El Federer de los buenos tiempos

En la caldera de la Rod Laver, el mejor cocinero. El suizo Roger Federer se come su partido de cuartos en un suspiro. El argentino Juan Mart¨ªn del Potro le espera con la guada?a. Es el hombre que le tumb¨® en la final del Abierto de Estados Unidos 2009. El gigante que todo lo pega. En 10 minutos, Delpo pierde 3-0 porque solo ha ganado tres de los primeros once puntos. En 15, se enfrenta a una bola de break que le condenar¨ªa al 4-0. En 20, un mundo despu¨¦s del inicio del duelo, celebra su primer juego (3-1). Federer sale dispuesto a que el argentino no tenga dictado en el partido. Ha pedido competir al sol, y el sol ha salido: los 35 grados que roza la media tarde de Melbourne aceleran su pelota, un bal¨ªn al que no llega Del Potro, gigant¨®n ahogado en sudores. El n¨²mero 11 poco dice en el debate. Apenas recupera el break cedido en la primera manga, concede otro con doble falta. Es la se?al de su sufrimiento. Han sido 43 minutos (6-4) de tortura. Le queda penar a¨²n casi 1h30m: 6-4, 6-3 y 6-2 para Federer.

"Estoy muy feliz porque jugu¨¦ un gran partido, de gran calidad en unas condiciones dif¨ªciles", dice el suizo, que se enfrentar¨¢ a Rafael Nadal, verdugo del checo Tomas Berdych, despu¨¦s de ganar el set 2000 de su carrera; "s¨¦ lo duro que le pega Del Potro a la pelota y fui capaz de moverle".

En su partido 1000 como profesional, Federer hizo mucho m¨¢s que eso. No hubo rastro del tenista burocr¨¢tico que a veces amenaza con ahogar al legendario. Lo que el suizo perdi¨® en el partido, se lo ganaron Del Potro y sus hachazos. El n¨²mero tres mundial no regal¨® nada y busc¨® la pelota con el convencimiento de los buenos tiempos. Hubo minutos en los que flot¨® sobre la pista. Ese tenista no pegaba, simplemente golpeaba gr¨¢cilmente, con la precisi¨®n de los elegidos. De maravilla en maravilla, ligero bailar¨ªn, Federer empez¨® a ganar el duelo con el rev¨¦s, que no se hundi¨® frente a las acometidas de Del Potro, y lo acab¨® venciendo con la derecha. Cerr¨® el primer set con un grito: "C'mmon!". Chill¨® porque volv¨ªa a parecerse a s¨ª mismo: en el momento clave (5-4 y saque de Del Potro), el suizo se atrevi¨® con tres pelotazos que le daban el triunfo o le dejaban retratado. Ninguno escap¨® a la diana. Los tres, pareciendo tiros sencillos, exigieron un ejercicio de precisi¨®n espeluznante. Fue la se?al de lo que vendr¨ªa: 38 golpes ganadores por 22 errores no forzados. Imparable.

Antes de que Federer diera un paso m¨¢s en busca del t¨ªtulo, la belga Kim Clijsters elimin¨® 6-3 y 7-6 en cuartos a Caroline Wozniacki. No fue una derrota m¨¢s: destron¨® a la danesa del n¨²mero uno mundial, que ocupar¨¢ ahora, en funci¨®n de sus resultados en el torneo, la bielorrusa Azarenka, la checa Kvitova o la rusa Sharapova.