Basile es demasiado

El accidente estaba servido. M¨¢s que nada porque el Bizkaia cada vez que se asomaba al balc¨®n se le mov¨ªa la barandilla y le temblaban el pulso y los pies. Jam¨¢s pens¨® en que pod¨ªa derrapar como ocurri¨®, con un triple a la remanguill¨¦ de Basile, gris oscuro en el partido, a falta de dos segundos, una d¨¦cima despu¨¦s de que Vasileiadis consiguiera igualar el marcador con un triple que no fue, por pisar con la u?a de su pie la raya, seg¨²n los ¨¢rbitros. Era como si despu¨¦s de haber trazado mal todas las curvas, te detienen en plena recta por tirar una colilla al suelo. Cosas del reglamento o cosas del esp¨ªritu. El italiano funcion¨® a las mil maravillas. El Cant¨² tiene pocos jugadores, pero much¨ªsimo oficio, suficiente al menos para dominar el juego, el marcador y el tiempo del partido. Tipos como Basile, apagado hasta que encendi¨® todas las fluorescentes en el instante final, Marconatto, espectacular, Micov y Leunen, con la mu?eca floja, o la sabidur¨ªa de Mazzarino con tonsura de veterano en el pelo, hacen del Cant¨² un equipo dif¨ªcil de destruir moralmente.

El Bizkaia tir¨® la primera mitad por falta de tacto, por falta de defensa. Se acomod¨® a un partido de nivel bajo, de intensidad leve, que al equipo italiano le ven¨ªa a las mil maravillas. Solo resist¨ªa por las acometidas de Marko Banic, un tipo impagable para este equipo, que resist¨ªa el marcador para que no excediera de los diez puntos, la frontera m¨¢gica.

El tercer cuarto fue una bendici¨®n. A falta de juego, de puntos, la electricidad amenaz¨® con fundir los plomos del pabell¨®n. El Bizkaia decidi¨® lanzarse a la aventura, poblar de manos el aire de Miribilla, correr como posesos, llenar de moscas negras el pabell¨®n y, entonces s¨ª, el Cant¨² sufri¨®. Viv¨ªa en el sal¨®n esperando su cena y se vio de pronto en la cocina. Para eso vale menos. Ah¨ª se rehizo el partido, se reconstruy¨® un castillo desconchado y recuper¨® la curiosidad por saber que podr¨ªa pasar con aquel mont¨®n de piezas desordenadas.

Pero el temblor de la barandilla le atenazaba al Bizkaia cada vez que miraba desde el balc¨®n hasta que Grimau le puso por delante en el marcador en los ¨²ltimos instantes. Reaccion¨® Mazzarino, el de la tonsura, desde el triple, y pareci¨® que hizo lo propio Vasileiadis antes de que el ¨¢rbitro decidiera que una esquina de la u?a del me?ique izquierdo del pie derecho pisaba la raya y solo empataba el partido. Dio igual. Basile, con dos segundos de por medio, cogi¨® la pelota con la mano derecha, la sac¨® estirando el sobaco y lanz¨®. Entr¨® como pod¨ªa haber dado a un fotografo. Y gan¨® el Cant¨². Y el Top 16 est¨¢ ahora a 16.000 kil¨®metros para el Bizkaia. Muy lejos.