¡°Es nuestro ADN¡±

Ovacionado por la prensa inglesa al comparecer ante los medios, ya en las primeras horas del domingo, Didier Drogba (Abiy¨¢n, Costa de Marfil, 1978) transmiti¨® la serenidad de quien da por concluido su trabajo despu¨¦s de ocho a?os en el Chelsea. Sus palabras sonaron a despedida. ¡°Hemos estado siempre tan lejos y tan cerca [de ganar la Champions: han disputado seis semifinales]. Quiero agradecer y dedicar este t¨ªtulo a todos los jugadores y entrenadores que fueron compa?eros m¨ªos en estos ocho a?os¡±.

¡°Cuando llegu¨¦ aqu¨ª¡±, prosigui¨®, ¡°Frank [Lampard] me ense?¨® lo que significa el esp¨ªritu del Chelsea. En los ¨²ltimos tiempos, yo he intentando pas¨¢rselo a otros jugadores que fueron llegando. Lo que ha pasado hoy es nuestro ADN¡±.

Cuando llegu¨¦ aqu¨ª, Lampard me ense?¨® lo que significa el esp¨ªritu del Chelsea. En los ¨²ltimos tiempos, yo he intentando pas¨¢rselo a otros jugadores que fueron llegando

Preguntado por si este triunfo pod¨ªa hacer cambiar su destino la pr¨®xima campa?a, Drogba contest¨®: ¡°No, no se pueden tomar decisiones en momentos emocionales como estos¡±. En el vestuario blue est¨¢n convencidos de que Drogba volar¨¢ a la Liga China despu¨¦s de unas merecidas vacaciones.

Despu¨¦s de haber dejado un sello imborrable en la final, tanto por el gol de cabeza en el minuto 88 que resucitaba al mortecino Chelsea como por haber marcado el tanto definitivo en la tanda de penaltis. El broche de oro a una carrera extraordinaria. Para alguien tan competitivo como ¨¦l, capaz de marcar nueve goles en nueve finales con los blues, seg¨²n le record¨® un periodista africano.

Precisamente de la pasada Copa de ?frica se acord¨® cuando se dispon¨ªa a lanzar el quinto penalti en el Allianz Arena. En la competici¨®n africana, un fallo suyo desde los 11 metros conden¨® a Costa de Marfil. Esta vez no. ¡°Me vino eso a la cabeza, s¨ª, pero ten¨ªa confianza. Quise marcar por todos mis compa?eros. Merec¨ªamos estar aqu¨ª despu¨¦s de las dos grandes eliminatorias ante el N¨¢poles y el Bar?a¡±. M¨¢s que sus goles, Drogba remarc¨® una pelota que salv¨® en la misma l¨ªnea de gol el lateral izquierdo Ashley Cole en el choque de ida contra el N¨¢poles. A partir de ah¨ª todo cambi¨®. Sobre todo porque Roberto Di Matteo ya hab¨ªa ocupado el banquillo y el t¨¦cnico italo-suizo recuper¨® el esp¨ªritu del que hablaba Drogba, recuper¨® la memoria y el orgullo de los veteranos. El orgullo herido de muchos de ellos cuando hace cuatro a?os, en Mosc¨², perdieron la final ante el Manchester United de Cristiano Ronaldo.

Drogba ha sido, en efecto, un animal competitivo. Ya lo era cuando perdi¨®, en 2004, la Copa de la UEFA con el Marsella ante el Valencia. Aquella noche lo marc¨® Ayala, una experiencia que nunca olvidar¨ªa. Claro que Drogba tuvo tiempo para tomarse muchas revanchas, y la ¨²ltima fue un 3-0 en la primera fase de esta Champions que expuls¨® al cuadro de Unai Emery de la competici¨®n. No sin antes echarle una carrera a Albelda, de su misma edad, y sacarle varios cuerpos, demostrando que, a los 34 a?os, Drogba sigue siendo una roca. ¡°Congratulations, Drog [Felicidades]¡±, le dijo un reportero a modo de saludo. ¡°Muchas gracias a todos¡±, respondi¨® a modo de despedida.