Antes de Nadal, un marat¨®n
Djokovic se cita con el espa?ol en la final tras agotar 4h50m ante Murray (6-3, 3-6, 6-7, 6-1 y 7-5)
Ivan Lendl mezcla polvos, gotas microsc¨®picas y agua en una botella sentado en su banquillo. El brit¨¢nico Andy Murray, su pupilo, domina 3-6, 6-3 y 7-6 al serbio Novak Djokovic en las semifinales del Abierto de Australia, pero est¨¢ tieso como la mojama. Hace muchos minutos que el n¨²mero cuatro dej¨® de moverse. Mientras los espectadores asisten at¨®nitos a las quejas de Nole, como siempre irascible cuando el marcador no le sonr¨ªe, su contrario sufre petrificado, sin un ¨¢tomo de energ¨ªa, seco y pulverizado. Lendl mezcla en la botella, pero de nada sirven esos l¨ªquidos, que no reviven a Murray. Los tres primeros sets duran m¨¢s de tres horas. El cuarto, que no compite el n¨²mero cuatro, un suspiro (25 minutos). Ah¨ª, en ese parcial, pierde el brit¨¢nico el encuentro. Pese a su resurrecci¨®n final (rompe cuando Nole saca 5-3 por el duelo, iguala a 5-5 y tiene tres puntos de break), Djokovic ya sabe que tiene m¨¢s piernas, y agarrado a ellas se cita (6-3, 3-6, 6-7, 6-1 y 7-5 en 4h50m) en la final con Rafael Nadal, al que ha ganado los seis ¨²ltimos partidos.
La noche mide la constancia y el esp¨ªritu de lucha de Murray. El brit¨¢nico, un tenista con un fino sentido estrat¨¦gico, arrastra desde hace a?os la etiqueta de falto de car¨¢cter. El n¨²mero cuatro pasa por la primera manga como un fantasma. Djokovic tiene bola para 6-3, 3-0 y saque. Para Murray es ahora o nunca. O cambia o se despide. O se deja de defensas y pasa al ataque o cede ante el contrario que en 2011 le cerr¨® la puerta al t¨ªtulo. Enfrentado al insaciable Djokovic, el escoc¨¦s empieza a apretar las tuercas y pega su derecha como no lo ha hecho nunca. Le cuesta un mundo, sin embargo, consolidar su superioridad, pese a las much¨ªsimas oportunidades que le ofrece su contrario (nueve bolas de break en la tercera manga). Esa mala gesti¨®n del marcador le obliga a un tremendo desgaste. Ah¨ª cava sus tumba: vence el tercer parcial, pero movi¨¦ndose a trompicones, tiesas las piernas, y sin poderse fiar ya de su derecha. Terminar¨¢ con 86 errores no forzados. Un agujero negro para su tenis, pese al ¨²ltimo arranque de orgullo.
El n¨²mero cuatro tiene un espejo en el n¨²mero uno. Durante a?os, el serbio arrastr¨® fama de indolente e irascible, de tipo sin car¨¢cter frente a las dificultades. Si algo distingue ahora al mejor tenista es su capacidad para superar adversidades. En la tercera manga, por ejemplo, supera cinco puntos de break en el juego inaugural, que dura 18 minutos. Cuando Murray se procura tres bolas de break que le dejan sacando por el encuentro (5-5, 15-40 y luego ventaja), reacciona pegando tres tiros, no con la tibieza que distingue a su contrario. El serbio siempre deja el rastro de su deseo, como demuestra su victoria pese a competir sin primer saque largos tramos del partido. Siempre corre como un gamo de esquina a esquina, mientras desde el banquillo le animaba el exbaloncestista Vlade Divac.
En consecuencia,a la que Murray levanta el pie del acelerador, ah¨ª est¨¢ el serbio. Nole, que apret¨® de lo lindo ante el ¨²ltimo envite de su rival, defender¨¢ su t¨ªtulo de 2011 ante Nadal. Llega con la ventaja de los precedentes que les unen, un d¨ªa menos de descanso que el espa?ol y tras una semifinal que se discuti¨® m¨¢s all¨¢ de las cuatro horas. Est¨¢ sobradamente capacitado para recuperarse, y debe hacerlo: con los cinco sets de los grandes de por medio, el t¨ªtulo se decidir¨¢ desde las piernas.
"Los dos tuvimos un baj¨®n f¨ªsico"
Exhausto tras cinco sets, cuatro horas y cincuenta minutos, Djokovic quiso igualarse a su rival, Andy Murray: "Creo que los dos hemos acusado un baj¨®n f¨ªsico. ?l en el cuarto set, yo durante el segundo y parte del tercero", declar¨® el serbio. A Murray, que se llev¨® la parte m¨¢s ingrata, la de perder una semifinal tan disputada, este encuentro le ha servido para afianzarse. "Creo que ahora estoy mejor preparado mentalmente; f¨ªsicamente puedo mejorar, claro. Pero si me comparo con hace un a?o, me encuentro mucho mejor".
El n¨²mero uno del mundo reconoci¨® la mejor¨ªa de Murray: "Estuvo m¨¢s seguro en la pista; fue m¨¢s agresivo. Creo que ha estado jugando mejor, pero estas cosas se deciden por un poco de suerte y por los aciertos en los golpes decisivos". El escoc¨¦s, por su parte, cree que lo ha conseguido gracias a algunos cambios en su juego: "Todo el mundo me dice que me quedo parado, que no voy lo suficiente a por los golpes. Creo que hoy s¨ª lo he conseguido".
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