Nueve banderas y una biblia
Estados Unidos bate, con diez, el r¨¦cord de oros en la historia de la competici¨®n Espa?a, con cuatro finalistas y sin medallas, iguala la peor actuaci¨®n de su historia
Como una se?al de que 2012 adem¨¢s de bisiesto es a?o ol¨ªmpico, nueve veces dieron triunfantes los atletas norteamericanos la vuelta a la pista azul de Estambul con las barras y estrellas ondeando a su estela, s¨ªmbolo del dominio indiscutible de su equipo en unos Mundiales en pista cubierta que mostraron una Espa?a al mismo nivel, rozando el suelo, exhibido en Daegu el pasado verano al aire libre.
Nunca en la historia de la competici¨®n, nacida en 1985, consigui¨® un pa¨ªs, ni la todopoderosa Rusia de su tiempo, lo que logr¨® el fin de semana turco el equipo de Estados Unidos, una cosecha de 10 medallas de oro. Nueve las celebraron con su bandera. Fueron las de Lagat (3.000m), Sanya Richards (400m), Gatlin (60m), Merrit (que derrot¨® al chino Liu Xiang, lento de reacci¨®n, en los 60m vallas), Lowe (altura), Reese (7,23 metros en longitud en su sexto ensayo, presionada por los 6,98m de DeLoach, la tercera marca de la historia: desde 1989 no se saltaba tanto en invierno), Whiting (peso), Eaton (heptatl¨®n) y el relevo. Para festejar la d¨¦cima no hubo bandera, sino Biblia, un s¨ªmbolo que quiz¨¢s para muchos estadounidenses sea equivalente: su reino no es de este mundo, quiz¨¢s, pero est¨¢ en ¨¦l.
Rememorando en cierta forma el gesto del ministro baptista Forrest Custer Smithson, de Oreg¨®n, que corri¨®, y gan¨®, los 110 metros vallas de los primeros Juegos de Londres, los de 1908, portando una biblia en la mano izquierda, Will Claye, un magn¨ªfico triplista de 20 a?os, tras ganar su competici¨®n con 17,70 metros (mejor marca personal y mundial del a?o) dio la vuelta a la pista con una gran biblia, azul y muy usada, muy le¨ªda, en la mano derecha.
Aparte de la sobredosis de himnos norteamericanos, el domingo de Estambul sirvi¨® tambi¨¦n para que Isinbayeva tuviera de nuevo la oportunidad de lucir su show de l¨¢grimas y emociones contenidas en lo m¨¢s alto del podio casi cuatro a?os despu¨¦s de su ¨²ltima gran victoria, el oro de los Juegos de Pek¨ªn. Solo dos saltos necesit¨® (4,70m y 4,80m) la pertiguista rusa de 29 a?os, la mejor de la historia (29 r¨¦cords mundiales batidos) para conseguir su cuarto t¨ªtulo mundial bajo techo. Casi simult¨¢neamente el et¨ªope Mohamed Aman se aprovechaba, con instinto de veterano, del suicidio del polaco Kszczot en la final de 800 metros para convertirse, con 18 a?os y 61 d¨ªas, en el m¨¢s joven medallista de oro de la historia. Fue su carrera como una fotocopia de lo que hab¨ªa hecho una hora antes el viejo Lagat para derrotar a Choge en la ¨²ltima vuelta de unos 3.000m en los que Mo Farah mostr¨® sus l¨ªmites.
La aportaci¨®n espa?ola a la gran fanfarria atl¨¦tica fue escasa, casi nula. El quinto puesto final del relevo, el sexto de Ruth Beitia en altura y los octavos de Abad (1.500m) y M¨¦liz (longitud) fueron lo m¨¢s destacado: un total de cuatro finalistas, el peor resultado de la historia (los mismos n¨²meros que Par¨ªs 97), conseguido con lo que podr¨ªa llamarse el equipo B, pues es a?o ol¨ªmpico, como bien record¨® Estados Unidos, y las estrellas que se reservan para Londres en agosto deben antes, en junio, pasarse por Helsinki para brillar en los reinventados Europeos bienales.
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