Reyes y Rudy, m¨¢s que suficiente

El Madrid arranc¨® su camino en la Euroliga con la disposici¨®n del estudiante aplicado. Luciendo sus nuevos recursos y presumiendo de los clasicos. Venc¨ªan los blancos por 21 puntos a falta de dos minutos y sobre la pista de Charleroi Felipe Reyes peleaba con denuedo por un rebote ofensivo. Fue el ejemplo de la actitud de un grupo sobrado de aptitud que firm¨® un partido tan redondo como los 100 puntos de su casillero.

El capit¨¢n blanco firm¨® 19 puntos y 9 rebotes para un 25 de valoraci¨®n. Los mismos puntos que Rudy Fern¨¢ndez que, a destellos, despleg¨® lo m¨¢s granado de su repertorio.

Tras una secuencia de tiros err¨¢ticos, p¨¦rdidas de bal¨®n y movimientos desacompasados, el Madrid comenz¨® a tomar medidas al aro belga de la mano de Ante Tomic. Ni Shengelia ni Beghin lograban contener al tallo croata que se convirti¨® en la primera veta fruct¨ªfera para los madridistas por talento y por cent¨ªmetros.

Dominada la pintura, los de Pablo Laso diversificaron su producci¨®n anotadora presumiendo de su excelso cat¨¢logo en el per¨ªmetro. Rudy Fern¨¢ndez, con siete puntos en el primer cuarto, regresaba a la competici¨®n, cinco a?os despu¨¦s de su ¨²nica participaci¨®n con el Joventut, con mucho ¨ªmpetu y la mu?eca caliente. Al buen tino del escolta mallorqu¨ªn se unieron Su¨¢rez, Mirotic y Carroll, que probaron con ¨¦xito desde la l¨ªnea de 6,75 y fueron estirando la cuerda hasta la frontera de los diez puntos de ventaja (18-28 a 9m29s para el descanso).

El t¨¦cnico local, Giovanni Bozzi, intent¨® recomponer su pizarra y agitar el banquillo. Recurri¨® al veterano Andre Riddick, de 38 a?os, m¨¢s como fetiche que por convicci¨®n. El a?o pasado, el p¨ªvot estadounidense se comi¨® a las torres blancas con 8 puntos, 8 rebotes y 4 tapones para un 21 de valoraci¨®n, pero esta vez no funcion¨®. El que se meti¨® en faena con tanta firmeza como acierto fue Felipe Reyes que con 12 puntos en el segundo cuarto estir¨® la diferencia hasta los 14 puntos (25-39) mediado el segundo cuarto. Al descanso, los blancos dominaban el rebote (11-16), doblaban al conjunto belga en el cap¨ªtulo de asistencias (5-10) y sumaban 45 puntos. Casi tantos como al t¨¦rmino del partido que hace un a?o enfrent¨® en esta misma pista a ambos equipos.

Aquel d¨ªa el Madrid cay¨® 67-49 con un p¨¦simo porcentaje de 17 canastas de 70 intentos en tiros de campo. Concienciados de la necesidad de no repetir el borr¨®n, los madridistas dinamizaron su juego, apretaron los dientes en defensa y buscaron correr en ataque. Pero no acababan de sujetar el impulso de Mallet y Hamilton que tirando de su fibroso repertorio sosten¨ªan al descanso al cuadro belga a una distancia accesible (37-45). Laso ped¨ªa paciencia en cada tiempo muerto. "Cada pase extra que damos es una canasta a favor", explicaba el t¨¦cnico blanco que, consciente del potencial de su equipo cuando el partido se embala, busca reafirmar conceptos en el ataque est¨¢tico y prolongar los minutos de consistencia de los suyos sobre el parquet.

Al regreso de los vestuarios, el guion permanec¨ªa inalterable. La diferencia a favor de los visitantes rondaba los 10 puntos. Cuando superaba esa barrera, el Madrid ofrec¨ªa la sensaci¨®n de estar en disposici¨®n de romper el choque. Cuando los belgas reduc¨ªan la ventaja, los blancos titubeaban hasta dudar de su cuajo. La indefinici¨®n se prolong¨® durante unos minutos. Justo el tiempo que tard¨® Felipe Reyes en apuntarse su en¨¦sima medalla del m¨¦rito al trabajo. La intensidad y abnegaci¨®n del capit¨¢n blanco sell¨® en el marcador la distancia real que separa a ambos equipos en la pista. Los destellos que aportaban Rudy Fern¨¢ndez y Jaycee Carroll en sus apariciones epis¨®dicas redondearon el triunfo y desataron la fiesta. Mallet se mont¨® la suya particular y en un insustancial yo me lo guiso y yo me lo como encumbr¨® su estad¨ªstica particular hasta los 27 puntos.