La eterna revancha

Barcelona y Atl¨¦tico de Madrid repetir¨¢n hoy (16.00, Teledeporte) la final de la Supercopa de Espa?a del pasado septiembre, que a su vez reeditaba la ¨²ltima final de la Liga de Campeones, que a su vez... La hegemon¨ªa de ambos conjuntos -se llame Atl¨¦tico de Madrid o Ciudad Real- en el balonmano espa?ol y mundial es tal en los ¨²ltimos a?os que a nadie le sorprende el devenir de la Copa del Rey.

Un guion que, sin embargo, estuvo a punto de reventar el Valladolid (26-28), quiz¨¢s el ¨²nico equipo capaz de poner en entredicho el binomio azulgrana-rojiblanco en una competici¨®n corta. Le tiene cogida la medida en la Copa el conjunto de Juan Carlos Pastor al Barcelona, a quien ya apearon en la ¨²ltima edici¨®n. Los vallisoletanos lideraron el luminoso durante pr¨¢cticamente todo el partido, merced a la buena actuaci¨®n de Joli en el extremo, Sierra bajo palos y Gurbindo en el lateral.

La robustez del Cuatro Rayas en la primera parte, s¨®lido en defensa y con gran porcentaje de acierto en ataque, fren¨® a un espeso Barcelona, precipitado en la primera media hora. ¡°?Calma!¡±, gritaba desde el banco Xavi Pascual al ver que el equipo no andaba fino en su gran virtud, la defensa. Los 16 goles con los que se fueron al descanso daban buena cuenta de su espesura.

Hasta cincuenta minutos le cost¨® a los azulgrana entonarse y ponerse por delante en el marcador. El tiempo que tard¨® Rutenka en echarse el equipo a las espaldas. La recta final fue un Rutenka contra todos. Un toma y daca en el que el bielorruso volvi¨® a demostrar que, independientemente de su intermitente car¨¢cter, es el refugio de una plantilla con un potencial extraordinario. Porque si importante fue el brazo del lateral no lo fueron menos los de Saric. El veterano portero bosnio detuvo un bal¨®n de Joli a falta de un minuto, con un jugador menos en las filas del Barcelona, que nivel¨® la balanza hacia el lado azulgrana.

En la segunda semifinal, el Torrevieja fue v¨ªctima de la apisonadora rojiblanca (20-27). Intentaron los anfitriones frenar la avalancha atl¨¦tica, pero fue en vano. Los de Dujshebaev imprimieron un ritmo vertiginoso desde el inicio, que asfixi¨® al conjunto local.

Poco pudo hacer Pejanovic, el hombre de las 30 paradas en los cuartos de final, que vio c¨®mo su porter¨ªa era perforada por los ca?oneros rojiblancos; primero Markussen, desde la atalaya de sus 211 cent¨ªmetros encaden¨® una racha de tres tantos, relevo que tom¨® Kiril Lazarov. El macedonio cuenta con un l¨¢tigo por brazo, con el que perfora porter¨ªas -seis tantos- o asiste a compa?eros. Lo mismo le da.

Los rojiblancos se fueron a la ducha con siete goles de diferencia. Pero, sobre todo, con menos cansancio acumulado, despu¨¦s de dos c¨®modos encuentros, que su rival en la final. Lesionado Arpad Sterbik, Dujshebaev se permiti¨® dar minutos al jovenc¨ªsimo Antonio D¨ªaz (17 a?os) y dejar respirar a Jos¨¦ Javier Hombrados, el portero y capit¨¢n de un equipo que gan¨® su ¨²ltima Copa en 1987, pero cuyo bloque es el vigente campe¨®n.