Federer siempre vuelve
El suizo tumba 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3 a Djokovic y se clasifica para su octava final en Londres. Recuperar¨¢ el n¨²mero uno si gana el t¨ªtulo contra Murray, primer brit¨¢nico en la final desde 1938
Los h¨¦roes tambi¨¦n tienen miedo, la presi¨®n tambi¨¦n encadena a los dioses. Son las semifinales de Wimbledon y el suizo Roger Federer saca para hacer suyo el partido ante el serbio Novak Djokovic. Durante 2h 15m, el n¨²mero 3 mundial ha dado una lecci¨®n de convencimiento, un m¨¢ster de juego de ataque y ha maniatado a Nole con una brillante ma?ana al saque (el serbio, un genio al resto, solo puede poner el 56% de sus servicios en juego). Est¨¢ cerrado el techo de la central. Est¨¢ preparado el p¨²blico para ver al hexacampe¨®n convertido en el primer hombre que juega ocho finales de Wimbledon. Todo est¨¢ listo para los aplausos, y ah¨ª que Federer duda; ah¨ª que no mete ning¨²n primer servicio; ah¨ª que juega cuatro puntos seguidos con segundo saque, tens¨ªsimo y sufriente tras una ma?ana gloriosa. Que Djokovic no aproveche eso, que no se crezca ah¨ª el can¨ªbal para defender su n¨²mero uno y su t¨ªtulo, lo resume todo: para entonces, Federer ya le ha destruido (6-3, 3-6, 6-4, 6-3).
¡°Jugu¨¦ alg¨²n tenis fant¨¢stico hoy, y Djokovic lo hizo durante los dos primeros sets¡±, opina luego el suizo, que recuperar¨¢ el trono si gana el t¨ªtulo, con lo que igualar¨ªa el r¨¦cord de Pete Pistol Sampras al frente de la clasificaci¨®n (286 semanas). ¡°Tengo much¨ªsimos recuerdos buenos de esta pista central y es emocionante volver a jugar la final tras dos a?os perdiendo en cuartos. Ahora me queda una tarea dura, y jugar¨¦ con la presi¨®n de volver al n¨²mero uno si gano¡±.
Durante muchos minutos, Djokovic domina los intercambios desde el fondo y Federer se agarra a su servicio. El suizo propone la endemoniada combinaci¨®n de golpes que le ha dado tantos t¨ªtulos: rev¨¦s cortado y palo al siguiente tiro para romper el ritmo de su contrario. Nole intenta rebasarle imponiendo una alt¨ªsima frecuencia de juego. Hierve el encuentro a partir de la tercera manga. Ah¨ª, con un set para cada uno, se acaban las estrategias. Adi¨®s a los planes. Adi¨®s a las t¨¢cticas. Es un duelo a pecho descubierto. Se suceden los intercambios a velocidad de v¨¦rtigo. Caen los puntos tras afilad¨ªsimos peloteos. Se compite con balas, no con pelotas, porque cada golpe est¨¢ lanzado con intenciones asesinas.
Por cada 10 errores no forzados de Federer, Djokovic comete 21.
Federer, un tenista de casi 31 a?os, acaba jugando demasiado r¨¢pido para Djokovic. El suizo desenfunda siempre primero. Cuando Nole quiere decidir, ser protagonista del punto, ya est¨¢ todo dicho: Federer acierta o falla, pero habla siempre primero. El suizo sabe que no puede competir a ritmo, que tiene m¨¢s piernas Djokovic, que jugando a los peloteos se impondr¨¢ irremisiblemente el serbio, un maestro del arte defensivo. Visto el planteamiento, Nole intenta igualar la apuesta. Eso le obliga a no ser ¨¦l mismo. Primero se rompe su derecha. Luego se deshilacha su rev¨¦s. Acaba desnortado, confundido y derrotado, groggy tras recibir uno y mil pu?etazos de Federer: por 10 errores no forzados de este, ¨¦l comete 21.
Jugu¨¦ alg¨²n tenis fant¨¢stico hoy, y Djokovic lo hizo durante los dos primeros sets Roger Federer
El campe¨®n ya no puede defender su t¨ªtulo. Dentro de su excelencia habitual, el partido le queda grande. No tiene un arranque de furia, un ataque de pasi¨®n cuando ya el encuentro se le escapa. Frente al mejor jugador del siglo XXI, al que hab¨ªa derrotado en seis de los ¨²ltimos siete partidos, le falta tenis, como a tantos, y no lo compensa con coraz¨®n, como algunos. No aprieta los dientes y llega a encajar un 5-0 (de 6-3, 3-6, y 4-4 a 6-3, 3-6, 6-4 y 3-0)
El trofeo es ya cosa de Federer y de Andy Murray, primer brit¨¢nico en la final desde 1938, que se impuso al franc¨¦s Tsonga (6-3, 6-4, 3-6 y 7-5). El suizo llega al encuentro como el favorito. No pesa solo su curr¨ªculo (16 grandes, el r¨¦cord). No importan tanto las marcas (ocho finales en Londres, m¨¢s que nadie). Cuenta, por encima de todo, lo m¨¢s importante: tras m¨¢s de dos a?os sin ganar un grande (Australia 2010), despu¨¦s de penar durante meses porqu¨¦ el cuerpo no segu¨ªa las ¨®rdenes de su mente, la raqueta del suizo vuelve a estar en sinton¨ªa con su cerebro.
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