McCalebb zarandea al Madrid
Los de Laso sucumben (69-88) ante el Montepaschi, propulsado por los 25 puntos del base
Naci¨® en Nueva Orleans, le nacionalizaron macedonio y juega al baloncesto como los genios. Se llama Bo McCalebb y el Palacio de los Deportes fue el escenario de su ¨²ltimo recital. El Madrid no encontr¨® ant¨ªdoto para parar su destreza y sufri¨® un zarandeo sin remisi¨®n ante el Montepaschi. Los de Laso cayeron ante la versi¨®n ilustrada de su ideario. Un muro en defensa, un rel¨¢mpago en ataque y todo ello con un director de orquesta sublime que manej¨® el partido a su antojo desde el salto inicial.
Tras las dos primeras embestidas de McCalebb, Laso reclut¨® a Sergio Rodr¨ªguez para echar el guante al hombre de la noche. Apenas hab¨ªa ense?ado los dientes, pero ya era demasiado tarde. El base del Montepaschi se hab¨ªa puesto el traje de luces y aprovechando la ausencia de grilletes en el bando contrario mostr¨® lo mejor de su repertorio en un inicio sublime. Un alarde f¨ªsico y t¨¦cnico que pill¨® a contrapi¨¦ al Madrid y revolucion¨® el partido. 10 puntos sin fallo, 3 asistencias y 3 faltas recibidas para un 16 de valoraci¨®n en el primer cuarto en una exhibici¨®n que propuls¨® a los de Pianigiani.
R. MADRID, 69 - MONTEPASCHI, 88
R. Madrid: Sergio Llull (8), Carroll (12), Singler (2), Tomic (4),
Mirotic (7) -quinteto inicial-, Sergio Rodr¨ªguez (3), Felipe Reyes (17),
Begic (4), Pocius (9), Su¨¢rez (3).
Montepaschi: McCalebb (25), Thornton (8), Moss (10), Michelori
(2), Andersen (11) -quinteto inicial-, Zisis (3), Rakocevic (9), Ress
(2), Stonerook (2), Aradori (-), Lavrinovic (16).
Parciales: 15-31, 19-16, 14-18, 21-23.
?rbitros: Carl Jungebrand (FIN), Recep Ankarali (TUR) y Spiros Gkontas
(GRE). Eliminaron a Stonerook por faltas personales.
Palacio de Deportes. 8.431 espectadores.
Los de Siena campaban a sus anchas al ritmo que marcaba el impetuoso McCalebb y el Madrid, presa de la ansiedad, comenz¨® a confundir la velocidad con la prisa. Cada ataque de los blancos era un atropello, cada lanzamiento un desprop¨®sito. Solo un acierto en el tiro de dos en 11 intentos (cinco de 20 al descanso) y cuatro p¨¦rdidas de bal¨®n retrataron el desatino de los de Laso en el primer acto.
Enfrente encontraron una versi¨®n perfeccionada del estilo vertiginoso que propone el Madrid. Un equipo tenso, curtido y rocoso con el que se estrell¨® una y otra vez la premura madridista.
Con el marcador en un sonrojante 20-40 a 5.30 para el descanso el t¨¦cnico ley¨® la cartilla a los suyos en busca de la reacci¨®n. "Vamos a subir l¨ªneas, a cambiar la cara, a jugar juntos... y si fallamos todas pues fallamos y ya est¨¢, pero as¨ª no", sentenci¨®. Los blancos incrementaron su intensidad defensiva y se aplicaron en ataque. Pero el rival segu¨ªa desatado. Moss era un martillo pil¨®n y Rakocevic afinaba su mu?eca al tiempo que daba un respiro a McCalebb.
Dos buenas defensas y alg¨²n triple espor¨¢dico de los blancos, ilusionaron a la numerosa parroquia del Palacio con una reacci¨®n. Puro espejismo. Apenas el abnegado trabajo de Felipe -tit¨¢nico con 17 puntos y 15 rebotes- y el abrumador dominio en el rebote ofensivo sosten¨ªan al Madrid. Poco argumento ante la bater¨ªa que ofrec¨ªa el conjunto italiano. Ni siquiera con segundas o terceras opciones el Madrid adecentaba su paup¨¦rrimo porcentaje de tiro. Una carrera de McCalebb bastaba al Siena para destartalar la defensa blanca mientras que los de Laso sudaban tinta para embocar la bola.
Negados ante el aro rival, los blancos apretaron los dientes, buscaron el cuerpo a cuerpo y decidieron vender cara su derrota. As¨ª llevaron el marcador hasta la frontera de los 10 puntos a falta de cuatro minutos. Pero, ofuscados ante el aro y extenuados en la persecuci¨®n, desperdiciaron tres ataques consecutivos y fueron incapaces de cruzar la frontera. McCalebb reclam¨® entonces la pelota para cerrar su recital y completar su hoja de servicios: 25 puntos, seis asistencias, tres rebotes y ocho faltas recibidas para un 37 de valoraci¨®n.
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