El Bar?a se afloja en Bala¨ªdos
Los de Flick conceden el primer empate a falta de siete minutos y con 0-2 en el marcador
No jug¨® Lamine Yamal y el Bar?a no gan¨® en Vigo un partido que ten¨ªa resuelto con Raphinha. No perdi¨®, como en Pamplona ¡ªdonde Lamine solo intervino media hora¡ª y San Sebasti¨¢n, sino que cedi¨® un empate, resultado in¨¦dito en la competici¨®n oficial desde la llegada de Flick. Los resultados afirman en cualquier caso que hay dos equipos azulgrana en funci¨®n de si juega o no Lamine. Uno solo cuenta victorias (11) y el otro no sabe ganar (3) como se vio en Vigo. El Celta encontr¨® en los diez minutos finales la fortuna que se le neg¨® durante m¨¢s de una hora cuando se hab¨ªa impuesto la pegada del Bar?a. Los azulgrana se fueron del encuentro con la expulsi¨®n de Casad¨® y se condenaron a partir de un error de Kound¨¦. La victoria, necesaria para los barcelonistas en momentos de duda, fue imposible sin Lamine y sin Casad¨®.
El Bar?a no tiene delanteros en forma ni extremos en n¨®mina para sustituir a Lamine, un jugador que, adem¨¢s, acostumbra a tener una influencia decisiva en el partido, capaz de condicionar el juego propio y ajeno, igual de desequilibrante en campo contrario que en Montju?c. A Flick le sobran en cambio tantos centrocampistas que De Jong, Ferm¨ªn y Pablo Torres se sentaron en el banquillo de Bala¨ªdos. El acompa?ante de Casad¨® fue Gavi, titular despu¨¦s de un a?o lesionado, mientras Olmo se situaba en la punta izquierda del ataque y Raphinha pasaba a la derecha, la habitual de Lamine. No era f¨¢cil abrir el campo ni cruzar centros porque tampoco jugaba el lastimado Balde y en su puesto entraba Gerard Mart¨ªn. No se supo ajustar el Barcelona.
El plan y el futbol azulgrana influyeron de todas maneras en la formaci¨®n de Gir¨¢ldez, sin que su equipo perdiera valent¨ªa ni alegr¨ªa en Bala¨ªdos. Ausente Swedberg, apost¨® el t¨¦cnico por Douvikas y el Celta se fue a por el partido sin demora, muy puesto en la presi¨®n y conectado con la rapidez de Bamba y el oportunismo de Aspas, que perdon¨® el gol despu¨¦s de que Mingueza pusiera la pelota en el ¨¢rea peque?a de I?aki Pe?a. Los azulgrana no ten¨ªan la pelota ni el control del partido y su juego era discontinuo en un partido calcado al disputado hace quince d¨ªas en Anoeta. La diferencia es que el gol del Barcelona en su primera ocasi¨®n fue v¨¢lido a diferencia del que el Var anul¨® a Lewandowski en San Sebasti¨¢n y que la Real era mejor equipo y tuvo m¨¢s fortuna que el Celta.
Mingueza se comi¨® el bote de una pelota servida desde su campo por Kound¨¦ y Raphinha no perdon¨® con la zurda ante el portero despu¨¦s de quebrar al que fuera lateral del Bar?a. El error de Mingueza conden¨® moment¨¢neamente a los celestes, que achicaban muy bien el campo y no paraban de llegar al ¨¢rea azulgrana, mal defendida, desajustada en su intento de tirar el fuera de juego, sin responder a los gritos de I?igo Mart¨ªnez. La carga de los muchachos de Gir¨¢ldez era tan constante como impreciso resultaba el ¨²ltimo pase y el enfoque al arco de I?aki Pe?a, excelente en cualquier caso en un disparo a media distancia de Ilaix Moriba. Gir¨¢ldez hab¨ªa detectado muy bien los defectos barcelonistas y Flick no sab¨ªa c¨®mo atemperar la intensidad del Celta.
Los barcelonistas eran inferiores con y sin bal¨®n porque la combinaci¨®n Gabi-Pedri-Olmo apenas entraba en juego mientras los vigueses reclamaban la expulsi¨®n de Gerard Mart¨ªn. La segunda tarjeta para el lateral parec¨ªa tan clara que provoc¨® la ira y la amonestaci¨®n de Aspas. No quiso arriesgar m¨¢s tiempo el t¨¦cnico con Mart¨ªn y en el descanso le sustituy¨® por H¨¦ctor Fort. Los barcelonistas se estabilizaron y Olmo centr¨® su posici¨®n para asegurar una mejor posesi¨®n del cuero sin que encontrara espacio para llegar hasta Guaita. La ¨²nica amenaza azulgrana era Raphinha. La afrenta del Celta exig¨ªa m¨¢s velocidad y precisi¨®n en la circulaci¨®n del cuero por parte de un apocado Bar?a.
A falta de pasadores, se aplic¨® en el esfuerzo Raphinha. El brasile?o volvi¨® a saltar sobre Mingueza y el error del zaguero acab¨® a pies de Lewandowski. El ariete porfi¨® por el bal¨®n a trompicones hasta que pudo chutar y batir a Guaita. Ya son 15 goles de Lewandowski en la Liga y cinco en los tres ¨²ltimos partidos contra el Celta. La solvencia del polaco era tan notoria como la de Pe?a mientras el desquiciamiento de Aspas contrastaba con la concentraci¨®n de Raphinha, siempre atento en el desmarque y en el disparo, negado solo por el palo de Guaita. El partido, sin embargo, peg¨® un vuelco con la expulsi¨®n de Casad¨® y un fallo posterior de Kound¨¦ que propici¨® el 1-2 de Alfon. El tanto encendi¨® al Celta y el 2-2 lleg¨® acto seguido en una jugada de Hugo ?lvarez despu¨¦s de un quiebro a H¨¦ctor Fort ante el j¨²bilo de Bala¨ªdos. Nunca fue un campo propicio para el Bar?a y menos para un equipo sin Lamine y que se afloj¨® de manera preocupante despu¨¦s de caer ya en Anoeta.
Clasificaci¨®n | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
9
BET
|
20 | 14 | 5 | 5 | 4 |
10
RSO
|
18 | 14 | 5 | 3 | 6 |
11
CEL
|
18 | 14 | 5 | 3 | 6 |
12
SEV
|
18 | 14 | 5 | 3 | 6 |
13
RAY
|
16 | 13 | 4 | 4 | 5 |
Clasificaci¨®n | PT | PJ | PG | PE | PP |
---|---|---|---|---|---|
1
BCN
|
34 | 14 | 11 | 1 | 2 |
2
RMA
|
30 | 13 | 9 | 3 | 1 |
3
ATM
|
29 | 14 | 8 | 5 | 1 |
4
VLL
|
25 | 13 | 7 | 4 | 2 |
5
ATH
|
23 | 14 | 6 | 5 | 3 |
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