El n¨®mada insaciable
Criado a la sombra de un t¨ªo itinerante, Drogba deja el Chelsea como un ¨ªdolo tras una carrera tambi¨¦n de fracasos y penalidades
Solo los m¨¢s grandes eligen cu¨¢ndo y c¨®mo se marchan. La historia de Didier Drogba (Abiy¨¢n, Costa de Marfil, 1978) es la de un n¨®mada que ech¨® ra¨ªces en Stamford Bridge. La fuerza colosal que llev¨® al Chelsea a su ¨²nica Copa de Europa procede de una infancia itinerante, viajando en la maleta de su t¨ªo Michel Goba, futbolista de equipos franceses de segunda fila.
Sus padres, empleados de banca de Abiy¨¢n, lo enviaron a los cinco a?os a Brest, en la Breta?a francesa, en busca de ¡°una oportunidad para triunfar¡±. Tres cursos en Brest, Angoul¨ºme y Dunkerque, antes de volver a su casa africana, a los ocho, para rencontrarse con sus amigos del distrito Yopougon Sicogi. Tras una grave crisis econ¨®mica en Costa de Marfil, sus padres perdieron los empleos y, tres a?os despu¨¦s, volvieron a mandar al peque?o Tito, como era conocido en la familia, a la casa ambulante del t¨ªo, en Dunkerque, donde entr¨® a jugar en su primer equipo de lateral derecho. ¡°?Qu¨¦ haces ah¨ª?¡±, le reprendi¨® Goba, ¡°la gente solo mira a los delanteros¡±. De ciudad en ciudad, Didier perdi¨® el paso en el colegio, repiti¨® curso y sus padres reaccionaron prohibi¨¦ndole el f¨²tbol durante un a?o y envi¨¢ndolo a vivir con su prima Kriza en Poitiers. A los 15 a?os, por fin, se reuni¨® con sus padres y sus seis hermanos en los suburbios de Par¨ªs.
De colegio en colegio, repiti¨® curso y sus padres le prohibieron jugar durante un a?o
En el tr¨¢nsito de Heathrow a Stamford Bridge, 11 a?os despu¨¦s, Drogba iba pensando que deber¨ªa haber llevado algo m¨¢s de abrigo (vest¨ªa camiseta y vaqueros) en su viaje desde Marsella. Se pregunt¨® por qu¨¦ no hab¨ªa ido a recibirlo el due?o del Chelsea, Roman Abram¨®vich. Y ya instalado en la suite del hotel Millennium, escribi¨®: ¡°Este no es mi equipo ni tengo ning¨²n deseo de formar parte de ¨¦l¡±. Tan lejos de sospechar que, ocho a?os despu¨¦s, al despedirse con 157 goles en 341 partidos y 10 t¨ªtulos, su legado ser¨ªa comparado al de Peter Osgood y Gianfranco Zola.
El lazo a una carrera aparentemente perfecta: ese cabezazo que dobl¨® la mano de Neuer, el portero del Bayern, en el minuto 88, llevando al Chelsea a la pr¨®rroga, para anotar despu¨¦s el penalti definitivo. Pero no fue un trayecto f¨¢cil, sino lleno de controversias, contratiempos y fracasos. Una dualidad presente hasta el d¨ªa de la final de M¨²nich, cuando una absurda zancadilla suya a Rib¨¦ry en la pr¨®rroga a punto estuvo de darle la Copa al Bayern si Robben hubiera acertado desde los 11 metros.
Drogba se arrepiente, sobre todo, de aquel d¨ªa en que, con el rostro desencajado, persigui¨® e insult¨® al ¨¢rbitro noruego Tom Henning Ovrebo en la semifinal de Champions de 2009 en Londres ante el Bar?a. La UEFA lo suspendi¨® con tres partidos y Ovrebo recibi¨® amenazas de muerte durante a?os. ¡°Me siento mal¡± confes¨® Drogba en The Independent. ¡°Por mi culpa, ha sido muy dif¨ªcil para ¨¦l despu¨¦s de aquello. Solo es f¨²tbol, pero le damos demasiada importancia¡±.
