M¨¢rquez, el chico que hace milagros
El espa?ol, castigado a la cola de la parrilla, remonta desde la 38? plaza y sube al podio.- Solo cede tres puntos en la general a Bradl, segundo
Le vieron algo especial desde que era un enano. Cuando burlaba las reglas y escalaba categor¨ªas que, en teor¨ªa, ten¨ªa prohibidas. Hicieron la vista gorda porque no hab¨ªan tenido ante sus ojos un talento semejante. As¨ª que el ni?o corr¨ªa con motos m¨¢s grandes que ¨¦l desde que sus familiares tienen memoria. Tanto que el primer casco que us¨® le ven¨ªa grande. El ni?o se ha hecho mayor. Se llama Marc M¨¢rquez y ha dado la raz¨®n a todos cuantos creyeron en su carisma y su arte. Hoy es el chico que hace milagros. Asombr¨® al mundo hace un a?o, en Portugal, donde aspiraba al t¨ªtulo mundial y cometi¨® un error que le oblig¨® a salir desde el pasillo de los garajes. Remont¨® y gan¨® la carrera. Aquello le llev¨® en volandas hasta Valencia, donde culmin¨® la haza?a y se coron¨®, con solo 17 a?os. Este domingo, M¨¢rquez ha vuelto a hacerlo. Ha vuelto a dar la campanada. A enmendar un fallo, una equivocaci¨®n que dej¨® a un rival en el hospital y a ¨¦l con el ojo morado y el cuerpo magullado, con una carrera brillante, de las que hacen historia. Nadie pensaba que pudiera repetirlo. Porque Moto2 es una categor¨ªa muy complicada, con m¨¢s del doble de pilotos, con motos de 600cc y 135 kilos de peso. Porque sal¨ªa desde la cola, en la 38? posici¨®n, al ser castigado con un minuto extra sobre su tiempo de clasificaci¨®n por lo que la direcci¨®n de carrera consider¨® conducci¨®n peligrosa. Ten¨ªa un mundo por delante y mucho que perder si acababa otra vez por los suelos. Pero lo hizo.
M¨¢rquez bord¨® la salida. Se col¨® el carril del medio y al llegar al primer parcial de aquella primera vuelta ya era 22?; rodaba 17? al cubrir el segundo parcial. Cuando pas¨® por meta lo hizo en la 14? posici¨®n. Y sigui¨® su repertorio de adelantamientos, A Kallio y a Corsi en el segundo giro, mientras su rival por el t¨ªtulo, el alem¨¢n Stefan Bradl, rodaba en quinto lugar. El chico de Cervera (Lleida) gan¨® dos posiciones m¨¢s en la tercera vuelta, y otras dos a la siguiente, cuando adelant¨® a Aegerter y Takahashi. Se mantuvo en esa d¨¦cima plaza tras cinco vueltas, porque tuvo un ligero susto a lomos de esa fant¨¢stica Suter que su equipo ha tenido que recomponer hasta en dos ocasiones este fin de semana. Entretanto, Bradl, que al llegar a Australia persegu¨ªa al espa?ol en la clasificaci¨®n a solo un punto de distancia y que no protagoniz¨® el inicio del campeonato por casualidad, sino por su constancia y excelente pilotaje este a?o, se hab¨ªa colocado primero, seguido de Alex de Angelis, que ya no le dejar¨ªa a sol ni a sombra y que termin¨® birl¨¢ndole la victoria en la ¨²ltima vuelta.
Pero quedaba mucha tela que cortar. Porque M¨¢rquez estaba empe?ado en arreglar el entuerto que caus¨® cuando embisti¨® al tailand¨¦s Wilairot en los entrenamientos del viernes. As¨ª que rebas¨® tambi¨¦n a Sufouglu; se le enquist¨® Pol Espargar¨®, que le discuti¨® la posici¨®n unos cuantos giros m¨¢s. Era s¨¦ptimo tras ocho vueltas; y sexto tras 10 giros. Y tras deshacerse, no sin esfuerzo, de Luthi, Redding y Espargar¨®, rodando como lo hac¨ªa al mismo ritmo que el l¨ªder, Bradl, escal¨® hasta la cuarta posici¨®n.
La carrera hab¨ªa llegado a su ecuador y el espa?ol ya se hab¨ªa deshecho por el camino de hasta 34 pilotos. El final de la prueba, con el neum¨¢tico trasero destrozado a causa de tanto esfuerzo, fue casi ag¨®nico, como, por ejemplo, cuando M¨¢rquez quiso adelantar tambi¨¦n a Corti, tercer clasificado. Le tom¨® el interior de una curva a la derecha y justo en el momento que le rebasaba, el italiano se tambale¨® sobre su moto. Andaban ellos dos tan juntitos como la pareja en cabeza, Bradl y De Angelis, separados tanto unos como otros por una escasa d¨¦cima de segundo. Y tambi¨¦n hubo un toque entre el alem¨¢n y el de San Marino, que no renunciaba al triunfo en un fin de semana en el que ha volado en el que dice es su circuito preferido; pero tampoco quer¨ªa Bradl renunciar a la victoria. Y casi echa a perder su excelente carrera con un toque innecesario cuando trataba de defender la posici¨®n en la ¨²ltima vuelta. Hasta entonces tuvo que sacar las u?as M¨¢rquez para que Corti ni le birlara el podio, ni le dejara sin carrera. Pero el chico que hace milagros, ya hab¨ªa superado sus peores obst¨¢culos y no volvi¨® a cometer ning¨²n error. En Phillip Island, bajo un sol que no calentaba demasiado, entre curvas y deliciosos cambios de rasante, M¨¢rquez hizo historia.
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