Stoner, un loco muy cuerdo

Un inicio fulgurante, marca de la casa, propio de un talentazo como el suyo, el de un piloto capaz de hacer una primera vuelta lanzada a un ritmo de v¨¦rtigo, ya sea en entrenamientos o en carrera, igual le da, le vali¨® a Casey Stoner para apuntarse la segunda victoria del curso. En solo unos parpadeos marc¨® la diferencia. El australiano sac¨® 1,6 segundos al resto del pelot¨®n solo en el primer sector de la primera vuelta al circuito de Estoril, dado a las grandes frenadas, ideal para tipos agresivos al manillar como lo es ¨¦l, como lo es Lorenzo tambi¨¦n, que lo intent¨® sin ¨¦xito hasta los ¨²ltimos compases de la prueba. Al finalizar el primer giro sacaba un segundo de ventaja al mallorqu¨ªn, que se luci¨® con una salida magn¨ªfica, desde la cuarta plaza de la parrilla; y en el segundo, con una vuelta r¨¢pida de 1m, 37,2 segundos, solo tres d¨¦cimas m¨¢s lenta que la vuelta r¨¢pida de la carrera, que se apuntar¨ªa Lorenzo instantes despu¨¦s, la distancia ya era de 1m, 4s.

Iba Stoner como un loco, cargando todo el peso de su moto sobre su neum¨¢tico delantero, acometiendo cada curva con el hambre de un depredador, subi¨¦ndose por los pianos y cruzando su moto en los giros m¨¢s complejos. Rodaba Lorenzo buscando la perfecci¨®n tras el australiano, sin perderlo de vista, un par de d¨¦cimas m¨¢s r¨¢pido desde el sexto giro, acerc¨¢ndose cada vez m¨¢s, hasta reducir su ventaja a una escasa d¨¦cima de segundo (vuelta doce, al borde del ecuador de la prueba, a 28 giros), cuando se propuso no despegarse m¨¢s para esperar su oportunidad, calcando los cronos de Stoner casi en cada paso por meta. Hac¨ªa lo propio Pedrosa con el mallorqu¨ªn, a quien segu¨ªa de bien cerca, en busca de una carrera similar a la de Catar, en la que se enganch¨® a su col¨ªn tras toda una prueba agazapado y en un segundo plano para terminar dejando atr¨¢s a su compa?ero en Honda.

Pero fallaron los c¨¢lculos del de Castellar del Vall¨¦s, que se fue alejando de Lorenzo a medida que ¨¦ste m¨¢s se aproximaba a Stoner. Y fall¨® tambi¨¦n el otro espa?ol en su plan de atrapar al campe¨®n del mundo en los compases finales, cuando saca mayor rendimiento a su pilotaje. No fue posible. Stoner bordaba cada vuelta con hilo de oro, apuntaba sus cronos con la perfecci¨®n de un matem¨¢tico, con la obsesi¨®n de un psic¨®pata. Y su ritmo se volvi¨® insuperable en los tres ¨²ltimos giros. No solo no afloj¨® lo m¨¢s m¨ªnimo, como s¨ª le ocurri¨® en Catar, no sufri¨® por ser cazado, como en Jerez, sino que forz¨® a¨²n m¨¢s la m¨¢quina cuando m¨¢s cr¨ªtico es el comportamiento de los neum¨¢ticos, tras m¨¢s de 25 vueltas soportando el empuje de un salvaje.

Pudo no ser demasiado espectacular para el aficionado la prueba. No hubo adelantamientos en cabeza. Ni luchas extremadamente atractivas por detr¨¢s de los tres magn¨ªficos. Pero la batalla que esos tres hombres protagonizaron contra el crono est¨¢ solo al alcance de unos pocos elegidos. La perfecci¨®n a 326 kil¨®metros por hora es algo de lo que solo un loco muy cuerdo es capaz. En Estoril se apunta su segunda victoria del a?o y alcanza, adem¨¢s, el liderato del Mundial.