El Levante se siente vac¨ªo

Ni cuatro minutos finales de ¨¦pica sirvieron al Levante para ara?ar al menos un merecido empate. Mucha gente hab¨ªa abandonado ya a la carrera el Ciutat de Val¨¨ncia cuando Diego Castro marc¨® el segundo tanto del Getafe (m. 82). El aficionado granota se hab¨ªa acostumbrado al caviar y ya no quiere suced¨¢neos. La suerte que le acompa?¨® en gran parte de la primera vuelta lo ha abandonado bruscamente. El remate de chilena de Kon¨¦ se march¨® al larguero mientras que el disparo rebotado de G¨¹iza acab¨® en las redes. Esa fue la diferencia. El Levante llev¨® todo el peso del encuentro, pero es un equipo exprimido al que le faltan recursos. Trata de recomponerse, pero, con las bajas de Juanlu, Valdo y Barkero, se siente vac¨ªo. El Getafe gan¨® con lo m¨ªnimo, ali¨¢ndose con las circunstancias, que lo favorecieron hasta el final. Hasta en la expulsi¨®n y el penalti de Lopo, por desviar un remate con la mano, ya lleg¨® demasiado tarde para los levantinistas.

Media hora anodina, con un ritmo muy lento, se rompi¨® con un accidente para el Levante: una ley de la ventaja que le cost¨® cara. Juanfran sufre una falta de Barrada y se queda postrado en el suelo, el Levante sigue la jugada y pierde la pelota, el Getafe contragolpea y G¨¹iza, tras rebotar su disparo en Mun¨²a, marca porque Juanfran, reci¨¦n levantado, llega tarde a cerrar la defensa.

Demasiado premio para un Getafe contemplativo, esperando al Levante para clavarle el aguij¨®n a la contra. El conjunto de JIM sigue penando la ausencia de sus extremos titulares (Juanlu y Valdo), por mucho que crecieran las expectativas al ocupar la orilla izquierda el reci¨¦n aterrizado Botelho. Ni ¨¦l ni El Zhar estuvieron a la altura, dejando otra vez a Kon¨¦ rodeado de adversarios.

Pese a ir siempre por delante, el lenguaje gestual de Luis Garc¨ªa, abriendo y cerrando los brazos, expresaba el disgusto del juego de su equipo, incapaz de salir de su campo, sometido al constante ataque granota. Un ataque unas veces desacertado, como el remate a placer pifiado de Serrano nada m¨¢s saltar al c¨¦sped: se le encogi¨® la pierna izquierda. Y otras veces desafortunado.

JIM corr¨ªa la banda para poner el bal¨®n en juego, desesperado por empatar el partido. Pero su energ¨ªa no se trasmit¨ªa al equipo y, en el rival, Diego Castro s¨ª reactiv¨® al Getafe. Jord¨¤ perdi¨® la pelota en la medular y G¨¹iza pill¨® la espalda de la defensa en una nueva contra. Tras el rechazo de Mun¨²a, Castro sentenci¨® el partido. La hinchada local ya estaba desfilando cuando el penalti transformado por Rub¨¦n abr¨ªa una v¨ªa ¨¦pica para la redenci¨®n. En otro tiempo hubiese sido posible. Ahora no.