¡°Hasta en una final se puede sonre¨ªr¡±
Turan, considerado una especie de Beckham turco en su pa¨ªs, analiza su temporada en el Atl¨¦tico y la final espa?ola de ma?ana
¡°?Los kebab espa?oles? No est¨¢n mal¡±, aprueba con su sonrisa sempiterna Arda Turan (Estambul, Turqu¨ªa; 25 a?os). El mediapunta del Atl¨¦tico se presenta a la entrevista con vaqueros de pitillo, una rebeca de pico y unas grandes gafas de sol de las que no se desprende ni para posar ante el fot¨®grafo. La imagen casa con esa informalidad meditada de las estrellas del rock que ahora tambi¨¦n seduce a algunos futbolistas. El boom medi¨¢tico le llev¨® a ser considerado en su pa¨ªs una especie de Beckham turco. Ahora dice que ha madurado, que la vida tiene sus tiempos.
Nacido en el humilde barrio de Bayrampasa, en la parte europea de Estambul ¡ª¡°menos tranquila por el tr¨¢fico que Anotalia [el lado asi¨¢tico]¡°, explica¡ª, Turan asegura que esas estrecheces le ayudaron a ser un futbolista h¨¢bil en espacios reducidos. ¡°En Espa?a todo es muy profesional y hay m¨¢s campos de hierba para los ni?os. All¨ª jugamos en la calle y no hay muchos espacios¡±, recuerda.
La afici¨®n del Atl¨¦tico siente una gran debilidad por ¨¦l pese a su irregularidad con el bal¨®n y alg¨²n desliz nocturno. Le veneran por virguero y porque detr¨¢s de cada p¨¦rdida del bal¨®n suya hay un intento entusiasta por recuperarlo. Cada vez que Diego Pablo Simeone le cambia, se sienta en el banquillo, se abriga y sale a saludar como muestra de agradecimiento por ese c¨¢ntico que corea su nombre y que se ha convertido en el grito de guerra del estadio Calder¨®n. ¡°Podr¨¦ jugar mejor o peor, pero siempre peleo por el equipo¡±, sostiene. Ma?ana espera coronarse campe¨®n de la Liga Europa en Bucarest, la ciudad de su idolatrado maestro el exmadridista y exbarcelonista Gheorghe Gica Hagi.
Pregunta. No se le cae la sonrisa de la boca.
Respuesta. Es porque en el Atl¨¦tico me siento como en casa. En el club, en los campos de entrenamiento de Majadahonda, la afici¨®n y los compa?eros me hacen sentir como si estuviera con la familia. Somos profesionales, pero tambi¨¦n intentamos llevar optimismo en nuestro interior. La verdad es que todos se llevan bien conmigo.
P. ?Sonr¨ªe en el campo?
R. A veces, me pongo un poco agresivo, pero tengo buenos sentimientos en mi coraz¨®n y me gusta reflejarlos en el terreno de juego. Hasta en una final es posible sonre¨ªr. Para m¨ª, es una meta ganar este t¨ªtulo europeo con el Atl¨¦tico.
Respetamos mucho el f¨²tbol del Athletic, pero no tenemos miedo a nadie"
P. Para los regateadores como usted, el duelo decisivo en una competici¨®n internacional es un gran escaparate y una tentaci¨®n para la heroicidad entendida desde el individualismo.
R. Soy un jugador de equipo, pero, si tengo que regatear, regateo; si tengo que defender, defiendo; si tengo que pasar, paso; si me tengo que sentar en el banquillo, me siento. No pienso en nada individual, tan solo en el equipo. Si juego bien o marco un gol, pero no ganamos, no estar¨¦ contento.
P. Simeone le ha insistido mucho en la necesidad de que marque goles.
R. En Turqu¨ªa, normalmente, marcaba goles, pero aqu¨ª estaban Falcao y Adri¨¢n, que son goleadores puros. Incluso Diego puede marcar. As¨ª que me puse a jugar detr¨¢s de ellos para darles pases en vez de pensar en golear yo.
