El Levante empieza a cre¨¦rselo

El Levante no es que sepa sufrir, sino que empieza tambi¨¦n a disfrutar. Y a relamerse de los cruces de Ballesteros, las arrancadas de Javi Venta o de Juanfran, los pases en profundidad de Farin¨®s y las sutilezas de Barkero. Las cinco victorias seguidas son un merecimiento m¨¢s que un regalo. Consecuencia del estado de gracia colectivo e individual. Y los escasos tres goles encajados en siete jornadas, resultado del meticuloso trabajo de una defensa entusiasta y enamorada de su profesi¨®n. El equipo m¨¢s veterano de la Liga, con una media de 32 a?os menos dos d¨ªas, liquid¨® al M¨¢laga en todos los terrenos, sobre todo el de la intensidad y el convencimiento. Al cuadro de Pellegrini se le atragant¨® la pelota: en las dos ¨¢reas mandaron los granota.

Sopla y resopla Cazorla, mira al suelo, lanza pu?etazos al aire de desesperaci¨®n. ?C¨®mo es posible?, se pregunta. Acaba de dar un pase magistral de 20 metros a Jes¨²s G¨¢mez, cuyo disparo cruzado desv¨ªa Mun¨²a. Cazorla ha participado m¨¢s que nadie, omnipresente en el centro del campo, tratando de poner en marcha la maquinaria blanquiazul. En vano. El M¨¢laga se va al descanso con uno menos y tres goles en contra, uno m¨¢s que en las seis jornadas anteriores.

Le pas¨® por encima el vendaval azulgrana. Un ej¨¦rcito de gladiadores que, como novedad, se siente muy a gusto con el bal¨®n en los pies. Lo tratan con cari?o desde las mismas entra?as de Mun¨²a, no rifan un pelotazo m¨¢s que cuando sea necesario. El Ciutat de Val¨¨ncia no solamente disfruta porque gana, sino porque la est¨¦tica se ha apoderado de los hombres de Juan Ignacio Mart¨ªnez. La grada granota cerr¨® el partido puesta en pie, despidiendo a sus jugadores, camino del vestuario, con un grito un¨¢nime y muy seco: "?Levante, Levante, Levante!".

Primero fue Juanfran. El lateral izquierdo tuvo la valent¨ªa y la fuerza para desdoblar a su interior, Juanlu, y pedirle la pelota en la l¨ªnea de fondo. Lleg¨® hasta ella, ote¨® el horizonte y la envi¨® al centro del ¨¢rea para Barkero. Al tiro de este le acompa?¨® la fortuna de rebotar en un defensa y colarse. Todo le fue rodado al Levante. Tras un gran pase largo de Farin¨®s a Kone, se interpuso, al parecer con la mano fuera del ¨¢rea, el portero Willy. A la expulsi¨®n del meta malacitano le sigui¨® el segundo tanto local, consecuencia de otro rechazo en la barrera a los pies de Juanlu. Este, malacitano de origen, no tuvo compasi¨®n para marcarle al reci¨¦n ingresado Rub¨¦n. M¨¢s que un oportunidad fue una pesadilla para el portero Rub¨¦n, dormido poco despu¨¦s cuando Kon¨¦ se le adelant¨® en otra acci¨®n dividida que abri¨® ya una brecha insalvable.

Pellegrini respondi¨® en el descanso con los dos cambios que le quedaban: entraron Rond¨®n y Seba, en un mensaje de que no daba el partido por perdido. La intenci¨®n era esa, la remontada, si no fuera porque estaba ah¨ª Ballesteros, lo m¨¢s parecido a una roca, capaz de repeler con la nuca un bombazo de Monreal. Y el correr mec¨¢nico y efectivo de Nano, el benjam¨ªn de la defensa tan solo 31 a?os.

El relevo de Cazorla lo tom¨® Isco, un malabarista con la pelota, tapado, eso s¨ª, por un Farin¨®s incansable, siempre en su sitio, otro veterano m¨¢s ilusionado. El Levante gobern¨® el segundo tiempo sin apuros, dosific¨¢ndose para citas m¨¢s exigentes, acariciando la goleada tras un zigzagueo de El Zhar, alimentando la brasa de seguir siendo col¨ªder junto al gigante azulgrana, el Bar?a, extra?o compa?ero de viaje.

Levante 3 - M¨¢laga 0