenka. Mientras el bal¨®n acariciaba la red, la afici¨®n del Puebla se quitaba los prejuicios, las dudas, y se entregaba a su nuevo ¨ªdolo.
Este catal¨¢n ha llegado a un pa¨ªs inmerso en una ola de violencia. "Hay que venir y vivirlo, siempre se cuentan las cosas malas. Hay disturbios en muchas partes, pero no en todo M¨¦xico. La ciudad donde vivo es muy tranquila y la disfruto mucho". Es f¨¢cil adaptarse al estilo colonial y las tradiciones de una Puebla considerada patrimonio cultural de la humanidad por la Unesco.
En la cancha le cost¨® un poco m¨¢s. No son un mito los efectos de la elevada altura (2.160 metros sobre el nivel del mar), el calor extenuante y el toque corto que muchas veces ha descrito Pep Guardiola tras su paso por el f¨²tbol mexicano (el equipo en el que jug¨® fue el Dorados de Sinaloa). Luis Garc¨ªa tuvo que perderse los primeros amistosos para ponerse a punto. "Es complicado, tienes que estar bien f¨ªsicamente. Cada jornada se juega con un clima distinto y a diferente altitud".
El ¨²ltimo espa?ol que destil¨® talento en terreno azteca fue Emilio Butrague?o. El Buitre lleg¨® con 32 a?os en 1995 al reci¨¦n ascendido Celaya. No solo impuso su estilo en la cancha, sino que llev¨® al modesto equipo a un subcampeonato. El madrile?o se retir¨® en 1998 tras tres a?os en el equipo que tambi¨¦n contratar¨ªa a M¨ªchel, Mart¨ªn V¨¢zquez y Hugo S¨¢nchez.
Las aficiones se ganan de distintas formas. Los campeonatos son v¨ªa segura, otros usan el carisma de sus portes, pero no hay dicho m¨¢s concreto: "goles son amores". El asturiano Carlos Mu?oz (1961) se volvi¨® poblano cuando gan¨® un t¨ªtulo como m¨¢ximo goleador y se convirti¨®, gracias a su consistencia, en el noveno mejor delantero en la historia del equipo (con 33 goles). A Luis Garc¨ªa, pichichi del equipo (con cuatro tantos) en este inicio de liga, le ha bastado con una muestra de su talento. A un a?o del centenario del club, se ha convertido en el estandarte de los festejos. A la pegada limpia y al toque preciso le ha a?adido un trabajo m¨¢s de equipo. Es uno m¨¢s, inmerso en esa obsesi¨®n del f¨²tbol mexicano por que los porteros jueguen evitando el despeje largo y los delanteros no se relajen al terminar una jugada: saben que tienen que acercarse a los centrales y dificultar la salida del bal¨®n. "Me siento muy bien, no vengo a retirarme". Con el sacrificio se ha ganado un lugar con la pelota y sin ella, tambi¨¦n fuera de la cancha.
Discreto, el jugador lleg¨® casi sin avisar, tras tomar la decisi¨®n durante sus vacaciones en Ibiza. Para el equipo se ha convertido en esa figura de peso que necesitaba para consolidarse de una vez en el lote que pelea por el t¨ªtulo y quitarse aquella etiqueta que port¨® durante a?os que dec¨ªa que era un luchador por evitar el descenso.
El futbolista, por su parte, aprovecha la oportunidad de reinventarse en un f¨²tbol emergente en sus categor¨ªas inferiores, que hace mucho no disfrutaba del talento de un veterano con palmar¨¦s internacional.
Formado en la escuela del Bar?a, jugador del Valladolid, Atl¨¦tico y Barcelona, y ganador de la m¨ªtica Champions de Estambul en 2005 con el Liverpool, Luis Garc¨ªa sigui¨® su recorrido por Espa?a (otra vez Atl¨¦tico, Racing) y Grecia (Panathinaikos); y una lesi¨®n grave de rodilla incluida, antes de recalar finalmente en el Puebla. La calidad sigue intacta. "Llevaba tiempo sin disfrutar, ahora lo estoy haciendo". El campo del Cuauht¨¦moc sonr¨ªe y ovaciona la zurda que supo ganar, deleitar e inmortalizarse en Anfield.
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