P. Para eludir la presi¨®n que ejercer¨¢ el Athletic, ?es mejor el regate o el toque?
R. Si ellos presionan, nosotros tambi¨¦n.
P. ?Pero qu¨¦ ser¨¢ m¨¢s decisivo, el regate o el toque?
Soy un jugador de equipo, pero, si tengo que regatear, regateo; si tengo que defender, defiendo; si tengo que pasar, paso; si me tengo que sentar en el banquillo, me siento"
R. Es que no puedo decir nada. Es una final y ya se ver¨¢ en el campo. Respetamos mucho el f¨²tbol del Athletic, pero no tenemos miedo a nadie.
P. Ese regate que hace, frenando en seco y recortando, pas¨¢ndose el bal¨®n por detr¨¢s con el tac¨®n, era muy de Hagi.
R. Hagi me ayud¨® mucho cuando jugaba en el Galatasaray y yo era recogepelotas y cuando luego fue mi entrenador. Mi est¨¦tica en el campo la aprend¨ª de ¨¦l.
P. Tambi¨¦n le ha dirigido ese gran motivador que es Fatih Therim.
R. ?l es como un padre para m¨ª. Siempre ser¨¢ as¨ª, est¨¦ donde est¨¦. A veces, la vida nos une; a veces, nos separa. ?l siempre me aconsejaba. Me dec¨ªa: ¡°T¨² no eres un jugador para moverte solo por la banda, sino por todo el campo¡±. Antes jugaba pegado a la l¨ªnea. Therim me cambi¨®. Me dijo que ten¨ªa fuerza y calidad para jugar m¨¢s por el centro y ayudar en la defensa. Ahora juego como me recomend¨® ¨¦l.
P. ?Qu¨¦ es m¨¢s dif¨ªcil conducir, el bal¨®n rodeado de contrarios o un Aston Martin?
R. Ambos objetos son muy f¨¢ciles de conducir para m¨ª. Pero ya no tengo un Aston Martin. Ahora no pienso en esos caprichos, sino en mi familia y en mi futuro.
P. ?Est¨¢ madurando?
R. S¨ª, estoy creciendo. Cada cosa en la vida tiene su tiempo. En Turqu¨ªa maduramos m¨¢s r¨¢pidamente que en otros pa¨ªses.
Terim me cambi¨®. Me dijo que ten¨ªa fuerza y calidad para jugar por el centro"
P. Sus compatriotas le llegaron a llamar el Beckham turco y se le vio como un ¨ªdolo desde muy joven. ?Empuja la fama tanto como para comprarse un Aston Martin?
R. Mi pa¨ªs es muy bonito. Pero, si tienes una vida muy p¨²blica, eso te puede causar un gran problema. Ahora soy como un embajador de ¨¦l. Por ejemplo, esta final es muy importante para m¨ª porque ser¨¦ el ¨²nico turco en el campo.
P. Sin embargo, aquella fotograf¨ªa en una discoteca de Madrid cuando se encontraba lesionado pudo dar a entender que era simplemente una estrella m¨¢s que estaba de paso por el Atl¨¦tico.
R. Era una noche normal. Pero un fan sac¨® una foto. Tampoco es una cosa para exagerar.
P. ?Por qu¨¦ decidi¨® viajar al d¨ªa siguiente a Sevilla por su cuenta? ?Fue un castigo del club o una decisi¨®n suya?
R. M¨ªa. Tengo amigos en Sevilla. Quer¨ªa visitarlos y estar con el equipo. Una buena decisi¨®n.
P. ?Le molesta que le llamen cabezota?
R. No. Es mi car¨¢cter. Hago lo que creo que debo hacer.
He madurado y ahora prefiero la vida familiar a los caprichos"
P. En Turqu¨ªa lleg¨® a medirse la cabeza con una cinta m¨¦trica con otros chicos.
R. All¨ª me llamaban cabeza grande.
P. Dice que aprende mucho de Diego.
R. Es muy buena persona. Es un compa?ero de habitaci¨®n perfecto. Compartimos y comentamos los errores y los aciertos en el campo. Tengo capacidad e inter¨¦s por aprender de las personas que son mayores que yo y de Diego hay muchas cosas que aprender.
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