El Racing se va sin hacer ruido

En silencio, con Anoeta en pleno recogimiento reflexivo, sin tensi¨®n, lloviznando de forma continua, sin apenas ocasiones para so?ar. As¨ª se fue el Racing de Primera Divisi¨®n, como un apenado deudo se marcha cabizbajo de un entierro. Se fue sin hacer ruido, acongojado por el zumbido institucional que le persigue desde hace a?os que ha acabado sordo, mudo y tieso. Ayer no habl¨® en Anoeta. Apenas pudo apelar a un posible penalti de Mikel Gonz¨¢lez a Acosta, en la primera mitad, y recostarse en el regazo de Munitis, cuando sali¨® en la segunda para activar a una muchachada con m¨¢s pesadillas que sue?os.

Les derrib¨®, sobre todo Griezmann, un futbolista sutil, que junto a Zurutuza y Cadamuro (suplente) hab¨ªa desatado la ira de la afici¨®n por el inmenso pecado de asistir al partido del jueves en San Mam¨¦s cuando el Athletic elimin¨® al Sporting de Portugal. El p¨²blico hubiera preferido que sacaran a pasear al perro en vez de ver f¨²tbol. Y fue Griezmann quien tumb¨® al Racing: primero, por listo, al meter la puntera un segundo antes que los dos centrales racinguistas para rematar un centro de Prieto; despu¨¦s, al rematar una buena jugada de Zurutuza (el otro proscrito) y finalmente al conceder el privilegio del gol a Agirretxe, cuando pod¨ªa haber batido a Mario.

Eran los goles de la tranquilidad de una Real que ha vivido momentos m¨¢s convulsos de los esperados y del desahucio del Racing, que hace cinco a?os hab¨ªa asistido como protagonista principal al descenso del equipo donostiarra en el famoso penalti de Savio ante Calatayud.

As¨ª pasa el tiempo en el f¨²tbol espa?ol, como paso el partido en tres suspiros, sin m¨¢s oposici¨®n racinguista que la entrega y algunos ramalazos finales en busca del orgullo y la fe en la profesi¨®n. Munitis fue el que activ¨® la luz. Otros j¨®venes, como Jairo, dejaron algunos se?uelos sobre su futuro. Pero las turbulencias internas han acabado por hacer naufragar un barco que no era el Titanic y que ahora deber¨¢ sobrevivir a decisiones judiciales y deportivas de incierto futuro. Ayer se fue sin hacer m¨¢s ruido que el latido de los futbolistas.