Hasta que Rudy quiso

Hubo partido hasta que Rudy quiso. Cegados ante el aro, con unos p¨ªrricos 24 puntos en su casillero al descanso, el Madrid sufr¨ªa en un partido denso. El Gran Canaria no le conced¨ªa espacio para correr y le achuchaba en defensa con una presi¨®n asfixiante. Nada les sirvi¨® a los de Pedro Mart¨ªnez cuando Rudy se visti¨® de artificiero y desat¨® la pirotecnia en un tercer cuarto primoroso que sentenci¨® el choque. 12 puntos, tres triples, una metralleta incontenible para el pausado guion de los amarillos.

Les cost¨® a los de Laso aterrizar en el parquet del Centro Insular de Deportes. A los cinco minutos de partido apenas contaban en su casillero con dos puntos merced a una solitaria canasta de Tomic. Todo un anticipo de lo que iba a ser el choque. Secos ante la defensa asfixiante del Gran Canaria, los blancos no encontraban v¨ªas de penetraci¨®n y se ve¨ªan obligados a jugarse lanzamientos en condiciones m¨¢s que apuradas. Los puntos de Nelson y el dominio en el rebote otorgaban, de inicio, el mando del partido al conjunto de Pedro Mart¨ªnez.

Llull no descifraba el ritmo id¨®neo en la direcci¨®n, Rudy no atinaba desde el per¨ªmetro y la pareja de interiores Mirotic-Tomic no rascaba bola. Solo Carlos Su¨¢rez, multiplic¨¢ndose en defensa y en ataque, sosten¨ªa a los suyos atosigados y sin respuesta. Laso comenz¨® a mover ficha en busca de soluciones. Otorg¨® el mando a Sergio Rodr¨ªguez, se agarr¨® al pulso y la emotividad de Carroll (en su regreso a la que fue su casa durante dos temporadas en las que se proclam¨® m¨¢ximo anotador de la Liga) y encomend¨® a Felipe la tarea de fajarse en la pintura con Savan¨¦, Palacios y Xavi Rey. Un parcial de 0-7 corrobor¨® la mejor¨ªa en la mezcla blanca, pero el partido segu¨ªa atascado. Los guarismos eran tan exiguos que la proyecci¨®n al descanso (24-24) anunciaba un pobre empate a 48 al t¨¦rmino del partido.

El Madrid, que en lo que va de temporada nunca hab¨ªa bajado de los 80 puntos ni en la Liga ni en la Euroliga, sumaba nueve canastas en juego al t¨¦rmino de los dos primeros cuartos con unos p¨¦simos porcentajes de tiro: seis de 19 en tiros de dos (31%) y tres de 13 en triples (23%). No eran mucho mejores en el bando local, que fiaba su suerte a su abnegada aplicaci¨®n defensiva, al tino de Nelson, m¨¢ximo anotador al descanso con siete puntos y al impulso de la grada. En medio del apag¨®n, emergi¨® la figura de Ibaka que, en su estreno en esta Liga, con un tap¨®n, marca de la casa, y un dos m¨¢s uno en la continuaci¨®n agit¨® moment¨¢neamente el partido (tres puntos, cuatro rebotes y dos tapones en apenas ocho minutos sum¨® el p¨ªvot de origen congole?o en su estad¨ªstica final). Puro espejismo. Los aros estaban tapiados, cada ataque era una espesura y la pelota parec¨ªa de plomo.

Pero a la vuelta de los vestuarios, el Madrid se puso manos a la obra. Los de Laso rompieron a sudar y Rudy cogi¨® su fusil. El escolta mallorqu¨ªn, in¨¦dito hasta entonces en la anotaci¨®n, sum¨® 12 puntos en el tercer cuarto (14 al final), lider¨® un parcial de 0-16 a favor de los blancos y rompi¨® la parsimonia. Al ritmo que marcaba la agitaci¨®n de Rudy, los madridistas desatascaron el per¨ªmetro y se agigantaron en la pintura. Un parcial de 15-30 en el tercer acto que rompi¨® el duelo.

Su¨¢rez y, sobre todo, Reyes blindaron el rebote defensivo conforme el desgaste del duelo iba descubriendo las limitaciones de la rotaci¨®n del Gran Canaria. El capit¨¢n blanco, en su en¨¦sima exhibici¨®n bajo los aros, conquist¨® 13 de los 42 rebotes de su equipo. No obstante, los de Pedro Mart¨ªnez se resist¨ªan a entregar el partido amparados en el acierto de Michael Bramos. El escolta de Michigan, m¨¢ximo anotador del partido con 15 puntos, tom¨® el relevo de Nelson y llev¨® a los amarillos hasta la orilla. Pero su empuje no fue suficiente. El Madrid de Rudy prolonga su dicha.