Dos luchadoras

En el jueves lluvioso de Par¨ªs, dos rayos de sol en las semifinales: la rusa Maria Sharapova, que recupera cuatro a?os despu¨¦s el n¨²mero uno mundial (doble 6-3 a la checa Kvitova), y la italiana Sara Errani (7-5, 1-6 y 6-3 a la australiana Stosur), que se clasifica para luchar por el t¨ªtulo pese a haber llegado a Par¨ªs con un 0-28 en sus duelos contra las diez mejores (2-28 desde ahora).

¡°Nunca pens¨¦ en esto¡±, admiti¨® Errani, tambi¨¦n clasificada para la final de dobles, que disputar¨¢ con su compatriota Vinci, y que estaba tan tranquila antes del partido m¨¢s importante de su carrera que se fue a dormir cuando se retras¨® por culpa de la lluvia. ¡°Intent¨¦ olvidarlo todo. Olvidar donde estaba. Concentrarme¡±, se despidi¨® tras explicar que la clave de su ¨¦xito hab¨ªa sido alargar su raqueta para compensar as¨ª su baja estatura. La misma tenista que nunca hab¨ªa ganado a una de las diez mejores, esa a la que entrena un espa?ol (Pablo Lorenzo) y dirige el mismo preparador que a David Ferrer (David Andr¨¦s), est¨¢ ahora en esa elite. Una transfiguraci¨®n al esprint, ocurrida en dos semanas. Un cambio casi tan radical como el experimentado por Sharapova: tras decir que se sent¨ªa como una vaca sobre hielo cuando jugaba sobre tierra (2008), la rusa llega a la final del domingo como gran favorita, tras superar varias operaciones en el hombro derecho, ganar en Stuttgart y Roma y fijarse el objetivo de completar el Grand Slam al ganar el ¨²nico torneo grande que le falta.

Intent¨¦ olvidarlo todo. Olvidar donde estaba. Concentrarme¡± Errani

¡°No sab¨ªa si podr¨ªa volver a jugar profesionalmente, ni si recuperar¨ªa el n¨²mero uno¡±, dijo la rusa, de 25 a?os, sobre sus operaciones y el trofeo que la distingue como la mejor, bien plantado a su lado. ¡°Ha sido una carretera larga, llena de frustraci¨®n y ansiedad, de cosas duras¡±, a?adi¨® tras clasificarse para su primera final de Roland Garros. ¡°Ha merecido la pena. Soy una luchadora¡±.