Los estirones de Hernanes

Obsesionado con perfeccionar su golpeo, a pesar de que sab¨ªa de antemano que en el S?o Paulo ser¨ªa Rogerio Ceni el que ejecutar¨ªa las faltas lim¨ªtrofes con el ¨¢rea rival, acab¨® por lesionarse de tantos disparos que practic¨®. Tendinitis en los dos aductores porque le pega con ambas piernas, hasta el punto de que en un partido de juveniles marc¨® dos goles de falta, uno con cada pie. El tes¨®n es una de las dos bases que rige la vida de Anderson Hernanes (Recife, Brasil; 1985), mediapunta del Lazio. La otra, es la Biblia. ¡°Dios detuvo el sol, la luna y el universo para que podamos ganar esta batalla¡±, se?al¨® en una ocasi¨®n, citando un pasaje de Josu¨¦ para explicar que el S?o Paulo no ganaba, pero tampoco lo hac¨ªan los contrarios. ¡°Los ¨¢rboles que pueden crecer son los que soportan los vientos m¨¢s fuertes¡±, expuso en otra ocasi¨®n, para explicar que las adversidades curten. Por eso le apod¨® Profeta la afici¨®n del Lazio -Profe dentro del vestuario-, y por eso entiende que el varapalo sufrido en el duelo de la ida de la Liga Europa el Ol¨ªmpico de Roma (1-3 para el Atl¨¦tico) no es definitivo. Tiene fe; sabe lo que se dice. ¡°Es un grande¡±, le elogia Simeone, t¨¦cnico rojiblanco; ¡°el hombre que da estabilidad al Lazio tanto delante como detr¨¢s¡±.

Es un grande, el que da estabilidad al Lazio tanto delante como detr¨¢s Simeone, t¨¦cnico del Atl¨¦tico

Hernanes vivi¨® hasta los cinco a?os en un pueblo min¨²sculo, Engenho, donde aprendi¨® a darle a la pelota, sobre todo porque admiraba al lateral izquierdo del Vasco da Gama, Felipe Jorge Loureiro. El bal¨®n era su pasi¨®n. Por eso, su padre, nada m¨¢s trasladarse a Goiana ¨Ccuando el ni?o cumpli¨® los ocho-, lo inscribi¨® en una escuela de f¨²tbol sala. Lo mismo ocurri¨® cuando se mudaron a Recife. Hasta que a los 14, despu¨¦s de hacer pruebas sin ¨¦xito en el Santos y Corinthians, lo fich¨® la academia del S?o Paulo. Por entonces, Hernanes era poco m¨¢s que un retaco, porque tuvo problemas de crecimiento, demasiado lento en dar el estir¨®n. Tampoco le fue f¨¢cil con los tricolores, donde avanz¨® hasta el equipo filial, siempre como lateral ¨Cderecho o izquierdo-, pero que, en 2005, le cedi¨® al Santo Andr¨¦, de Tercera Divisi¨®n. ¡°Me fui como ni?o y volv¨ª como un hombre¡±, explica el futbolista. No le faltaba raz¨®n; se cas¨® ¨Ca su mujer la conoci¨® en la Iglesia-, tuvo un hijo y madur¨® como futbolista, hasta el punto que Muricy Ramalho, en 2007, lo recuper¨® para la zaga del S?o Paulo. Poco despu¨¦s, sin embargo, atendiendo a su facilidad para el pase y la construcci¨®n, lo recolocaron de interior y m¨¢s adelante, en el medio centro. Un acierto porque ese a?o, tanto la federaci¨®n brasile?a (CBF) como la revista Placar, le laurearon como el mejor del Brasileirao. Fue otro de sus estirones.

Empez¨® a jugar como lateral, pero el t¨¦cnico Ramalho lo recoloc¨® en el medio por su f¨²tbol de toque y control

Un paso de gigante que un a?o m¨¢s tarde le convirti¨® en un futbolista pretendido por el Bar?a, hasta el punto de que Txiki Begiristain se reuni¨® con el jugador una vez en Brasil. ¡°Me siento capacitado para hacer historia en cualquier club, incluso para estar en el Bar?a¡±, solt¨® el futbolista por entonces, en una medida de presi¨®n. Encandilaba al club azulgrana por su f¨²tbol control, pero no se sab¨ªa qu¨¦ pasar¨ªa con Cesc y con Silva, adem¨¢s de que Thiago apretaba de lo lindo. La indecisi¨®n evit¨® el traspaso y fue el Lazio, en 2010, el que desembols¨® 11 millones por el Profeta, que por entonces ya era internacional (seis veces). El mayor de los peligros para el Atl¨¦tico, toda vez que no estar¨¢ Klose, aquejado de unos problemas en la espalda. ¡°Tuve la fortuna de compartir unos d¨ªas con ¨¦l¡±, recuerda Diego de su prueba en el Santos; ¡°es un jugador con mucha calidad, con un estupendo golpeo y capaz de ponerte en apuros¡±. Coindice Adri¨¢n: ¡°Muy bueno, hay que tener cuidado cuando tiene el bal¨®n porque sus pases son peligros¨ªsimos¡±. Y remacha Filipe Luis: ¡°Ya le vi jugar en la selecci¨®n y creo que es un jugador determinante¡±.

Acompa?ado muchas veces por Jota Alves, un preparador f¨ªsico particular ¨C¡°Antes de conocerlo, segu¨ª unos ejercicios espec¨ªficos que ¨¦l le hab¨ªa encargado a otro jugador, y funcion¨®. Gan¨¦ fuerza, pas¨¦ a saltar m¨¢s, e incluso marqu¨¦ de cabeza. Despu¨¦s empezamos a trabajar juntos¡±, cuenta-, Hernanes necesita otro de sus estirones para batir al Atl¨¦tico. Tes¨®n y fe no le faltan.