Un pulso generacional

En Melbourne, un partido para ganar un t¨ªtulo del Grand Slam, ocupar el n¨²mero uno y definir un pulso generacional. Camino de los 25 a?os, la rusa Maria Sharapova puede considerarse una tenista de la vieja guardia: gan¨® el primero de sus tres grandes hace ocho a?os, el mismo tiempo que ha pasado desde que se impuso en la Copa de Maestras, y lleg¨® al n¨²mero uno mundial hace siete. A un paso de los 23, le espera este s¨¢bado la bielorrusa Azarenka (9.30, Canal +), tan cerca de ella en edad como lejos en curr¨ªculo: la n¨²mero tres debuta en una final grande, y ve¨ªa por la televisi¨®n las batallas entre su rival, las hermanas Williams, la belga Henin o la francesa Mauresmo. Representa a las tenistas que llegan.

"Y qu¨¦ puedo decir", razon¨® Sharapova; "jugu¨¦ con Kvitova en su primera final grande (Wimbledon 2011, donde se impuso la checa) y no le afect¨® la situaci¨®n, sino que jug¨® un tenis de gran calidad. Por eso, aunque Victoria no haya estado en un escenario as¨ª antes, tiene la experiencia de haber ganado otros t¨ªtulos importantes. Victoria quer¨ªa estar en este lugar desde hace mucho tiempo, as¨ª que estoy preparada para que juegue muy bien".

Con las dos finalistas molestas por tanta pregunta alrededor de sus gritos que acompa?an sus golpeos, el t¨ªtulo se discutir¨¢ desde el fondo y se decidir¨¢ con la cabeza. En el tenis femenino del siglo XXI, donde casi ning¨²n servicio manda, vence quien menos flaquea, la competidora m¨¢s dura de cabeza.

"Tengo que ser humilde y estar concentrada", argument¨® Azarenka, que venci¨® en semifinales a la belga Kim Clijsters, la campeona defensora. "Todo el esfuerzo merece la pena... deseaba intensamente esta oportunidad, y voy a luchar por ella".