Espargar¨® busca la perfecci¨®n
El espa?ol gana en Moto2 una carrera de infarto por el duelo de altura brindado entre Redding y M¨¢rquez
Se lo tatu¨® en la piel, en su mu?eca derecha, y lo grab¨® en su nuevo casco, regalo por su 21 cumplea?os: Never give up (Nunca te rindas). Y se aplic¨® el cuento desde el primer entrenamiento libre del viernes. Con lluvia o sin ella, Pol Espargar¨® ha explorado los l¨ªmites y ha buscado la perfecci¨®n con su Kalex este fin de semana gris del junio brit¨¢nico. Primero en todos los libres y, con el mejor tiempo tambi¨¦n en la clasificaci¨®n -sal¨ªa desde la pole-,? puso en pr¨¢ctica la estrategia sin sufrir ni un mal susto. Y coron¨® el fin de semana con una victoria brillante. Y merecida. Adem¨¢s de sufrida, despu¨¦s de un a?o, el de su debut, en que nada funcionaba a derechas y el chico, puro talento, incluso dud¨® de sus facultades.
Espargar¨® se tom¨® la salida con la calma necesaria: ni mucha, ni muy poca, y trat¨® de que los pilotos locales, los que mejor conocen el terreno, es decir, Scott Redding y Bradley Smith, se alejaran demasiado. Fueron los dos brit¨¢nicos quienes tomaron la delantera, pero Smith se fue desinflando poco a poco, se alej¨® del fragor de la batalla, esa que solo resisten los mejores, capaces de mantener un ritmo constante y veloz de principio a fin. Este domingo, incluso, se ech¨® en falta a dos de los habituales en las posiciones delanteras -no resistieron el envite Iannone ni Luthi-, all¨ª donde los pilotos se arremangan en busca de la gloria y, a veces, se dan de bruces contra el suelo. No ocurri¨® en Silverstone. Pese a que dos tipos como Redding y M¨¢rquez tentaron a la suerte en infinidad de ocasiones.
El grupo, que inicialmente contaba hasta con ocho pilotos, incluidos Corti o Corsi, fue estir¨¢ndose a medida que avanzaba la carrera. Y pronto qued¨® reducido a un cuarteto de a¨²pa: pilotos todos ellos agresivos en la frenada, atrevidos en el cuerpo a cuerpo. Una delicia. No fue hasta la octava vuelta cuando Espargar¨® quiso poner tierra de por medio entre ¨¦l y sus rivales. Hasta entonces era Redding, la gran esperanza brit¨¢nica, otro de los de los ¨¦xitos precoces, quin lideraba el pelot¨®n. Pero el piloto del equipo de Sito Pons, que quer¨ªa olvidar el amargo final en Montmel¨®, hace solo dos semanas, le tom¨® el interior de una curva a la derecha y se puso en faena. Tard¨® dos giros m¨¢s en abrir distancias. A falta de siete vueltas su ventaja sobre el segundo, ahora M¨¢rquez, ahora Redding, era de casi un segundo. Hab¨ªa hecho el trabajo. Solo necesitaba mantener el ritmo y cruzar la meta.
Entretanto, se encargaron los otros dos de subir las pulsaciones de los espectadores. Redding, con altibajos desde que debutara en la categor¨ªa el a?o pasado, estaba en casa y sent¨ªa el aliento de su hinchada, lo que le proporcionaba un extra. M¨¢rquez, despu¨¦s de un fin de semana aciago, en el que incluso tuvo que echar a la basura un motor, el que le hizo caerse en la ma?ana del s¨¢bado, y con muchos problemas con el tren delantero, aunque su equipo, que le ech¨® muchas horas la noche anterior, logr¨® mejorar la puesta a punto de su moto, iba al l¨ªmite. En cada frenada notaba el baile de su Suter, intestable ayer como pocas otras veces. Pero ¨¦l lo segu¨ªa intentando. Lo que llev¨® a uno y a otro a jugarse el pellejo en las ¨²ltimas dos vueltas. Fue el suyo un duelo de altura. Y lo gan¨® Redding, en la ¨²ltima curva antes de la entrada a meta. Por solo 59 mil¨¦simas. A M¨¢rquez, eso s¨ª, le vale el podio para recuperar el liderato del Mundial, por delante de Espargar¨® y Luthi, que no tuvo el d¨ªa y termin¨® octavo.
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