Vicente del Bosque, un se?or entrenador
El seleccionador no se siente due?o de nada y participa de todo. Agrandar su leyenda como persona afable ayuda a recordar valores en decadencia, como el del respeto y el sentido com¨²n
Vicente Del Bosque es un se?or muy educado, paciente y amable, como ha escrito Mart¨ªn Garzo. Y David Trueba tambi¨¦n ha tenido a bien recordar que el t¨¦cnico salmantino es ¡°un paciente irrompible¡±. No es un m¨¦rito cualquiera en una sociedad ruidosa y que tiende a premiar la negligencia en lugar de la rigurosidad, cosa que tambi¨¦n est¨¢ dicha, por Sergi P¨¤mies. Hay que recordar la personalidad de Del Bosque, ni que sea para elogiar su capacidad de sobrevivir al periodismo, sobre todo al deportivo, normalmente, m¨¢s a gusto con el conflicto y la controversia, m¨¢s interesado en el personaje que en el cargo y el sentido de la representaci¨®n de quien lo ocupa.
Institucionalmente, Del Bosque es un t¨¦cnico impecable, en el Madrid y en Espa?a, en el Bernab¨¦u y en el Camp Nou, con los periodistas de Madrid y de Barcelona, y ante los aficionados de Sevilla o de Bilbao. Nunca fue sectario, siempre se dej¨® decir de todo, para bien o para mal, y jam¨¢s reclam¨® ning¨²n derecho de autor, porque no se siente due?o de nada y en cambio participa de todo. Agrandar su leyenda como persona afable ayuda a recordar valores en decadencia, como el del respeto y el sentido com¨²n, as¨ª que es de agradecer tal como est¨¢ de alborotado el patio. El elogio de su talante, en cualquier caso, no debe ser un recurso para evitar hablar de su obra ni olvidar que es un se?or entrenador.
Hay veces en que conviene recordar que fue jugador y entrenador del Madrid y que ahora es el seleccionador de Espa?a. Y, sobre todo, es menester hacer saber que ha ganado la Liga y la Champions, que tambi¨¦n es campe¨®n del mundo y que hoy puede serlo de Europa. Aunque el curr¨ªculo es in¨¦dito y grandilocuente, parece el m¨¢s com¨²n de un t¨¦cnico, ni que sea porque nunca presumi¨® de t¨ªtulos, ni ha tenido una oficina de propaganda, ni se aline¨® con un grupo medi¨¢tico. A cambio, ha habido un cierto inter¨¦s en obviar, silenciar o menospreciar sus m¨¦ritos, e incluso se hizo chifla con el mote que le pusieron en algunos ambientes futbol¨ªsticos: El Forestal.
Institucionalmente es un t¨¦cnico impecable, pero el elogio de su talante no debe ser un recurso para olvidar que es un se?or entrenador
Las convocatorias no son una faena cualquiera en un pa¨ªs tan complicado y dual como el espa?ol. Tampoco es f¨¢cil cantar la alineaci¨®n y despu¨¦s acertar con los cambios. No es sencillo evitar que la cr¨ªtica discuta sobre la delantera y el doble pivote y en cambio se repare menos en que una defensa totalmente nueva que solo ha encajado un gol. Y no se recuerda a un entrenador que sea tan respetuoso con el pasado de sus antecesores y el intervencionismo de sus jugadores sin perder la autoridad, que nada tiene que ver con el autoritarismo. ¡°No vamos a discutir por eso¡±, respondi¨® tras acceder a que Cesc tirara el quinto y no el segundo penalti contra Portugal.
Las cosas fluyen con naturalidad alrededor de Del Bosque, experto en el laissez faire, siempre un paso por detr¨¢s de los futbolistas, protagonistas exclusivos de los ¨¦xitos de la selecci¨®n. Justo cuando la prensa internacional presagiaba una guerra fratricida en La Roja, despu¨¦s de las trifulcas vividas en los duelos Bar?a-Madrid, jugadores como Casillas y Xavi asumieron su responsabilidad y han convivido en una serena paz, nada que ver con cuanto ha ocurrido con selecciones dirigidas por t¨¦cnicos m¨¢s rimbombantes como Blanc en Francia y Van Marwijk en Holanda.
No se recuerda a un entrenador que sea tan respetuoso con el pasado de sus antecesores
Muy pocos entrenadores han sido tan respetuosos con un equipo campe¨®n y una idea futbol¨ªstica triunfadora. Y es que el truco de la selecci¨®n est¨¢ en su car¨¢cter solidario y el compromiso, no en el divismo. La buena conservaci¨®n del patrimonio no significa ser inmovilista. Puede que Del Bosque no sea un innovador ni un extraordinario estratega, pero tampoco es un seleccionador cualquiera, un simple interino o funcionario, que se beneficia de un plantel excelente. La vida est¨¢ llena de grandes plantillas que no alcanzaron la gloria por culpa del entrenador. Los jugadores acostumbran a decir que el buen t¨¦cnico es aquel que no hace malo a un buen equipo.
Del Bosque nunca estrope¨® nada ni a nadie, e incluso disimul¨® situaciones comprometidas como puede ser la situaci¨®n f¨ªsica de algunos jugadores, y siempre procur¨® que todos se sintieran a gusto en la selecci¨®n, para despu¨¦s ceder los focos a los jugadores. Hay un dato revelador: su querido hijo ?lvaro habla de ¨¦l como padre, como el mejor padre del mundo, y no como el mejor entrenador, porque cuando quiere hablar de f¨²tbol se refiere a Xavi o a Llorente, a los jugadores de la selecci¨®n espa?ola. Vicente Del Bosque es un se?or entrenador.
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