Acusado de piscinero, Drogba despert¨® la ira de muchos en la pasada semifinal contra el Bar?a. ¡°Drogba, eres un buen jugador, pero deja de tirarte¡±, le ri?¨® Wayne Rooney, del Manchester United. ¡°Los delanteros que han jugado en solitario contra cuatro defensas entienden por qu¨¦ estuve tanto en el suelo¡±, replic¨®.
La mejor temporada de Drogba estaba siendo ¡°la peor¡± justo antes de la llegada al banquillo de Roberto di Matteo. ¡°Lo mejor del f¨²tbol es que todo cambia en un minuto¡±. Cuando Andr¨¦ Villas-Boas fue sustituido, el 4 de marzo, los veteranos volvieron a asumir el mando. ¡°Pero Andr¨¦ es un amigo¡±, aclara el marfile?o, ¡°todos fuimos responsables¡±.
Las lesiones nunca se apiadaron de ¨¦l. A los 19 a?os, en el Le Mans, se rompi¨® dos metatarsos, el peron¨¦ y el tobillo. Ese a?o naci¨® el primero de sus dos hijos, Isaac, y se convirti¨® en profesional. En el Chelsea, jug¨® seis a?os con dolores en la espalda hasta ser operado, en agosto de 2010, de una hernia discal. Aunque no le doli¨® tanto como ser expulsado en la final de Champions de 2008, ante el Manchester, sin poder participar en la tanda de penaltis que hundi¨® a los blues. Los siguientes seis meses fueron un infierno para ¨¦l: abofete¨® a Vidic en un choque contra el United y lanz¨® una moneda a los aficionados del Burnley en un duelo de la Copa Carling. En ese periodo, se reuni¨® con Jorge Mendes en un restaurante de Londres porque Jos¨¦ Mourinho quer¨ªa llev¨¢rselo al Inter.
¡°Mourinho me dio la mentalidad ganadora y el deseo de hacer historia¡±
Hab¨ªan coincidido dos a?os y medio en Stamford Bridge. ¡°Como ser humano y como entrenador aprend¨ª mucho de Mou. Me dio la mentalidad ganadora y el deseo de hacer historia. Eso lo tenemos hoy en nuestro adn¡±. Compartieron tambi¨¦n pesadillas, como la semifinal de Champions perdida ante el Liverpool en la primera campa?a, 2004-05, con el gol fantasma de Luis Garc¨ªa. Pero ganaron dos Ligas y una filosof¨ªa. El Chelsea hab¨ªa pagado por ¨¦l 30 millones al Marsella, el equipo de sus sue?os. No quer¨ªa marcharse, ¨ªdolo de la hinchada marsellesa pese a perder la final de la Copa de la UEFA frente al Valencia en Gotemburgo (2004). En los saludos antes del choque, Ayala, que hab¨ªa o¨ªdo hablar mucho del joven africano, le apret¨® muy fuerte la mano y le mir¨® a los ojos. En el primer minuto se lo llev¨® por delante. Hab¨ªa derribado una roca.
Pese a sus 54 goles en 84 partidos con Costa de Marfil, la expectativa siempre estuvo por encima de la realidad. La ¨²ltima decepci¨®n, en febrero, cuando Drogba envi¨® alto un penalti y Costa de Marfil perdi¨® la final de la Copa de ?frica ante Zambia.
Al dejar el Chelsea, anunci¨® que no fichar¨¢ jam¨¢s por otro club ingl¨¦s. ¡°Mi sangre es blue¡±. Solo los privilegiados pueden elegir su destino desde la cima. ¡°En la cr¨¨me de la cr¨¨me¡±, zanj¨® Drogba, ese n¨®mada insaciable.
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