?zil, en todas partes

Hay dos clases de futbolistas alemanes. Los que ficharon por el Bayern y los que debieron buscarse la vida por otros caminos, sin obtener el reconocimiento inmediato que supone identificarse con el club de mayor reputaci¨®n de la Bundesliga. Los primeros suelen entrar en la selecci¨®n nacional por la v¨ªa r¨¢pida. Los segundos encuentran m¨¢s resistencias, principalmente porque los jefes del vestuario de la Mannschaft son hist¨®ricamente de raigambre b¨¢vara. Hay que remontarse a la emigraci¨®n de Bernd Schuster, en 1980, para descubrir un caso que se parezca al de Mesut ?zil. El mediapunta es el m¨¢s importante de los talentos que han salido de Alemania sin pasar por el Bayern en los ¨²ltimos tres decenios. Hoy se medir¨¢ a sus colegas de la selecci¨®n. Jugar contra Lahm, M¨¹ller, Badstuber, Kroos o Neuer equivale para ?zil a someterse a un examen de nivel contra la casta m¨¢s poderosa del f¨²tbol germano.

Algunos de los jugadores del Bayern cuestionaron el fundamento de la llamada del joven de Gelsenkirchen para disputar el Mundial de 2010. Entonces comentaron que se trataba de un muchacho sobrevalorado. Pero dos a?os suponen una larga trayectoria en el f¨²tbol. Para ?zil han supuesto un proceso de aprendizaje junto a un entrenador dif¨ªcil y en permanente competencia con Kak¨¢ y Di Mar¨ªa.

Jos¨¦ Mourinho, el t¨¦cnico del Madrid, nunca acostumbr¨® a trabajar con futbolistas inmaduros. ?zil lleg¨® al club con 21 a?os, todav¨ªa sin formarse, y debi¨® adaptarse a un modo de entender el juego en el que sus virtudes con el bal¨®n encajan con dificultad en unos planteamientos que renuncian a su posesi¨®n. El portugu¨¦s le oblig¨® a convertirse en el tercer centrocampista. Le exigi¨® que se multiplicase. Para cumplir con la doble tarea de defender y atacar debi¨® correr m¨¢s que nadie. Su respuesta se resume en los ¨²ltimos dos partidos. En M¨²nich marc¨® el gol que mantiene vivo al Madrid en la eliminatoria. En Barcelona recuper¨® nueve balones y dio la asistencia de la Liga, un pase sin el cual Cristiano no habr¨ªa podido meter el gol que ha asegurado el t¨ªtulo a los madridistas.

En el Camp Nou rob¨® m¨¢s balones que Khedira y particip¨® en m¨¢s jugadas que nadie

Una vez le preguntaron a Fernando Redondo por un mediocentro, compa?ero suyo, muy aguerrido y ruidoso, con fama de gran recuperador. ¡°?Ese no recupera!¡±, respondi¨®; ¡°?ese hace faltas!¡±. La lista de los jugadores que m¨¢s balones quitaron al Bar?a en el Camp Nou, en el ¨²ltimo cl¨¢sico, demuestra, en l¨ªnea con lo que afirmaba el argentino, que para robarlos hace falta saber jugar al f¨²tbol. Xabi Alonso se sit¨²a en el primer lugar (12 pelotas recobradas), seguido de ?zil, en el segundo puesto junto a Pepe (nueve). Completan el abanico Sergio Ramos y Cristiano (siete) y Arbeloa y Khedira (cinco). Tomando en consideraci¨®n los deberes que ten¨ªa ?zil a la hora de construir el juego ofensivo, los datos resultan asombrosos. Ning¨²n otro futbolista del Madrid particip¨® en m¨¢s jugadas que el alem¨¢n, que actu¨® en 32 maniobras atacantes.

Mucho se ha hablado de topos y chivatos en el vestuario del Madrid esta temporada. Pues bien: ?zil ha sido fundamental en los dos partidos m¨¢s importantes del curso coincidiendo con una serie de filtraciones que le se?alaban en la prensa como un futbolista deca¨ªdo f¨ªsicamente por llevar una presunta vida disoluta. Los jugadores sospechan que dichas filtraciones, exageradas, partieron del propio club.

Mourinho no tuvo clara la alineaci¨®n de ?zil ni en M¨²nich ni en Barcelona. Seg¨²n fuentes del Madrid, baraj¨® la posibilidad de formar un centro del campo con Alonso, Khedira y Marcelo, sin ?zil en la mediapunta. Algunos jugadores creen que no se decant¨® por esa posibilidad debido a que el experimento con Marcelo en la segunda parte del partido de M¨²nich no result¨® satisfactorio. El brasile?o por poco se hace expulsar.

Marcelo entr¨® por ?zil frente al Bayern. El cambio, con el 1-1, coincidi¨® con el punto exacto en el que el Madrid comenz¨® a retroceder. Luego, recibi¨® el 2-1. ¡°Sin ?zil, no tuvimos ninguna posibilidad de mantener al Bayern a raya¡±, coment¨® un futbolista.