Los maquis del Grand Colombier
Nibali practica el desgaste psicol¨®gico atacando a Wiggins en el descenso del primer gran puerto
En el Ain, tierra de maquis pegada a los Alpes, se alza el Grand Colombier, un puerto de otro tiempo. Casi 18 kil¨®metros al 7,1%. Una escalera irregular, tramos casi en descenso, tramos m¨¢s largos a m¨¢s del 12%. El primer Hors Cat¨¦gorie del Tour, y su descenso. Asfalto bacheado de calidades y lisuras varias, curvas contraperaltadas, largas rectas para pedalear a toda m¨¢quina. El lugar en el que no est¨¢ permitido dudar, temblar, mirar para otro lado. El lugar de la emboscada.
Habla Roberto Amadio en la salida y habla como el estratega de una cuadrilla del maquis, de un grupo de resistencia que se prepara para una larga batalla que se ganar¨¢ no en un d¨ªa sino d¨ªa a d¨ªa, una guerra de desgaste. ¡°Les he dicho a mis chicos, a Nibali¡±, dice el director del Liquigas, ¡°que hay que intentarlo todos los d¨ªas, que tiene que intentarlo bajando, pero no porque vaya a ganar el Tour en un descenso, sino para machacarle psicol¨®gicamente a Wiggins, para que sepa que para ganar el Tour va a tener que arriesgar, para que por las noches se despierte con pesadillas, Nibali atacando otra vez, otra vez a lanzarse en el descenso, para que no duerma, para¡¡± As¨ª, entonces, una pesadilla, era para Indurain Chiappucci, el ciclista que no med¨ªa sus ataques, el corredor que romp¨ªa todas las l¨®gicas, el hombre que se pas¨® toda su carrera intentando arrancar de la cara del navarro la m¨¢scara de la impasibilidad y que nunca supo si alguna vez lo hab¨ªa logrado, si en las pesadillas de Indurain aparec¨ªa un diablo soltando rayos en el primer kil¨®metro de cada etapa.
¡°Tendr¨¢n que hacer algo m¨¢s para que perdamos la calma¡±,aseguran en el Sky
Wiggins podr¨ªa ser Indurain, pero Nibali no es Chiappucci. Nibali, el Escualo de Messina, es siglo XXI, ataques calculados, medidos, programados. En la fuga de 25 que se form¨® antes de la llegada de los puertos, entr¨® Sagan, que le ayud¨® salvajemente, qu¨¦ fuerza, qu¨¦ ¨¢nimo, cuando Nibali se fue solo bajando el Grand Colombier y lleg¨® a tener una ventaja de m¨¢s de un minuto en la ascensi¨®n del tercera, el ¨²ltimo col, el Richemond. Quedaban a¨²n 25 kil¨®metros para la meta. Fue todo el apoyo que recibi¨®. Aparte de Sagan, Nibali actu¨® solo. Evans, quien tan bien baja, se qued¨® a la rueda de Wiggins, quien nunca se qued¨® solo, porque Wiggins siempre est¨¢ con su equipo, su ej¨¦rcito. A Wiggins le gui¨® Porte subiendo y bajando, y el australiano se bast¨® para mantener a tiro siempre a Nibali, para que su jefe en ning¨²n momento perdiera la calma, pese al tiempo perdido, pese a que Evans buscara el desgaste psicol¨®gico con la vieja t¨¢ctica del agobio pegajoso de la mosca cojonera, de estar todo el d¨ªa al lado del enemigo, disput¨¢ndole el ox¨ªgeno, el espacio vital. ¡°Ni ha parpadeado en todo el d¨ªa¡±, dijo, admirado, Haimar Zubeldia, quien en la ¨²ltima parte de la etapa debi¨® trabajar junto a sus compa?eros del RadioShack para echar una mano al Sky en el control del ataque del incansable Van den Broeck (este s¨ª que se parece m¨¢s a Chiappucci), que amenazaba los puestos en la general del guipuzcoano y su compa?ero Monfort.
Van den Broeck, en tierra de nadie, aventaj¨® en 32s al grupo de Wiggins y dem¨¢s favoritos, pero tampoco lleg¨® a amenazar la victoria de etapa al grupo de fugados entre los que se impuso Thomas Voeckler, el franc¨¦s que empez¨® el Tour lesionado y rodeado de una pol¨¦mica dopante y ha ido ganando fuerzas y chispa.
¡°Habr¨ªa sido aburrido el d¨ªa sin ataques¡±, dijo Wiggins. Y su jefe, David Brailsford, a?adi¨®: ¡°Tendr¨¢n que hacer algo m¨¢s para que perdamos la calma¡±. Quiz¨¢s Nibali no le quite el sue?o a¨²n a Wiggins (nunca se sabe: la fuerza del maquis es la tenacidad, la constancia, la fuerza ante el desaliento), pero otro asunto s¨ª que parece tocar su fibra nerviosa: su posici¨®n ante el dopaje. ¡°No es justo que me obligu¨¦is a justificarme todos los d¨ªas¡±, respondi¨® a un periodista que le pregunt¨® por el asunto a la luz del caso Di Gregorio. ¡°Soy triple campe¨®n ol¨ªmpico, seis veces campe¨®n mundial, he sido cuarto en un Tour y tercero en una Vuelta, no soy un llegado de ninguna parte. He pasado decenas de controles. ?Qu¨¦ m¨¢s tengo que hacer?¡±.
Pr¨®logo: Las variaciones Cancellara
Primera etapa: Los domingos generosos
Segunda etapa: Contra la melancol¨ªa, Cavendish
Tercera etapa: La construcci¨®n del personaje Sagan
Cuarta etapa: ?Ser¨¢ Greipel el bos¨®n de Higgs?
Quinta etapa: Y una monta?a en San Quint¨ªn
Sexta etapa: Una guerra de guerrillas
S¨¦ptima etapa: El 'nuevo ciclismo' toma el poder
Octava etapa: Wiggins y sus 'enemigos'
Novena etapa: Wiggins, un Indurain muy locuaz
Cancellara, que va a ser padre de nuevo, se retira del Tour
El ciclista? Fabian Cancellara (RadioShack) se retira del Tour de Francia para acompa?ar a su mujer durante el parto de su segundo hijo. El?suizo no ha tomado la salida en Albertville de la und¨¦cima etapa para viajar a Berna y reunirse con su esposa.
El vencedor del pr¨®logo y maillot amarillo durante una semana ha se?alado en un comunicado : "La decisi¨®n de irse a casa es m¨¢s dif¨ªcil de lo que podr¨ªa imaginarse pero no solo soy un ciclista, tambi¨¦n soy un esposo y un padre con un segundo ni?o que va a nacer y quiero estar junto a?Stefanie"
Cancellara volver¨¢ a la competici¨®n en los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres para defender el oro que gan¨® en Pek¨ªn en la prueba de contrarreloj.
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