An¨®nimos en tierra de c¨¦lebres
Ya no es preciso recurrir como al inicio del torneo a los informes federativos para conocer a los nuevos jugadores de Italia
A la mayor¨ªa de los periodistas que no son italianos y cubren la informaci¨®n de La Azzurra se les ve¨ªa al inicio de la Eurocopa con un folio que actualiza y reparte la federaci¨®n en el que figuran el nombre, el equipo y el curr¨ªculo de los internacionales de Cesare Prandelli. Hab¨ªa que consultar a menudo los datos de Barzagli, Bonucci, Chiellini, Maggio o Giaccherini. No eran muy familiares, a diferencia de los compa?eros que compitieron en campeonatos anteriores, reconocidos en los ¨¢lbumes de cromos o las partidas de la Play. Ha costado m¨¢s que nunca saberse de carrerilla la alineaci¨®n.
Aunque dif¨ªcilmente hay futbolistas en el torneo m¨¢s c¨¦lebres que Buffon y Pirlo, m¨¢s polivalentes que De Rossi y m¨¢s pol¨¦micos que Cassano y Balotelli, Italia compite con varios de perfil bajo internacionalmente, aunque muy reconocidos en su pa¨ªs, miembros de una nueva generaci¨®n que expresa la realidad del calcio. El paradigma es el Juventus, campe¨®n de la Liga. Obligado a descender a Segunda B por fraude en 2006, La Vecchia Signora perdi¨® a sus estrellas y se recompuso con jugadores italianos liderados por Buffon y Del Piero. La m¨¢xima expresi¨®n de la obra es Marchisio.
El de Marchisio es el equipo nodriza de la Italia de Prandelli. Reconquistado el poder local, empieza la reconquista en Europa y el mundo. La Eurocopa siempre fue un torneo menor, comparado con la Copa del Mundo. No es casualidad que los italianos hayan ganado cuatro Mundiales (1934, 1938, 1982 y 2006) y solo un Europeo (1968). La meta de Prandelli no est¨¢ situada el domingo en Ucrania, sino en Brasil 2014. Ahora se trata de competir, o de cumplir, como afirma Arrigo Sacchi, sin renunciar a ganar. No es una claudicaci¨®n, prohibida en el calcio, sino la confirmaci¨®n de que se vive una transici¨®n.
La l¨ªnea m¨¢s fuerte ahora es la de los medios, con Pirlo, De Rossi y Marchisio
A Prandelli no le gusta que se hable de una revoluci¨®n, sino de un nuevo ciclo en el que Italia aspira a jugar bien al f¨²tbol a partir del dominio de la pelota y del partido, algo l¨®gico si se tiene en cuenta que la l¨ªnea m¨¢s fuerte del equipo es ahora la de los centrocampistas, el punto en el que convergen la sapiencia de Pirlo, la universalidad de De Rossi, el modernismo que representa Marchisio o la polivalencia de Motta. Los medios tienen m¨¢s influencia en el juego que los delanteros y los defensas. No se habla del catenaccio desde hace a?os porque su f¨²tbol ha evolucionado y tambi¨¦n porque no dispone de zagueros como Cannavaro.
Italia ha conquistado la l¨ªnea divisoria y ha perdido peso en las ¨¢reas, que no en la porter¨ªa, defendida por uno de los mejores guardametas del mundo como es el capit¨¢n, Buffon (34 a?os, 116 partidos como internacional, participante en tres Eurocopas y cuatro Mundiales). Chiellini intenta tomar el relevo de los ilustres centrales italianos al tiempo que se discute seriamente sobre los delanteros convocados por Prandelli, sobre todo por prescindir de Osvaldo y Matri. Aunque tampoco ayud¨® la lesi¨®n de Rossi, Italia no cuenta con un nueve cl¨¢sico y se entrega a una pareja peculiar y extravagante, Cassano y Balotelli, y tambi¨¦n al veterano Di Natale.
La Azzurra ha perdido peso en las dos ¨¢reas, pero no en la porter¨ªa, guardada por Buffon
Los delanteros italianos son ligeros e imprevisibles. Cassano est¨¢ cada d¨ªa en los diarios y ya se sabe que Balotelli resulta indescifrable. Tiene madera de h¨¦roe, pero su cabeza le puede convertir en un villano. La suerte de Italia depende en gran parte de que se resuelva el misterio Balotelli, hoy enfrentado a sus conocidos ingleses. El enigma de Balotelli contrasta con la certeza de que Prandelli es una buena persona y, por tanto, la gente quiere que las cosas le vayan bien. ¡°No somos ajenos al f¨²tbol moderno¡±, insiste; ¡°hemos tomado una direcci¨®n y hay que reforzar el plan¡±.
El desastre sufrido en el Mundial de 2010 invitaba a un cambio de rumbo en Italia. Ni el ama?o de partidos en su campeonato ni resultados tan desastrosos como el 3-0 que se dio en el partido amistoso con Rusia antes de la Eurocopa, que cuestion¨® los dos goles encajados ¨²nicamente en la fase previa, comprometieron el camino emprendido por Prandelli, entregado a la versatilidad de sus medios, capaces de desplegarse en un 3-5-2 o en un 4-3-3, centro de gravedad del equipo, ya sea con De Rossi de tercer central o de volante, siempre intentado compactar al grupo alrededor del c¨ªrculo central.
¡°Ser¨ªa muy presuntuoso por nuestra parte decir que vamos a ganar a Espa?a o Alemania, pero eso no significa que nos demos por vencidos de antemano contra ambos ni mucho menos contra Inglaterra¡±.
La voz de Buffon expresa fielmente el momento que vive Italia. Aunque se siguen necesitando la orientaci¨®n y el criterio de cronistas sabios como Paolo Cond¨°, los periodistas no italianos ya no precisan de la chuleta de la federaci¨®n y, de vez en cuando, hasta preguntan m¨¢s por Bonucci y Maggio que por la ¨²ltima cassanata o la nueva imagen de Balotelli. Los an¨®nimos ya se mezclan con las celebridades.
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