Un gol perdido en el rollo de TV

¡°Han tenido que pasar 35 a?os para hacerme famoso¡±, dice con iron¨ªa Luis Koldo Aguirre, el entrenador que disput¨® en 1977 dos finales con el Athletic, una de la Copa de la UEFA y otra de la Copa del Rey. Perdi¨® las dos. Un dato que le ha perseguido y ensombrecido una temporada magn¨ªfica de un equipo en el que militaban Iribar, Villar, Goikoetxea, Irureta, Rojo, Dani o Churruca.

A Aguirre le han hecho m¨¢s entrevistas estos d¨ªas que en todo el a?o de sus ¨¦xitos. Demasiadas coincidencias. Sobre todo, el hecho de volver a disfrutar tres decenios y medio despu¨¦s otras dos finales el mismo a?o... ¡°con mejor resultado¡±, espera, aunque insiste: ¡°El Juventus no nos gan¨®. Metimos los mismos goles, pero ellos uno fuera¡±. Lo marc¨® Bettega, el del pelo blanco, por sorpresa. ¡°Claro, para un equipo italiano de entonces encontrarse con un gol era como encontrarse con una mina de oro. Otra cosa habr¨ªa sido contra un equipo belga u holand¨¦s, pero contra uno italiano¡­¡±, reflexiona Jos¨¦ ?ngel Rojo, Rojo II, que jug¨® la ida (1-0 para La Juve), pero no la vuelta en San Mam¨¦s (2-1 para el Athletic); ¡°estaba tan triste que, faltando cinco minutos, me fui del banquillo a la ducha. Quer¨ªa estar solo y llorar. ?Y vaya si llor¨¦! ?Un cuarto de hora sin parar! Pero inmediatamente jur¨¦ que no volver¨ªa a llorar nunca m¨¢s, que ya estaba bien. Y, ?zas!, nos llevamos el zambombazo en la Copa [2-2 y derrota por penaltis] contra el Betis. Otra llorera. Vamos, un carrer¨®n¡±.

L¨¢grimas, tristeza, decepci¨®n, nostalgia... Son palabras que repiten los protagonistas. L¨¢grimas como las que derram¨® Jos¨¦ Angel Iribar, El Txopo, en el vestuario tras eliminar ahora al Sporting de Lisboa en las semifinales. ¡°Iribar, en la ida, estuvo como siempre, plet¨®rico. Bueno, m¨¢s Iribar que nunca¡­ Pero nos cazaron en una jugada y marc¨® Tardelli, al que yo era el encargado de marcar. Y le marqu¨¦ bien, salvo en esa jugada¡±, recuerda Rojo II. Tercia Aguirre recordando que ¡°Zoff, el portero del Juventus, reconoci¨® que la vuelta fue el partido de su vida en el que m¨¢s intervino¡±.

Carlos Ruiz, el ¨²ltimo jugador rojiblanco en conseguir el Trofeo Pichichi en la Liga, fue el autor del segundo gol, que incendi¨® La Catedral. ¡°Su remate despert¨® a una afici¨®n a la que hab¨ªamos contagiado nuestra frialdad¡±, se lamenta Aguirre. El tanto del hoy doctor Ruiz elev¨® la temperatura: ¡°Aunque durante mucho tiempo fue un gol inexistente, yo sab¨ªa que lo hab¨ªa marcado, que hab¨ªa subido al marcador y que figuraba en las estad¨ªsticas oficiales. Pero no hab¨ªa ni una sola imagen de ¨¦l. Luego me dijeron que coincidi¨® con el cambio de rollo televisivo [entonces se funcionaba as¨ª] y yo marqu¨¦ en ese momento inoportuno. Fue el gol que nunca existi¨® hasta que un periodista me mand¨® un link de youtube en el que aparec¨ªa. Eran im¨¢genes del Juventus, de sus momentos estelares¡±.

Andoni Goikoetxea ten¨ªa 20 a?os cuando jug¨® en Tur¨ªn: ¡°Me toc¨® marcar a Boninsegna, que ya anunciaba todo su potencial. Nos defendimos con todo. El 1-0 lo marc¨® Tardelli con el hombro. Lo aceptamos como un resultado interesante para la vuelta. No en vano hab¨ªamos eliminado al Bar?a de Cruyff y Neskeens, al Milan y sobre todo al Racing White en un partido ag¨®nico¡±. Lo peor para Goikoetxea es que no pudo jugar en San Mam¨¦s: ¡°Me sacaron una tarjeta amarilla. ?Por qu¨¦? Supongo que por alguna patada¡±.

Est¨¢ claro que el f¨²tbol nos debe una¡± Carlos, el goleador en San Mam¨¦s

Todos coinciden en que aquel Juventus, entrenado por Giovanni Trappatoni era b¨¢sicamente la selecci¨®n italiana que se proclam¨® campeona del mundo en Espa?a 1982: Zoff, Gentile, Scirea, Benetti, Tardelli, Causio, Boninsegna, Bettega... ¡°Era un equipo contra una selecci¨®n¡±, insiste Aguirre, ¡°pero el nuestro era de mucha calidad, sobre todo tras la llegada de Irureta y Churruca¡±, afirman Goikoetxea y Rojo II. Tambi¨¦n la coincidencia es absoluta en que el formato de partido ¨²nico y en terreno neutral ¡°es mucho mejor que aquel del doble partido. Las finales a un partido tienen m¨¢s perejil, m¨¢s ambiente. Sobre todo, para el Athletic, que ha demostrado la capacidad de movilizaci¨®n de sus aficionados¡±.

Hay otra coincidencia entre los integrantes de aquel Athletic: ¡°La sensaci¨®n de que el ¨¢rbitro Linemayer nos quit¨® buena parte del ¨¦xito¡±. ¡°Es el peor sabor de boca que me dej¨® aquel partido. Ah¨ª entendimos lo injusto que puede llegar a ser el deporte¡±, se lamenta Carlos, ¡°aunque espero que el f¨²tbol nos d¨¦ una segunda oportunidad porque est¨¢ claro que nos debe una¡±.

La segunda oportunidad est¨¢ en Bucarest, adonde Carlos no acude porque ya viaja mucho ¡°con otras cosas¡± ni Rojo II porque quiere ver el partido ¡°absolutamente solo¡±: ¡°Si ganamos, ya buscar¨¦ la compa?¨ªa adecuada para celebrarlo¡±. Aguirre, el entrenador que se ha hecho famoso 35 a?os despu¨¦s, es m¨¢s tajante: ¡°No viajo porque no me apetece. No me gusta¡±. Punto.