Una siesta reparadora
El Atl¨¦tico duerme el duelo y le alcanza con un remate de God¨ªn para batir al Lazio (1-0).- El Besiktas ser¨¢ el rival de los rojiblancos
No era un partido para la heroica ni la hombrada, axioma que discute con el manual de Simeone, que entiende el f¨²tbol como un trabajo de desgaste y de intensidad, siempre al l¨ªmite. Tampoco era un duelo para los ingeniosos del Atl¨¦tico, reservados en el banquillo. Ni era un encuentro que pareciera venirle en gana al Lazio, abrumado por el resultado de la ida (1-3 en el Ol¨ªmpico) y que se dio por vencido antes de disputarlo, incapaz incluso de probar los reflejos y las manoplas de Courtois. Demasiada holgazaner¨ªa, en cualquier caso, para Salvio, una guindilla que reclam¨® continuidad en el equipo, y para God¨ªn, que remata todas las jugadas a bal¨®n parado que deja vivas Falcao. Frente al Lazio caz¨® una y acert¨®. Un gol que vali¨® el triunfo y que sell¨® el pase del Atl¨¦tico a los octavos de la Liga Europa, donde ya aguarda el Besiktas, turco.
ATL?TICO, 1 ¨C LAZIO, 0
Atl¨¦tico de Madrid: Courtois; Perea, Miranda (Silvio, m. 70), God¨ªn, Dom¨ªnguez; Juanfran (Arda Turan, m. 58), Gabi, Assuncao, Koke; Salvio y Adri¨¢n (Falcao, m. 61).
Lazio: Bizzarri; Zauri, Diakit¨¦, Andr¨¦ Dias, Lulic (Rozzi, m.77); Ledesma (Zampa, m. 80), Matuzalem; Mauri, Hernanes, Candreva (Alvaro Gonz¨¢lez, m. 57); y Kozak.
Gol: 1-0, M. 48: God¨ªn, de cabeza tras un saque de esquina.
?rbitro: Martin Atkinson (Inglaterra). Amonest¨® a God¨ªn, por parte del Atl¨¦tico de Madrid, y a los visitantes Diakit¨¦ y Matuzalem.
Unos 30.000 espectadores en el estadio Vicente Calder¨®n, con presencia de 3.000 seguidores del Lazio.
Deprimido por la dimisi¨®n de su t¨¦cnico ¡ªaunque en stand by la resoluci¨®n de la misma hasta hoy¡ª, y porque la temporada pintaba rosa y se ha oscurecido de lo lindo, fuera de la zona Champions y casi apeado de la Liga Europa ya en el encuentro del Ol¨ªmpico, el Lazio result¨® un equipo sin salud ni voluntad, rebajada adem¨¢s por el propio entrenador, que decidi¨® alinear al portero suplente, Bizzarri, y reservar a Gonz¨¢lez y Biava. El Lazio no estaba para disputas y as¨ª lo comunic¨® en el Calder¨®n, c¨®modo en su guarida, con poca intenci¨®n de atacar, con escaso f¨²tbol. No le hizo ascos el Atl¨¦tico a la bandera blanca, conforme con no agitar el duelo y con los artistas en la rebotica.
Comprendi¨® Simeone que era la ocasi¨®n de oxigenar las piernas, toda vez que ha exigido al mismo grupo de jugadores desde que cogiera al equipo ¡ªhace nueve encuentros¡ª que pusiera en pr¨¢ctica su apuesta de no dar un bal¨®n por perdido, de identificar al conjunto con la idea y los colores que un d¨ªa defendi¨®. Rot¨® El Cholo, tambi¨¦n, porque acumular minutos ahora que juegan cada tres d¨ªas, da tanta confianza como castiga los m¨²sculos, como ya sabe Diego. El problema ante el Lazio, sin embargo, fue que la rotaci¨®n no fue comedida, fuera de una tacada la espina dorsal del equipo, con ausencias en cada l¨ªnea: Filipe en la zaga, Tiago y Arda en la medular; y Falcao en el frente. Resultado: el Atl¨¦tico se qued¨® sin el toque porque sin Diego ni Arda no hay otro con un pie superdotado para filtrar asistencias interiores, y careci¨® de remate porque Falcao atrapa todos los balones al vuelo. As¨ª, no hab¨ªa chispa, anulado Adri¨¢n porque delantero centro no es, fatigoso sin espacios ni campo por delante. Por lo que el picante qued¨® para el inquieto Salvio y para el oportunista God¨ªn.
