¡°No juego para los ojos del mundo, sino para m¨ª mismo y para mi equipo¡±
El torneo es un examen para De Jong, cuya patada voladora a Alonso simboliza la derrota de Holanda en el Mundial de 2010
Una lluvia gruesa cae sobre los campanarios de Cracovia, moja los techos de bronce del castillo de Wawel, empapa el c¨¦sped del campo del Wisla y resbala sobre la frente de Nigel de Jong. El centrocampista permanece inmutable. ¡°Me siento bien, en forma¡±, dice tras el primer entrenamiento de Holanda en su base polaca. Con los brazos cruzados, se esfuerza en ofrecer una imagen digna de s¨ª mismo mientras las gotas surcan su cara y habla para los micr¨®fonos que se api?an ante ¨¦l. All¨ª est¨¢n. Esos aparatos envueltos en esponjas son sus intermediarios ante las audiencias mundiales. Esa idea global y difusa que le est¨¢ contemplando con la mezcla de desd¨¦n que la propaganda reserva a los perdedores.
Antiguamente, las acciones determinaban la suerte de los futbolistas. El destino de De Jong se configur¨® por una imagen m¨¢s que por una acci¨®n. Una imagen multiplicada hasta el infinito desde el 11 de julio de 2010, el d¨ªa de la final de la Copa del Mundo de Sud¨¢frica, ganada por Espa?a. Su patada voladora al pecho de Xabi Alonso ha sido tantas veces reproducida que ya es un s¨ªmbolo. Un gesto que le representa ante los amigos y los enemigos. Para muchos holandeses, sintetiz¨® la degradaci¨®n ¨¦tica de una selecci¨®n que desde?¨® su noble pasado para perseguir el ¨¦xito a cualquier precio. Para millones de aficionados fuera de Holanda, De Jong qued¨® simplemente retratado como una especie de villano.
El centrocampista del Manchester City se pas¨® m¨¢s de un a?o sin apenas hacer declaraciones a la prensa. Sinti¨® que le hab¨ªan maltratado, sobre todo en su pa¨ªs, en el que los medios especularon sobre las consecuencias de su agresi¨®n en el arbitraje del brit¨¢nico Howard Webb. Desde que el propio juez admiti¨® que vio la patada en el descanso del partido, por televisi¨®n, los holandeses inducen que prefiri¨® compensar la impunidad de la primera parte evitando mostrar la tarjeta roja a Iniesta, autor del gol, por patear a Heitinga en el segundo tiempo. En resumen: la derrota ante Espa?a fue culpa de De Jong.
¡°Tenemos la esperanza de ganar la Eurocopa¡±, dice De Jong, interpelado por los periodistas sobre las dificultades de Holanda, obligada a medirse a Dinamarca, Portugal y Alemania en la fase liguera. ¡°No nos ha tocado el grupo m¨¢s f¨¢cil, pero uno nunca sabe contra qu¨¦ rival se encontrar¨¢ en mayores dificultades. Tendremos que estar concentrados al ciento por ciento y ser¨¢ duro, pero as¨ª son estos torneos. Todos buscan al m¨¢s d¨¦bil y se?alan a Dinamarca. A m¨ª me parece que Dinamarca es un buen equipo. Si no lo fuera, no habr¨ªa ganado por 4-1 a Portugal ni quedado el primero en la fase clasificatoria¡±, comenta.
Holanda juega contra Dinamarca su primer partido, el s¨¢bado, y nadie duda de qui¨¦n es el favorito. ¡°Tenemos que ser realistas¡±, advierte De Jong cuando le recuerdan que, tras la final de Johanesburgo, las expectativas ubican a Holanda, como m¨ªnimo, en la de Kiev; ¡°no se trata de comparar las competiciones. Lo que nos espera es dif¨ªcil y tenemos la presi¨®n de ganar de entrada a los daneses para afrontar lo siguiente con m¨¢s tranquilidad. De momento, entre mis compa?eros, la confianza es muy alta¡±.
¡°Hay que concentrarse en ganar a Dinamarca. Lo hecho... hecho est¨¢. Estamos en 2012¡±
Poco a poco, el cuestionario deriva hacia 2010, hacia la derrota decisiva frente a Espa?a. Nadie menciona la patada voladora. No es necesario. La tensi¨®n alcanza su pico cuando un periodista de la BBC le acerca su micr¨®fono y le pregunta directamente si ha llegado la ocasi¨®n de rectificar ¡°ante los ojos del mundo¡±. De Jong mira a la boca de su interlocutor. Sigue cruzado de brazos. Su ceja derecha, abierta por una larga cicatriz de boxeador, le da un aire vulnerable. Solo parece un buen muchacho intentando luchar contra un adversario invisible cuando replica con toda la calma que es capaz de aparentar: ¡°No creo que deba jugar para los ojos del mundo. Creo que debo jugar para m¨ª mismo y para mi equipo. Es la ¨²nica manera de gestionar la presi¨®n. Concentrarte en lo que sabes hacer, ir a por el partido contra Dinamarca y olvidarte de la Copa del Mundo. Lo de 2010 ya es historia. Lo hecho... hecho est¨¢. Ahora estamos en 2012 y esto no es el Mundial, sino el Campeonato de Europa¡±.
El debate, frecuente agitador de la selecci¨®n holandesa y su entorno, est¨¢ m¨¢s encendido que nunca. Como apunta a la cuesti¨®n del estilo y como el estilo depende del centro del campo, las discusiones suelen afectar a De Jong. Para Johan Cruyff, or¨¢culo oranje, promotor de un f¨²tbol menos inhibido, el mediocentro defensivo est¨¢ de m¨¢s en un esquema en el que jugar¨ªa con Van der Vaart por delante de la defensa. El seleccionador, Bert van Marwijk, prefiere espesar su esquema con dos mediocentros de contenci¨®n, normalmente Van Bommel y De Jong. Hace unos d¨ªas, Edgar Davids, que ya eligi¨® heredero, propuso una soluci¨®n: ¡°La mezcla perfecta es De Jong con Van der Vaart. Pero no creo que Van Marwijk sea lo suficientemente valiente para atreverse con esa pareja¡±.
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