La fe del Joventut priva del liderato al Madrid

La fe, mueva o no monta?as, a veces decide partidos. A ella se agarr¨® el Joventut, sobrado en este aspecto, para derribar un gigante. El que representaba el Madrid, que anestesiado durante demasiados minutos, se dej¨® el liderato en su visita a Badalona. A punto estuvo de servirle el golpe de ri?¨®n final. Pero el Joventut, en ese momento en el que los planteles inferiores pierden la esperanza al verse por detr¨¢s en el marcador, con la remontada consumada, tuvo la confianza necesaria. Jel¨ªnek le gan¨® el duelo de tiros decisivos a Llull y la Penya se qued¨® un triunfo (78-75) que le aleja un paso de los puestos de descenso.

El Madrid, ante la falta de contundencia de Tomic, comenz¨® con un agujero en la zona, del que se aprovech¨® Williams. Tuvieron que salir Pocius -que reapareci¨® tras una lesi¨®n- y Begic para que el conjunto de Pablo Laso recobrara algo de firmeza defensiva. Begic cauteriz¨® la herida provocada por Williams, que en sus dos siguientes intentonas se encontr¨® con sendos tapones del p¨ªvot esloveno. A partir de esa mejora defensiva, el Madrid pudo encadenar las jugadas r¨¢pidas que tanto le gustan, con Mirotic y Llul como lanzaderas.

El ataque blanco, sin embargo, volvi¨® a sufrir de sus habituales intermitencias. Sergio Rodr¨ªguez alternaba hallazgos ofensivos con pifias incomprensibles, como tardar m¨¢s de ocho segundos en pasar el medio campo. "Atacad el pick and roll [bloqueo y continuaci¨®n]", les ped¨ªa Pablo Laso a sus jugadores, reclam¨¢ndoles una agresividad que pertenec¨ªa a los verdinegros, por la que tuvieron que pagar el peaje de las personales (los madrile?os tiraron 17 tiros libres en la primera mitad; los catalanes, ninguno). Tampoco cuidaban bien el bal¨®n los blancos, que al descanso acumulaban 10 p¨¦rdidas, por cuatro del Joventut.

Reyes y Singler, adem¨¢s, entendieron mal dicha agresividad y se cargaron con tres faltas en un santiam¨¦n: 5m 42s tard¨® el norteamericano y 3m 55s el espa?ol. Pero el aut¨¦ntico problema con las personales se lo encontr¨® el Joventut, ya que Williams cometi¨® la cuarta al principio del tercer parcial. Aunque Tomic le imitara segundos despu¨¦s, la menor rotaci¨®n del Joventut les hac¨ªa salir perdiendo en el intercambio. Los de Salva Maldonado redoblaron esfuerzos para suplir la ausencia de Williams. Begic se ve¨ªa solo peleando el rebote contra cuatro verdinegros, que solventaban su desacierto de cara al aro al disponer de m¨²ltiples oportunidades (capturaron 15 rebotes ofensivos). Por fuera, Oliver se mov¨ªa demasiado c¨®modo y un triple suyo elev¨® la distancia a ocho puntos, obligando a Laso a pedir un tiempo muerto, al final del pen¨²ltimo periodo. Los problemas de personales siguieron creciendo en el Joventut y la cuarta de Norel, que tuvo que continuar en pista por las faltas de Williams, puso contra la pared al juego interior verdinegro con m¨¢s de un cuarto por jugar.

El Madrid parapet¨® el camino hacia su canasta, pero sus p¨¦rdidas y los triples puntuales de Oliver manten¨ªan a la Penya por delante. Seg¨²n se acercaba el final, Llull, adicto a la adrenalina, empez¨® a asumir penetraciones, con acierto al principio, manteniendo al Madrid a tiro de piedra. El Joventut tambi¨¦n not¨® el aumento de presi¨®n, pero, en su caso, las acometidas cada vez acababan con tiros m¨¢s precipitados, cometiendo pasos bajo el aro o quit¨¢ndose el rebote entre s¨ª en defensa.

"Con cabezas y sin errores", le ped¨ªa Laso a su equipo, que ya hab¨ªa perdido 20 balones y fallado 13 tiros libres. Llull acometi¨® otra de sus estampidas hacia el aro y Reyes corrigi¨® al bal¨®n, que parec¨ªa dispuesto a salirse, para poner por delante al Real Madrid a falta de 45 segundos. Todo parec¨ªa dispuesto para que la mayor experiencia de los blancos se acabara imponiendo. El Joventut parec¨ªa tembloroso, y a punto estuvo de dejarse el bal¨®n y el partido en el siguiente saque de banda. Pero entonces apareci¨® Jel¨ªnek, que encontr¨® el camino hacia el aro y no se achic¨® ante la t¨ªmida salida de las torres rivales. Le volvi¨® el turno a Llull, pero fall¨®. Primero una bandeja, cuando perd¨ªan de uno; luego un triple, precipitado, para empatar. El bal¨®n termin¨® en Mirotic, pero ya solo hubiera valido un milagro. Y hoy la fe estaba del lado verdinegro.