El Maestro melanc¨®lico
Se cumplen 10 a?os de la muerte de Mirza Delibasic.- El hist¨®rico jugador bosnio visti¨® la camiseta del Madrid entre 1981 y 1983 y conquist¨® una Liga
"Le llamaba Maestro porque aprend¨ª much¨ªsimo de ¨¦l", rememoraba Lolo Sainz, hace hoy justo 10 a?os, al conocer el fallecimiento de Mirza Delibasic a los 47 a?os. "Era un rom¨¢ntico de su deporte y continuamente transmit¨ªa baloncesto. Su carisma enganchaba", explicaba el ex entrenador del Real Madrid y seleccionador nacional que dirigi¨® al celebre jugador bosnio en el conjunto blanco entre 1981 y 1983.
Un c¨¢ncer linf¨¢tico acab¨® con la vida de un genio de la canasta. "Las ganas de vivir las hab¨ªa perdido antes, cuando tomo la generosa decisi¨®n, una m¨¢s, de permanecer en su casa, con su gente, en un tiempo en el que su pa¨ªs se deshac¨ªa en pedazos en medio de una guerra incomprensible mientras ¨¦l ve¨ªa morir a su familia y amigos e incluso se ve¨ªa obligado a empu?ar las armas. Su vida deportiva se hab¨ªa extinguido mucho antes, a finales del verano de 1983 cuando le sobrevino un derrame cerebral que dejo su cuerpo medio paralizado y del que nunca lleg¨® a recuperase totalmente", relataba su compa?ero Wayne Brabender.
Naci¨® en Tuzla en 1954 y empez¨® a practicar el baloncesto en el equipo local de Sloboda (Libertad) en 1968. Ese mismo a?o se hab¨ªa proclamado campe¨®n de Bosnia en tenis, en la categor¨ªa de cadetes e incluso lleg¨® a coquetear con el ballet. Pero el mundo de la canasta se apropi¨® definitivamente de su talento hasta convertirlo en uno de los jugadores m¨¢s emblem¨¢ticos del baloncesto europeo. Jug¨® cuatro a?os en el Sloboda y en 1972 fich¨® por el Bosna de Sarajevo donde disput¨® 700 partidos oficiales y anot¨® m¨¢s de 14.000 puntos. Lleg¨® a ser campe¨®n ol¨ªmpico en Mosc¨² '80, del Mundo en Filipinas '78 y de Europa, en Belgrado '75 y Lieja '77 con la generaci¨®n de oro yugoslava, liderada por Drazen Dalipagic, Dragan Kicanovic, y Kresimir Cosic.
Con 1,97 de estatura jugaba indistintamente de escolta o alero pero su manejo de bal¨®n y su visi¨®n de juego superaba con creces a la de cualquier base de la ¨¦poca. Era un tirador infalible, aunque en el ¨¢lbum de recuerdos destacan sobre todo sus asistencias geniales. Fue un adelantado a su tiempo. Delibasic visti¨® la camiseta del Madrid durante dos temporadas y conquist¨® una Liga espa?ola, pero le sobr¨® tiempo para entrar en la enciclopedia blanca a base de carisma y genialidad. Su salida del club blanco fue un gesto m¨¢s de generosidad. En verano de 1983, con contrato en vigor, renunci¨® voluntariamente a su puesto sabiendo que el equipo necesitaba su plaza de extranjero para reforzar el juego interior. Plaza que ocupar¨ªa Wayne Robinson. Pretendido por media Europa, su siguiente destino fue Caserta, pero no lleg¨® a debutar con el equipo italiano. Durante la pretemporada sufri¨® un derrame cerebral que le oblig¨® a retirarse.
Regres¨® a Sarajevo en 1983 para "vivir en paz" y compartir con los suyos el recuerdo de una gloriosa carrera deportiva que le vali¨® en cuatro ocasiones el galard¨®n de "mejor jugador" de su pa¨ªs antes de ser elegido por aclamaci¨®n "deportista del siglo" de Bosnia-Herzegovina. De mirada melanc¨®lica y porte quebradizo, Mirza Delibasic siempre se preocup¨® por su familia, aunque vivi¨® atormentando por distintos avatares de su vida personal y, en varias ocasiones, reconoci¨® que, a pesar de las dos embolias que hab¨ªa sufrido ya en 1992, fumaba mucho y, a veces, incluso beb¨ªa m¨¢s de lo recomendable. Su ¨²ltimo servicio, como seleccionador bosnio, fue reclutar y organizar al primer equipo del pa¨ªs creado tras la guerra y la independencia. Su Bosnia particip¨® en el Europeo de Alemania de 1993 donde alcanz¨® la octava plaza.
La ¨²ltima vez que Lolo Sainz coincidi¨® con Delibasic fue, apenas un a?o antes de su muerte, en un reencuentro de 'viejas glorias' organizado por el Madrid en el pabell¨®n Raimundo Saporta. "All¨ª est¨¢bamos toda la vieja guardia. Yo ya sab¨ªa que ¨¦l estaba un poco mal. De hecho, fue la ¨²ltima vez que le vi, con su enigm¨¢tica mirada perdida. Le dije: 'Mirza, hay que luchar'. Pero ¨¦l me contest¨®: 'No me quedan muchas fuerzas. Adem¨¢s del problema que tengo, est¨¢ la guerra de mi pueblo. He visto morir a tantos amigos dec¨ªa... Y te ten¨ªas que callar". Hoy hace 10 a?os, derrotado por la vida, Delibasic perdi¨® su guerra y muri¨® un Maestro de la canasta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.