La vida es dura sin Soldado
Un Valencia sin nervio ni llegada se estrella ante una Real impulsada por Griezmann
El Valencia pareci¨® jugar en una pista de hielo, tal fue el n¨²mero grosero de ca¨ªdas que acompa?¨® su pobre actuaci¨®n en Mestalla. Fruto de un c¨¦sped misteriosamente blando solo para los valencianistas. A la Real le bast¨® plantar una muralla defensiva en Mestalla y enviar por delante a un Griezmann inasible para los zagueros locales, afortunado en el gol de la victoria, muy h¨¢bil en el regate.
La corbata voladora golpeaba ya en la espalda del traje gris de Emery, desencajado el t¨¦cnico de Hondarribia al presenciar una primera parte lamentable de su equipo. Sin nada que rescatar salvo la constancia en la concentraci¨®n de Dealbert. La vieja idea de Emery de jugar con tres medio centros, el malsonante trivote, fracas¨® una vez m¨¢s. Lastrado por el solapamiento de un Ever Banega desacertado hasta en los pases, ahora que se dispone a renovar, y un Parejo indefinido. Sin que la presencia por detr¨¢s de ambos de Topal contribuyera a fijar la presi¨®n a la Real Sociedad, siempre con ventaja para sacar el bal¨®n.
VALENCIA, 0; R. SOCIEDAD, 1.
Valencia: Alves; Bruno, Rami, Dealbert, Mathieu (Jordi Alba, m. 54); Topal, Ever Banega; Feghouli (Alc¨¢cer, m. 71), Parejo (Jonas, m. 65), Pablo; y Aduriz. No utilizados: Guaita, Barrag¨¢n, Ricardo Costa, Tino Costa.
Real Sociedad: Bravo; Estrada, Demidov, M. Gonz¨¢lez, Cadamuro; Aramburu (Mariga, m. 80), Elustondo; X. Prieto, Zurutuza, Griezmann (C. Mart¨ªnez, m. 91); y Aguirretxe (Vela, m. 69). No utilizados: Zubikarai, Markel, Ansotegui, Ifr¨¢n.
Goles: 0-1. M. 56. Griezmann remata dos veces y, en el segundo intento, el bal¨®n golpea en el pie de Rami, se eleva y pilla ligeramente adelantado al meta Alves.
?rbitro: Estrada Fern¨¢ndez. Amonest¨® a Jordi Alba.
Unos 35.000 espectadores en el estadio de Mestalla.
Salvo un par de c¨®rners de Parejo rematados por Aduriz, uno de ellos al larguero, el ataque del Valencia se embotell¨® sin remedio al no encontrar a nadie que lo ventilara por los extremos. En principio, Montanier estaba satisfecho con un empate que pudiera cerrar las heridas de la goleada copera en Mallorca. Griezmann se ve¨ªa poco acompa?ado en los movimientos de ataque, si bien s¨ª se incorporaron los laterales, tanto Estrada por la derecha como Cadamuro por la izquierda, autor de un centro magn¨ªfico.
La paciencia de Emery no tiene l¨ªmites e insisti¨® con los mismos jugadores tras la reanudaci¨®n. El primer cambio fue Jordi Alba, tratando de inyectarle algo de v¨¦rtigo a la banda izquierda, poco antes de que la Real se pusiera por delante casi sin querer: el disparo de Griezmann se elev¨® tras golpear en el pie de Rami, superando por arriba a Alves.
El intento de Parejo, tratando de regatear a un sinf¨ªn de rivales realistas, retrat¨® la impotencia valencianista. La irritaci¨®n crec¨ªa en Mestalla a la vez que la Real empez¨® a crecerse, impulsado por un zigzagueo de Griezmann desde la defensa, salvando rivales como si fueran conos. La entrada de Jonas se retrasaba y, cuando entr¨®, la pitada del p¨²blico fue despiada con Parejo. Sus participaciones este curso en el Valencia como titular han sido desafortunadas: la del primer partido de Champions en Genk, un empate que lastr¨® la clasificaci¨®n; y su insuficiente primera parte ante el Madrid en Mestalla.
La lesi¨®n de Feghouli le dio, indirectamente, una alegr¨ªa a Mestalla. Emery cambi¨® de idea y en vez de dar paso a Tino Costa opt¨® por Alc¨¢cer, un goleador muy querido en la casa, el chico que revolucion¨® a la selecci¨®n espa?ola sub 19 en el Europeo conquistado el pasado verano. Montanier, por su parte, retir¨® a un Aguirretxe intrascendente por Vela a fin de aprovechar los espacios dejados por una Valencia cada vez m¨¢s volcado, con Rami de delantero. Pero igual de plano en sus ataques. Sin nadie que abriera la defensa intern¨¢ndose por los costados, sin nadie que ofreciera un centro potable que aprovecharan Aduriz o al propio Alc¨¢cer, sin un gramo de nervio para cambiar la din¨¢mica del encuentro. La vida es dura en Mestalla sin Soldado.
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