"Que no pueda decir que no"

Es un Pep Guardiola en estado puro, quiz¨¢ m¨¢s actor que de costumbre, tamborilea sus dedos y entra al di¨¢logo, reflexivo; mira embelesado a su interlocutor, otro fil¨®sofo: el cineasta Fernando Trueba. Ambos protagonizan una campa?a del Banc Sabadell, del que el t¨¦cnico es imagen publicitaria, y hablan sobre el futuro, palabra que al t¨¦cnico del Barcelona parece darle pavor.

En esa charla, Guardiola insiste en su idea de no atarse al club que suspira por sus encantos. "No hay d¨ªa que no piense que ma?ana me voy. Soy incapaz de planear m¨¢s tiempo de medio a?o o a?o y medio. Trabajo mejor pensando que tengo la libertad para decidir mi futuro", dice. La respuesta no se hizo esperar. La dio el presidente, Sandro Rosell, en Onda Cero: "Por nosotros no quedar¨¢, y como dijo el vicepresidente, Josep Maria Bartomeu, haremos todo lo posible para que ¨¦l no pueda decir que no".

La junta directiva sabe que una f¨®rmula para que el entrenador -que siempre renueva de a?o en a?o- no busque un cambio de aires es complacerle en todo, lograr que est¨¦ a gusto. Y uno de los aspectos que influye en ello y que es responsabilidad del club es cuidar a su cuerpo t¨¦cnico tanto como se mima al propio Guardiola. En lugar de insistir en el elevado coste que supone mantener al equipo t¨¦cnico y de asesores que rodea al entrenador, a la directiva se le ha aconsejado que cambie de estrategia y trate de contentarlos y garantizar su continuidad para favorecer la permanencia del propio t¨¦cnico. De hecho, el ¨²ltimo contrato que este firm¨®, en febrero de este a?o, afectaba tambi¨¦n al de sus colaboradores.

Rosell siempre intent¨® atar al t¨¦cnico. Lleg¨® al club con la idea de prorrogar su contrato por un periodo amplio, los seis a?os que abarcar¨ªa su mandato presidencial o, al menos dos o tres temporadas. Pero tuvo que acatar la voluntad de Guardiola, que no cree en esa f¨®rmula como garante de la estabilidad de un club. "La estabilidad jam¨¢s la dar¨¢ el entrenador, sino los directivos", dec¨ªa en julio de 2010. Rosell, a fin de cuentas, tiene que tratar que Guardiola est¨¦ tan a gusto en el club como el t¨¦cnico procura que Messi lo est¨¦ en el equipo.