En la Luna
¡°Tardes de domingo que ol¨ªan a licores y regates radiof¨®nicos de Di St¨¦fano y Kubala¡±
Para el viaje a Marte sin retorno, Procopio se hab¨ªa llevado dos libros: Nacidos para incordiarse, de Alfredo Rela?o (Planeta), y 511 c¨¢psulas contra el olvido,de Antonio Calder¨®n Reina (La Carboner¨ªa de Sevilla). Primero ley¨® el segundo. Por si las c¨¢psulas contra el olvido evitaban el mareo. No solo no lo evitaban, sino que daban v¨¦rtigo. Eran recuerdos de anta?o que, flotando a la deriva fuera de su ¨®rbita, obligaban a la nave espacial a bruscas maniobras para esquivarlos: ¡°Tardes de domingo que ol¨ªan a licores y regates radiof¨®nicos de Di St¨¦fano y Kubala, tiempos en los que cada persona era un universo, pero con m¨¢s agujeros negros que nunca, y en las iglesias siempre sorteaban el mismo premio: el Para¨ªso. Pero solo te pod¨ªa tocar si te mor¨ªas¡±.
Estos y otros asteroides extra?os surcaban la memoria sideral como inquietante testimonio de que cualquier tiempo pasado no fue mejor. La aeronave hizo escala en la Luna. Y all¨ª, impresa en el polvo, permanec¨ªa la famosa huella del zapat¨®n de Neil Armstrong, como si el astronauta hubiera dado un solo paso con un solo pie. Procopio comprob¨® que, efectivamente, la falta de gravedad permit¨ªa desplazarse a saltos y a la pata coja o volar propulsados por la imaginaci¨®n, como Cyrano de Bergerac, el bar¨®n de M¨¹nchhaussen, M¨¦li¨¨s o Messi.
Antes de que el viaje se reanudara, Procopio inici¨® la lectura del libro de Rela?o sobre las relaciones peligrosas del Bar?a y el Real Madrid. El primer cap¨ªtulo hablaba del fundador catal¨¢n del equipo madrile?o, Carles Padr¨®s Rubi¨®, y del fundador suizo del equipo catal¨¢n, Hans Gamper Haessig, y de las tr¨¢gicas y miserables vicisitudes que ambos sufrieron. Carles Padr¨®s, fundador y presidente honorario vitalicio del Madrid, hab¨ªa contribuido a ganar numerosos trofeos para el equipo, a pesar de lo cual fue relegado al olvido hasta el extremo de que, en tiempos de Bernab¨¦u, ning¨²n representante del club asisti¨® a su entierro. Durante la guerra, hab¨ªa estado preso y sufri¨® un simulacro de fusilamiento en el Retiro. Consigui¨® huir a trav¨¦s de la embajada polaca y, finalizada la contienda, encontr¨® a su regreso arrasado el domicilio. Muri¨® arruinado, enfermo y, hasta la fecha, ignorado.
Al fundador del Madrid, el catal¨¢n Padr¨®s, se le ignora. El del Bar?a, el suizo Gamper, tiene un torneo en su honor
Por su parte, Hans Gamper, el suizo fundador del Bar?a, tuvo que exiliarse durante la dictadura de Primo de Rivera y, cuando pudo volver a su querida Barcelona, las autoridades le prohibieron cualquier relaci¨®n con el club que ¨¦l hab¨ªa fundado. Tras la Gran Depresi¨®n, acab¨® peg¨¢ndose un tiro. El suicidio es la causa de que no pusieran su nombre al nuevo estadio, pero el torneo Joan Gamper, como ¨¦l se hac¨ªa llamar, sigue honrando su memoria.
¡°La diferencia de trato en el recuerdo a uno y otro fundador¡±, diagnostica Rela?o, ¡°es un reflejo claro de la distinta forma en que un club y otro se ven a s¨ª mismos. El Madrid solo valora sus victorias. El Bar?a tiene una relaci¨®n m¨¢s profunda y sentimental consigo mismo, se ama m¨¢s all¨¢ de sus logros. Y tiene un reconocimiento a su fundador porque lo considera fuente de todo ese caudal de sentimiento¡±.
En la actualidad, esta distinta idiosincrasia se pone de manifiesto en los caracteres y el estilo de los respectivos entrenadores contratados. Pero el libro de Alfredo Rela?o, adem¨¢s de un recorrido revelador por los entresijos de la confrontaci¨®n Real Madrid-Bar?a o viceversa, aderezada con contubernios arbitrales y acres controversias, siempre expuestas con imperturbable prosa y conciliador talante, mostraba tambi¨¦n, desde la cara de la Luna, fotograf¨ªas de otra cara olvidada de la Tierra: un adusto retrato de Carles Padr¨®s que parece reprochar la ingratitud con la que fue tratado, la ¨²ltima parada de Zamora antes de que la guerra civil trasladara el f¨²tbol a las trincheras, el equipo del Bar?a con su fundador y presidente Gamper de jugador, la l¨¢pida de Su?ol i Garriga en el lugar donde fue fusilado, el hist¨®rico vapuleo (11-1) infligido por el Madrid al Bar?a y registrado en un arcaico marcador entre un anuncio de relojes Coppel y otro de sidra El Gaitero o la presencia de Franco en el Camp Nou.
Con retrospectivo sobresalto, Procopio cerr¨® el libro y la aeronave reemprendi¨® el vuelo.
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