Khedira, de ¨¢rea a ¨¢rea
Actor secundario e ¡°invisible¡± con Mourinho, el mediocentro de origen magreb¨ª ejerce un papel de l¨ªder en Alemania y asume m¨¢s protagonismo ofensivo que en el Madrid
Su padre, tunecino, y su madre, alemana, viajaron a Ucrania para ver en directo los tres partidos de la primera fase de su querido Sami. Tambi¨¦n su novia, Lena, una modelo de piernas largu¨ªsimas, estuvo en Lviv. Todos siguen a Sami Khedira (Stuttgart, 1987), hijo y compa?ero ejemplar. Un modelo de la capacidad integradora de Alemania, a punto de convertir en jefe de su selecci¨®n a un descendiente de emigrantes magreb¨ªes. ¡°Me piden que sea el l¨ªder y es un paso que voy a dar¡±, reconoce Sami, due?o de un discurso elaborado y complejo, diplom¨¢tico si se tercia: ¡°La se?ora Merkel es fan de la selecci¨®n y la selecci¨®n es fan de la se?ora Merkel¡±.
En contraste con el Madrid, donde desempe?a un papel secundario, la Nationalmannschaft le reserva un protagonismo capital. Le gustan dos expresiones para definirlo. Una es inglesa: box to box, defendiendo en un ¨¢rea y rematando en la otra, como en el gol de volea a Grecia en los cuartos de final; la otra es alemana: un sechser moderno, m¨¢s predispuesto a atacar que a defender, en contraste con el seis cl¨¢sico, Matth?us o incluso Beckenbauer, retrasados eventualmente a la ya extinta posici¨®n de l¨ªbero.
¡°La selecci¨®n busca el gol a trav¨¦s del colectivo y del seis espera m¨¢s acciones ofensivas de las que me reclaman en el Madrid¡±, explica en una entrevista en el S¨¹ddeutsche Zeitung. ¡°El Madrid basa su juego ofensivo m¨¢s en las individualidades de sus cuatro atacantes¡±, abunda. No es una queja. ¡°Hay que entender que uno puede ayudar mucho a un equipo sin entrar en acci¨®n¡±, a?ade en alusi¨®n a su parte deslucida en el Bernab¨¦u. ¡°A veces es m¨¢s inteligente apartarte del medio, renunciar a participar en un pase de gol. Eso, desde fuera, es invisible. Pero a veces menos es much¨ªsimo m¨¢s¡±.
A veces es m¨¢s inteligente quitarse de en medio y no participar en un pase de gol¡±
Aunque reconoce que la prensa espa?ola puede ser ¡°despiadada¡± con ¨¦l, Khedira acepta el sacrificio t¨¢ctico impuesto por el t¨¦cnico madridista, Jos¨¦ Mourinho. ¡°Mou me ha hecho entender mucho mejor el juego: yo antes era muy impetuoso y ¨¦l me hizo ver que a veces era mejor quedarme que irme al ataque¡±. Mantienen una relaci¨®n fluida pese a un primer encuentro fugaz. Antes de fichar por el club blanco, Khedira tom¨® un avi¨®n desde Stuttgart, aterriz¨® en Madrid, y habl¨® tres frases con el t¨¦cnico portugu¨¦s.
La se?ora Merkel es fan de la selecci¨®n y la selecci¨®n es fan de la se?ora Merkel¡±
¡ª¡°?Qu¨¦ quieres hacer en el Madrid?¡±, pregunt¨® Mou.
¡ª ¡°Jugar¡±, respondi¨® el jugador.
¡ª ¡°Ok, est¨¢s fichado¡±.
En ambos casos, en Alemania y en el Madrid, Khedira est¨¢ escoltado por un especialista. ¡°Tanto a Xabi Alonso como a Schweinsteiger les gusta el bal¨®n al pie y abrir el juego con sus pases. No hay nadie en el mundo que d¨¦ los balones diagonales de Alonso¡±, dice.
Muy arrepentido de no hablar ¨¢rabe, Khedira confes¨® haberse emocionado con la revoluci¨®n democr¨¢tica del norte de ?frica, especialmente en Hammamet (T¨²nez), la tierra de sus antepasados. En la fiesta musulmana del cordero, se encarga de comprarlo personalmente. Su visita a T¨²nez, sin embargo, debe esperar. Unas fotos suyas en la revista GQ, vestido de esmoquin junto a su novia, desnuda, sentaron como un tiro en los sectores tunecinos m¨¢s conservadores.
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