Un equipo que simboliza a un pa¨ªs
Grecia, en el centro de la crisis econ¨®mica, se aferra a una selecci¨®n orgullosa capaz de resurgir de la nada
En Grecia se juega al f¨²tbol con o sin pasi¨®n. No hay m¨¢s; no hay otra. Por eso no es raro que los jugadores se toquen el coraz¨®n antes de un partido, se lo se?alen en la celebraci¨®n de un gol o se den unos golpecitos en cualquier momento para animarse y recobrar la fe. Casi todo gira en torno a eso. Es la distinci¨®n entre jugar bien y mal. Si le pones pasi¨®n, por ejemplo, est¨¢ justificado el salir al c¨¦sped porque afrontas el duelo con garant¨ªas. Y la afici¨®n, sabedora de que no tienen a un Xavi o un Cristiano Ronaldo, que el talento no supera la pereza, exige eso, que pongan el coraz¨®n como casi siempre han hecho, como en la Eurocopa de 2004, cuando el equipo de Otto Rehhagel se llev¨® el laurel ante el pasmo mundial. La exigencia, en el fondo, obliga a los futbolistas a darlo todo sobre el c¨¦sped. Es su mentalidad. No entienden el juego de otra forma. Pero el asunto se acent¨²a a¨²n m¨¢s en esta Eurocopa. Los griegos, en el centro de la crisis econ¨®mica y en medio del ajuste permanente, deprimidos y orgullosos, se aferran a sus representantes deportivos para poder levantar la cabeza y mirar de igual a igual al resto de Europa. Este a?o, las victorias de los equipos griegos en Europa, bien sea f¨²tbol, baloncesto o waterpolo, han sido m¨¢s que eso.
Por eso la Eurocopa llega en el momento justo, cuando la selecci¨®n griega parte como uno de los outsiders de la competici¨®n. Su grupo no es de los m¨¢s atractivos a priori y les puede dar la posibilidad de clasificarse (Polonia, Chequia y Rusia). A partir de los partidos ¨²nicos es donde los griegos son peligrosos porque son especialistas en sobrevivir en el agobio de un duelo, o de resurgir cuando todos les dan por muertos. El equipo es como una paradoja de su propio pa¨ªs.
Es complicado pillar a Grecia desprevenida porque no juega abiertamente al ataque y es sensacional en el repliegue
El estilo lo ha definido y pulido el luso Fernando Santos, un t¨¦cnico muy inteligente y con sobrada experiencia internacional, focalizada sobre todo en Portugal y Grecia. Su idea, que no es taca?a con el f¨²tbol, s¨ª que parte de formar un bloque consistente para a partir de ah¨ª salir a la contra, con jugadores como Ninis y Samaras, y Salpingidis en el remate. No le importa ceder la iniciativa ni el cuero, siempre y cuando no se exponga en defensa. As¨ª, es muy complicado pillar a Grecia desprevenida, sobre todo porque no juega abiertamente al ataque y porque es sensacional en el repliegue. Pasa sin apuros del 4-3-3 en ataque al 4-5-1 en defensa, donde los extremos atienden y cubren el retrovisor. Se guarda el equipo, adem¨¢s, siempre alguna ocasi¨®n en las jugadas de estrategia, donde resulta especialmente peligroso.
Grecia no enga?a. Es un equipo que siempre est¨¢ armado y que ofrece su mejor versi¨®n cuando m¨¢s lo necesita. No es un conjunto formado para dominar, ni siquiera se encuentra c¨®modo con ese rol; le encantan los partidos cerrados, en los que una chispa o una estrategia le puede dar la victoria. Por eso creo que si pasa la fase de grupos, puede resultar de lo m¨¢s dif¨ªcil en las eliminatorias. Nunca se le puede dar por vencido. Grecia empuja, Grecia tiene orgullo y Grecia tiene coraz¨®n.
Ernesto Valverde ha ganado tres Ligas griegas (en 2009, 2011 y 2012) y dos Copas (2009 y 2012) como entrenador del Olympiacos.
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