El t¨ªtulo se gana con delanteros y se defiende con zagueros
Los protagonistas ya no son Torres, Iniesta, ni Xavi, sino Arbeloa, Alba, Busquets y sobre todo Ramos y Casillas
Mejora el curr¨ªculo de la selecci¨®n espa?ola, nuevamente finalista de la Eurocopa, al tiempo que empeora su f¨²tbol. Ya no se trata de ganar el torneo con un ejercicio de estilo y de belleza protagonizado por sus medios y delanteros, sino que ahora se impone la defensa del t¨ªtulo a partir del despliegue de sus zagueros. Los protagonistas ya no son Torres ni tampoco Iniesta, ni mucho menos Xavi, sino Arbeloa, Alba, Busquets y sobre todo Sergio Ramos, adem¨¢s, naturalmente, de Casillas, decisivos en la rueda de los penaltis, exquisita por parte espa?ola, igual de resultona que en el anterior campeonato contra Italia.
El temple del portero fue tan decisivo como el coraje de Sergio Ramos, que se marc¨® un penalti a lo Panenka, como si fuera Pirlo, nada que ver con el central que mand¨® la bola al carajo en la semifinal de la Champions contra el Bayer M¨²nich en el Bernab¨¦u. Los espa?oles estuvieron tan precisos en los tiros que Cristiano Ronaldo, reservado para el quinto y ¨²ltimo, se qued¨® sin poder tirar contra Casillas. El palo devolvi¨® el remate de Bruno Alves y en cambio el palo se trag¨® el chut de Cesc. La fortuna sonri¨® a Espa?a, merecedora al fin y al cabo de la clasificaci¨®n, porque expuso m¨¢s y fue mejor en la pr¨®rroga
Los portugueses sabotearon el juego de los espa?oles de la misma manera que el equipo de Del Bosque desfigur¨® a Cristiano Ronaldo
Los portugueses sabotearon el juego de los espa?oles de la misma manera que el equipo de Del Bosque desfigur¨® a Cristiano Ronaldo. No hubo manera de decantar el encuentro ni por la v¨ªa individual ni por la colectiva en el campo sino que se tuvo que ir a los 11 metros. El m¨¢s peligroso no fue curiosamente ning¨²n atacante sino el colegiado, que las pas¨® canutas ante la refriega dise?ada por los chicos de Paulo Bento. Y tampoco se dio la gracia de Johanesburgo en la Copa del Mundo. Patricio le sac¨® anoche a Iniesta el remate de gol que no pudo impedir Stekelenburg en la final contra Holanda.
Mal asunto cuando el juego se da sabido, como le ha ocurrido a la selecci¨®n espa?ola desde su llegada a la Eurocopa. Hay un no s¨¦ qu¨¦ de insatisfacci¨®n con la Roja. No gusta su f¨²tbol, porque no ha roto a jugar, y tampoco se ha estado muy de acuerdo con las alineaciones de Del Bosque. La sensaci¨®n es que hasta ahora es mejor equipo del que se ha visto en Polonia y Ucrania. A la selecci¨®n le cuesta enganchar en un torneo sin ¨¦pica ni eco, como si se hubiera celebrado de forma furtiva, solo concentrado en los estadios. Y cuando no alcanza el juego, no queda m¨¢s remedio que encomendarse a los detalles y a la zaga.
Nunca una defensa tan nueva como la actual hab¨ªa sido tan heroica ni nadie se imagin¨® jam¨¢s seguramente que? Ramos era capaz de tirar un penalti al estilo Panenka
Muy pocas veces respondi¨® el equipo espa?ol al partido imaginado por sus aficionados, quiz¨¢ porque le ha faltado chispa, reflejos y alegr¨ªa, circunstancia que obliga a reparar en el f¨ªsico. Ha parecido a menudo una selecci¨®n estresada, sin reflejos, y su juego no ha tenido rapidez ni viveza. El tiquitaca solo tiene sentido cuando hay velocidad. La pelota tiene que silbar, y ante Portugal fue a menudo blando y previsible, nada profundo, demasiado f¨¢cil de defender para los portugueses, que trabaron el juego a conciencia, interesados en el conflicto, muy duros
Las faltas t¨¢cticas se sucedieron y no hubo manera de que los espa?oles encontraran el hilo del encuentro. Atl¨¦tica y t¨¢ctica, la selecci¨®n de Paulo Bento busc¨® el cuerpo a cuerpo y desconect¨® con la presi¨®n a los finos centrocampistas de Espa?a. Los medios que marcan el estilo fueron desapareciendo del escenario. Ya se sabe que Silva dif¨ªcilmente acaba un encuentro y esta noche hasta acab¨® sustituido Xavi. No se encontraron los interiores y apenas se contaron ocasiones de gol. Tocaban los espa?oles al pie, sin desequilibrio, al tiempo que procuraban acabar siempre las jugadas para evitar el contraataque de Portugal.
El juego no tuvo ninguna continuidad y por tanto se repar¨® m¨¢s que nada en los momentos del partido. El de Negredo al inicio, despu¨¦s el de Cesc, m¨¢s tarde los de Navas y Pedro. Muchos futbolistas y ning¨²n h¨¦roe. Tampoco le sirvi¨® a Portugal disponer de un solista extraordinario como Cristiano Ronaldo, orillado y aislado por la defensa espa?ola, entregado a los golpes francos, incapaz de enfocar la ¨²nica contra de la que dispuso en el ¨²ltimo minuto de partido. Acabaron desfondados Portugal y CR.
El m¨¦rito de Espa?a ha sido saber jugar a contracorriente y sacarse recursos insospechados hasta ahora de la chistera. Nunca una defensa tan nueva como la actual hab¨ªa sido tan heroica ni nadie se imagin¨® jam¨¢s seguramente que Sergio Ramos era capaz de tirar un penalti al estilo Panenka. La clase y la bravura del central del Madrid es ahora mismo el signo de distinci¨®n de Espa?a. Los t¨ªtulos se conquistan con delanteros y se defienden con zagueros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.