La notoriedad de Salvio, en cualquier caso, vino dada porque tanto Ledesma como Matuzalem se hicieron los remolones para recuperar el sitio, porque permitieron que rompiera desde la segunda l¨ªnea, siempre en velocidad. No le echaron el lazo y el Atl¨¦tico le hizo santo y se?a, referencia en el ataque. Incluso punto y final: en un disparo solo Bizzarri le pudo dar la r¨¦plica; y en otro, fue el poste que, caprichoso, decidi¨® escupir el bal¨®n hacia fuera. Quedaba el oportunismo de God¨ªn que, por si las moscas, resolvi¨® cualquier posibilidad de entuerto. Lo hizo en un saque de esquina, anticip¨¢ndose en el primer palo a la zaga en el remate, cruzando el esf¨¦rico hasta que descans¨® en la red. La diana, tan festejada porque resultaba definitiva, castig¨® la indolencia rival y prolong¨® el ¨¦xtasis atl¨¦tico, invicto desde la llegada de Simeone.
No dio ni quiso dar respuesta el Lazio al varapalo, por m¨¢s que Hernanes pretendiera el pase imposible, incomprendido en un equipo donde entrega balones y le devuelven melones. Faltaba Klose y no hab¨ªa ganchos en el ¨¢rea adversa, faltaba intenci¨®n. Y el Atl¨¦tico, en un traje que desconoc¨ªa, el de anestesiar los partidos, encontr¨® en Gabi a un jugador que t¨¢cticamente no tiene precio, inexacto en conectar pases que descuenten l¨ªneas, pero estupendo para el juego horizontal y para tapar huecos. Y sedado tanto el Lazio como el duelo, al Atl¨¦tico le alcanz¨® con un gol y con otro triunfo para seguir en Europa y tratar de reverdecer el laurel que conquist¨® hace dos a?os.
Tensi¨®n y disturbios en el Calder¨®n
Una parte de la hinchada del Lazio, af¨ªn con los ultras del Madrid, alborot¨® de mala manera en los aleda?os del Calder¨®n. M¨¢s que c¨®mplice, en cualquier caso, result¨® otro sector de la afici¨®n del Atl¨¦tico, que no pas¨® una, dispuesto a la pelea y a lo que hiciera falta.
Dos horas antes de que empezara el partido, unos cuantos laziales encendieron bengalas y quemaron ¨¢rboles. Tambi¨¦n entraron a la refriega con los radicales del Atl¨¦tico, todos sofocados por las r¨¢pidas cargas policiales. "No ha pasado nada, un poco de l¨ªo, pero sin m¨¢s", explic¨® uno de los polic¨ªas. Pudo ser peor, sobre todo porque eran cerca de 2.500 hinchas infatigables del Lazio en el estadio, y otros muchos que se quedaron fuera. Pero acordonados tanto a la entrada del estadio como a la salida, la provocaci¨®n por ambas partes no pas¨® de eso.
Los hinchas italianos, alguno con la camiseta del Madrid, insultaron desde el principio a los rojiblancos, algunos con la el¨¢stica del Roma, que bien se pudieron quedar af¨®nicos en los improperios. El duelo, sin embargo, poco atractivo porque ya estaba casi resuelta la eliminatoria, no aceler¨® los pulsos. Y, de paso, todos coincidieron en un punto, en un c¨¢ntico: ¡°Ole, ole, ole, Cholo Simeone¡±. Un t¨¦cnico m¨¢s que satisfecho con el resultado final: ¡°El equipo respondi¨® al completo, con jugadores que vienen jugando menos, eso es lo importante¡±.
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