El precio de la Toussuire
La gloria de la etapa fue para el franc¨¦s Rolland, y el coste no fue excesivamente alto. Al l¨ªder Wiggins, la etapa le cost¨® una dosis de orgullo
¡°El que algo quiere algo le cuesta¡±, dice la expresi¨®n, y para ello no hay mejor apuesta que ¡°poner toda la carne en el asador¡±. Eso es lo que hemos visto hoy en la corta pero fenomenal etapa de La Toussuire disputada a muerte desde el banderazo inicial.
La gloria de la etapa fue para el franc¨¦s Rolland, y el precio a pagar no fue excesivamente caro. Unos trozos de piel del codo y de la cadera que se dej¨® en la ca¨ªda que tuvo bajando el Col du Mollard, y un culotte rasgado, ya se pondr¨¢ ma?ana uno nuevo. Despu¨¦s de hacerse mayor el a?o pasado con su victoria en Alpe D¡¯Huez, Rolland apareci¨® ayer de nuevo filtr¨¢ndose en la fuga que se consolid¨® en La Madeleine. Y tras abandonar uno a uno a sus compa?eros de aventura, realiz¨® una subida ag¨®nica en la ascensi¨®n final en la que, a pesar de lo p¨ªrrico de su ventaja y de la guerra desatada por detr¨¢s, nadie tuvo la fuerza suficiente como para alcanzarle. Victoria fenomenal y bien merecida.
A Evans su defensa le cost¨® sudor, mucho sudor. Muy bien acompa?ado por la blanca sombra de Van Garderen, era el ¨²nico de los protagonistas al que pudimos ver con el grifo abierto, como solemos decir. Con el sudor cayendo gota a gota de su nariz y su barbilla, y dej¨¢ndose el h¨ªgado para que no se le escapasen las opciones de podio. Al final, cedi¨® 1m 26s con respecto al l¨ªder; pero esto sucedi¨® despu¨¦s de probarlo, de mover el ¨¢rbol con violencia en la ascensi¨®n al Glandon.
A Evans su defensa le cost¨® sudor, mucho sudor. Fue el ¨²nico de los protagonistas a quien vimos con el grifo abierto
Van den Broeck pag¨® su esfuerzo con fatiga, como tantos otros, intent¨¢ndolo de nuevo en repetidas ocasiones con m¨¢s ganas que inteligencia. Pero fue lo suficientemente fr¨ªo como para guardar fuerzas de cara al final, y aguant¨® el tir¨®n del Sky sin ceder ni un solo segundo con respecto a Wiggins.
Al joven Pinot, qu¨¦ desparpajo, le cost¨® la invisibilidad. Su victoria del otro d¨ªa pod¨ªa ser flor de un d¨ªa; pero no, sus resultados ¡ªtanto ayer como el d¨ªa anterior¡ª son la confirmaci¨®n. Aqu¨ª hay futuro, y aunque para la general no es una amenaza ¡ªest¨¢ ahora en d¨¦cima posici¨®n¡ª, ha quedado bien claro para el Sky que a este chaval no se le puede dejar mover con libertad, no vaya a ser que la l¨ªe¡
A Froome la etapa le cost¨® mucho, pag¨® su precio con su esp¨ªritu de improvisaci¨®n; un esp¨ªritu que, sin duda ninguna, podr¨ªa acercarle a la victoria de este Tour, pero que se vio anulado por las ¨®rdenes que recib¨ªa desde el coche a trav¨¦s del pinganillo. Alma de gregario y esp¨ªritu de campe¨®n, pero tendr¨¢ que esperar y controlar a¨²n mejor sus impulsos.
Primero tir¨® de Wiggins cuando, faltando 10 kil¨®metros, comenz¨® la verdadera batalla y todos los l¨ªderes estaban aislados. Luego cedi¨® por unos instantes en los momentos en los que Wiggins impuso su autoridad tirando del grupo de los favoritos. Pero aguant¨® entre ellos, recuper¨®, volvi¨® a la carga y poco despu¨¦s no se conform¨® con tirar de nuevo sino que atac¨® buscando a¨²n m¨¢s selecci¨®n y lo que encontr¨® fue la certeza de que estaba m¨¢s fuerte que su propio l¨ªder. Recibi¨® ¨®rdenes y par¨® a esperar a su l¨ªder, pero en el sprint por la segunda plaza, qued¨® patente el potencial que lleva en sus piernas.
Y al l¨ªder Wiggins la etapa le cost¨® una dosis de orgullo. En los pr¨®ximos d¨ªas calibraremos el da?o a nivel cuantitativo. Para ¨¦l un d¨ªa menos para Par¨ªs y las cosas no es que est¨¦n igual que antes, sino que est¨¢n a¨²n mejor. Y adem¨¢s, por si hab¨ªa alguna duda, ha quedado claro que su rival m¨¢s fuerte es su propio compa?ero, lo que est¨¢ por ver si es bueno o malo. El voluntarioso Nibali, el que no duda en atacar ya sea subiendo o bajando, recibi¨® una mirada fulminante de ¨¦l al cruzar la meta ayer. Una mirada de reproche y amenazante, un gesto nada insignificante en la guerra psicol¨®gica. Hoy, sin embargo, en ese mismo instante, recibi¨® un saludo por parte del ingl¨¦s; una sonrisa, un gesto de deportividad al que el italiano respondi¨® de manera amigable. ?Car¨¢cter bipolar por parte del ingl¨¦s? Puede ser, aunque yo me inclino m¨¢s por la opci¨®n de que Wiggins est¨¢ tan entrenado en la guerra psicol¨®gica como en la f¨ªsica.
Y esto es lo que han dado de s¨ª los Alpes, de los que el Tour hoy se despide. Habr¨¢ que esperar a los Pirineos para el pr¨®ximo cap¨ªtulo; habr¨¢ que ver hasta qu¨¦ punto ha quedado la cartera con falta de cr¨¦dito tras lo pagado ayer.
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