Un tiempo fascinante
El Real Madrid se exhibe en los primeros 45 minutos y arrolla al M¨¢laga
Un Madrid por buler¨ªas, arrollador y art¨ªstico, se exhibi¨® en M¨¢laga, donde el f¨²tbol brind¨® por el equipo de Mourinho durante un primer tiempo que result¨® definitivo. En su vuelo supers¨®nico, el Madrid dej¨® a su rival en el cascar¨®n y evidenci¨® de paso el trecho que separa a los jerarcas de toda la vida de los nuevos aspirantes. Lo era y es este M¨¢laga de jeques, pero se top¨® con un gigante que le hizo padecer lo que significa el mal de altura. El Madrid le despe?¨® en todos los aspectos, en lo t¨¢ctico, t¨¦cnico, f¨ªsico y an¨ªmico. El equipo visitante coloniz¨® el juego desde el calentamiento, sin dejar un resquicio a la posible crecida del adversario, que solo asom¨® la cabeza cuando ya ca¨ªa por 0-4, o sea, a partir del descanso. Despejado el marcador, en el segundo periodo, al homenaje se sum¨® Casillas, may¨²sculo en su 428? partido de Liga con el Madrid, ya solo superado por Ra¨²l, Sanchis, Santillana y Hierro.
M?LAGA, 0 - REAL MADRID, 4
M¨¢laga: Rub¨¦n; Jes¨²s G¨¢mez, Demichelis, Mathijsen, Eliseu (Monreal, m. 85); Toulalan, Apo?o; Joaqu¨ªn (Buonanotte, m. 77), Isco, Cazorla (Seba Fern¨¢ndez, m. 70); y Rond¨®n. No utilizados: Pol; Sergio S¨¢nchez, Maresca y Van Nistelrooy.
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Pepe, Marcelo; Xabi Alonso, Khedira; Di Mar¨ªa (Callej¨®n, m. 75), Kak¨¢ (?zil, m.61), Cristiano Ronaldo; e Higua¨ªn (Benzema, m. 68). No utilizados: Ad¨¢n; Varane, Altintop y Granero.
Goles: 0-1. M. 10. Higua¨ªn. 0-2. M. 22. Cristiano Ronaldo. 0-3. M. 27. Cristiano Ronaldo. 0-4. M. 37. Cristiano Ronaldo.
?rbitro: Mateu Lahoz. Amonest¨® a Eliseu.
Unos 29.000 espectadores en La Rosaleda.
El conjunto madridista concedi¨® la graduaci¨®n que merec¨ªa un rival con reputados solistas y se tom¨® el partido como un reto. No hubo tregua y el Madrid tir¨® de cat¨¢logo: firmeza defensiva, gobierno central, f¨²tbol total en ataque, donde todos interpretaron como ¨¢ngeles la b¨²squeda del espacio, nada de mostrar la matr¨ªcula a los zagueros malaguistas, que pasaron un calvario. Tras un primer tiempo de bienaventuranzas, el Madrid mereci¨® salir a hombros de La Rosaleda.
Desde que fuera despedido de Chamart¨ªn, a Manuel Pellegrini nunca le ha ido bien citarse con su exequipo. La temporada anterior encaj¨® un 7-0 en el Bernab¨¦u. Escarmentado, quiz¨¢ por ello trastoc¨® el dibujo: recuper¨® a Apo?o, castigado por el t¨¦cnico desde una bronca en el vestuario en la primera jornada, y, sobre todo, prescindi¨® de Van Nistelrooy en favor de Rond¨®n. Toda una se?al de humo. Pellegrini envid¨® por un M¨¢laga de largo recorrido, a la contra. La juvenil explosividad de Rond¨®n, escoltado por Joaqu¨ªn como segundo delantero, en detrimento de un futbolista ya muy zurrado. El observatorio del chileno no funcion¨®. El Madrid salt¨® el macizo como quiso y solo hubo un partido, el suyo, el que liquid¨® con un primer tiempo muse¨ªstico.
Encapsulado el M¨¢laga, al que le falt¨® pulso desde el inicio, el grupo de Mourinho se encarg¨® de todo el relato, hasta que Higua¨ªn hizo bingo tras un magn¨ªfico pase de Di Mar¨ªa, otro que ahora muestra perfiles desconocidos. Di Mar¨ªa, m¨¢s proclive a regatear como quien lleva una lagartija en la cintura, fue el primer asistente. Un gol que retrat¨® al Madrid. Primero por el en¨¦simo desmarque puntual y preciso de Higua¨ªn, que domina como nadie esta suerte. Nunca est¨¢, siempre llega y cuando lo hace pocos le detectan. No hay radar ante tipos como Higua¨ªn, que, siempre camuflados, rodean como nadie el fuera de juego. Plantado ante Rub¨¦n, le dej¨® de lado y emboc¨®. Sobre la l¨ªnea de gol estaba Cristiano, pero listo, no le pudo el ego¨ªsmo. De haber empujado la pelota, CR le hubiera quitado un gol al Pipa, pero pod¨ªa haber dejado sospecha sobre su posici¨®n. Ronaldo actu¨® con doble inteligencia.
El azote de Higua¨ªn abri¨® el apetito madridista, que se tom¨® el duelo como algo m¨¢s que un tr¨¢nsito liguero. Es costumbre de este Madrid tirar de colmillo cuando se mide a equipos que flirtean con el segundo escal¨®n de la Liga. Ramos y Pepe no dieron aire en defensa, Alonso tir¨® de pincel y el batall¨®n atacante (Di Mar¨ªa, Kak¨¢, Cristiano e Higua¨ªn) nunca estuvo al alcance de alg¨²n malaguista. Sosten¨ªa Mourinho el pasado viernes, que en esta pretemporada el plantel ha ensayado concienzudamente los movimientos ofensivos. El Madrid de este curso deja pruebas de ello. No hay atacante inm¨®vil, que act¨²e de poste, todos barren el frente y llegue por donde llegue la jugada siempre hay alguien en el ¨¢rea. Eso s¨ª, no siempre el mismo.
Si hab¨ªa que medir al Madrid, no al contraataque sino ante un contrario con la persiana abajo, su nota fue sobresaliente. En su repertorio no hubo dianas a la contra. A la fiesta imperecedera de Higua¨ªn se sum¨® Cristiano, que encaden¨® tres goles como tres soles. Uno tambi¨¦n a servicio de Di Mar¨ªa; resolvi¨® con un delicado remate con la izquierda. En el segundo, mientras Higua¨ªn distra¨ªa con astucia a Mathijsen, el portugu¨¦s se sacudi¨® a Demichelis como si fuera una mosca y remat¨® desde fuera del ¨¢rea, seco, raso, imposible para Rub¨¦n. Lo del tercero fue oper¨ªstico. Ramos, tambi¨¦n picante en el ¨¢rea del contrario, cabece¨® un c¨®rner lanzado por Di Mar¨ªa y CR, en el punto de penalti, atac¨® la pelota con la suela, un suelazo. Un tanto que, de alguna forma, hizo rebobinar al que Johan Cruyff, m¨¢s escorado que CR, firm¨® ante Reina en el Bar?a-Atl¨¦tico de Madrid en la 73-74. Goles, aqu¨¦l y este, ya incunables.
Un tiempo fue suficiente. Del resto se encarg¨® Iker Casillas, imposible para el M¨¢laga, que puso todo el empe?o por maquillar la noche. No fue posible. Los postes y el capit¨¢n amarillo se lo impidieron. En este Madrid de aire sublime, todos tienen su momento de gloria.
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