Llorente, el dios de la lluvia

Jueves por la noche y San Mam¨¦s bien poblado solo pod¨ªa tener una explicaci¨®n. M¨¢s all¨¢ de la fe que se profesa en la catedral y un buen estado de ¨¢nimo general, la aposentadur¨ªa que dec¨ªa Vicente Cantatore (aquel entrenador chileno del Valladolid), sab¨ªa que la emoci¨®n fuerte, el ritmo, los riesgos, las pol¨¦micas y la ¨¦pica estaban garantizadas. Athletic y Atl¨¦tico acostumbran a este tipo de partidos intensos, m¨¢s profundos que est¨¦ticos, m¨¢s a¨²n cuando ambos andan necesitados de puntos, de mirar hacia arriba para dejar de tener ojos en la espalda. Dicho y hecho. De principio a fin. El ¨ªmpetu del Athletic y la necesidad del Atl¨¦tico (y de su banquillo) necesariamente ten¨ªan que abrir espacios, romper l¨ªneas y proponer esos partidos esplendorosos, que no espl¨¦ndidos, por cuyos pasillos transitan con igual intensidad los futbolistas y el p¨²blico. Y Llorente, el le¨®n herido, apelando a la ¨¦pica y a la ¨¦tica del futbolista cuando no quiso irse tras una torsi¨®n y cambi¨® dolores por goles, los famosos goles del cojo, que en realidad no est¨¢ cojo sino herido.

Por ah¨ª anduvo al principio el turco Turan, como Pedro por su casa, enga?ando una y otra vez a la defensa del Athletic: que si a la espalda de Javi Mart¨ªnez, que si a la de Aurtenetxe, que si a la de Iraola, la t¨ªpica mosca molesta en una tarde de verano. Turan era el l¨ªder que confund¨ªa al Athletic, habida cuenta de que Gaby andaba taciturno, no se sabe si ninguneado o autoexcluido del partido. Fueron los momentos de gloria del Atl¨¦tico, cuando pudo marcar Falcao y respondi¨® Iraizoz ratificando la confianza p¨²blica de Bielsa, y cuando pudo golear Filipe Luis, que cruzo en exceso. Ten¨ªa el Athletic los pasillos de la catedral, en jornada de puertas abiertas.

Le cost¨® al Athletic un buen rato juntarse y un rato m¨¢s mirarle a los ojos a Courtois. Pero el Atl¨¦tico muri¨® en ese rato. Godin, disperso, grande de cuerpo pero peque?o en el juego, derrib¨® con la mano a Susaeta, pero el ¨¢rbitro entendi¨® que fue una caricia amistosa. En cualquier caso, la jugada asust¨® al Atl¨¦tico que se convirti¨® en una sombra errante en cuanto se cerraron los pasillos.

El Athletic, cuando se agrup¨®, someti¨® al rival al habitual asedio: el que se produce con el esp¨ªritu de San Mam¨¦s anudado al estilo de Bielsa. Iturraspe tom¨® el mando, visto que Javi Mart¨ªnez (que fue sustituido en el descanso) andaba escaso de ideas y de fortuna. El Athletic se olvid¨® de la lesi¨®n temprana de Amorebieta, que dio entrada al poco utilizado San Jos¨¦, y luego le recorri¨® un escalofr¨ªo cuando Llorente tuvo una torsi¨®n que forz¨® su rodilla ya herida y San Mam¨¦s call¨®. Luego bram¨®, cuando el delantero internacional regres¨® al terreno de juego. Fue alivio y esperanza. El "grande" siempre es el "grande", sobre todo si el peque?o genio, Muniain, no tiene su d¨ªa, perdido en la isla de la media punta, sin sus arrebatos naturales que rompen l¨ªneas y defensas. El "grande" se hab¨ªa sacado un disparo magn¨ªfico que exigi¨® al mejor Courtois. Se hab¨ªa peleado con todos y hab¨ªa puesto accidentalmente, solo, en juego su dolorida rodilla.

Y quiso la lluvia, que ca¨ªa insistente en Bilbao, que fuera Llorente el que abriera el marcador en una jugada que delataba a todos los participantes: a Susaeta por listo para recibir un saque de banda, al Atl¨¦tico porque ya jugaba con el pijama y a Llorente porque es capaz de meter un gol con los tacos de la bota, mediante roce en la defensa rojiblanca, para que el bal¨®n entrase llorando, emotivo, como puntos suspensivos hacia el ¨¢rea.

Y quiso Toquero con un centro medido hacer m¨¢s grande al supuesto cojo que rescat¨® su mejor remate de cabeza, su mejor estilo para superar a un hundido (climatol¨®gica y deportivamente) Courtois.

Como anda Bielsa metido en plegarias para resarcir los da?os, el cielo lluvioso le hizo caso y Toquero cabece¨® el tercero tras un centro enroscado de Ander Herrera. Era su premio. El Atl¨¦tico hab¨ªa dimitido hac¨ªa muchos minutos. Sin paraguas, se hab¨ªa ido del campo. Manzano ni sal¨ªa del banquillo. De momento.

Athletic 3 - Atl¨¦tico 0